Con base en las consideraciones de la Organización Mundial de la Salud, para propiciar un clima favorable y mejor convivencia entre la familia, es necesario construir viviendas de tipo popular o interés social mayores a 50 metros cuadrados, que permita habitar sanamente a una familia modelo, es decir, de 4 a 5 integrantes, por lo que el GPPVEM en la ALDF, sugirió a las autoridades del GDF a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) exigir a los desarrolladores inmobiliarios que sus proyectos no sean menores a la especificación señalada.

Al explicar que en la Ciudad de México se ha minimilizado, es decir reducido a su mínimo espacio, el área habitable, los diputados del Verde Ecologista, aseguraron que esto provoca hacinamiento, insalubridad y motiva situaciones de agresión versus convivencia filial, se pronunciaron por establecer en los programas sociales del Gobierno capitalino, proyectos arquitectónicos que retomen viviendas con más de 60 metros cuadrados en donde existan cuando menos 3 recámaras, sala/comedor, cocina, baño y patio de servicios.

Retomaron estadísticas del INEGI en el sentido de que el promedio de ocupantes por hogar popular hasta 2010 era de 3.6 personas, mientras el número de departamentos con 2 recámaras disminuyó del 22.9 al 12.5%, entre 1990 a 2010, lo que detonó la cohabitación y no la convivencia adecuada entre las familias.

La fracción ecologista en la Asamblea Legislativa, lamentó que la mala planeación de las viviendas, por la voracidad de las compañías constructoras privadas, de “sacar mayor provecho a los terrenos”, levantado minihogares de entre 32 y 40 metros cuadrados, “inhabitables” calificaron.

Adelantaron que propondrán modificaciones a la Ley de Vivienda del DF, para que a la brevedad se obligue a construir casa/habitación digna, con espacio adecuado para el sano desarrollo de las familias de escasos recursos económicos.

Insistieron que los futuros programas de vivienda de interés social no sólo deben ayudar a obtener un digno patrimonio familiar, sino garantizar el espacio saludable, vivible y con todos los servicios que permita elevar su calidad de vida.

Hasta un año de garantía tiene el comprador de un inmueble para que le reparen, sin costo, los vicios ocultos o fallas de construcción, determina la ALDF

En abril de 2012 el Pleno de la Asamblea Legislativa aprobó reformas al Código Civil para el Distrito Federal para que el comprador de un inmueble (casa, departamento, condominio, etc.) pueda ejercer su derecho a reclamar al vendedor la reparación –sin costo- de los defectos o vicios ocultos en su propiedad; el afectado tendrá plazo un año, a partir de la entrega del bien, para detectar las anomalías y exigir su restauración.

A tres meses de distancia de la aprobación de la enmienda propuesta por la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la ALDF, recordó a los desarrolladores inmobiliarios y a los ejecutivos de ventas de inmuebles, que tienen que considerar que el inquilino tiene la potestad de verificar a lo largo de un año si la propiedad presenta inconsistencias de construcción, acabados, de sistema hidráulico, etc. y cuando lo decida –antes del tiempo perentorio- exigir la reparación del daño.

Recordó a los comerciantes de inmuebles que el comprador está protegido y protegiendo su patrimonio, por lo que la cuantiosa inversión que ha desembolsado le permite reclamar las deficiencias del inmueble, sin costo alguno.

Los asambleistas explicaron que la modificación al Código Civil incluye que transcurrido el año en que el inquilino detectó los vicios, la ley le garantiza seguridad a su patrimonio y evitar que personas de mala fe sorprendan al adquirente.

Es común, reiteró la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, que existan controversias generadas a través de los vicios ocultos, donde las fallas de construcción surgen después de un año o más, dejando a los particulares en total indefensión, por ello la Asamblea Legislativa se abocó a salvaguardar la propiedad, ya que los errores de construcción, en el uso de material de poca calidad o de acabados, no son atribuibles al comprador, por ende el inmobiliario debe responder por esa falla.

Continúa el hurto de alcantarillas metálicas del drenaje en la Ciudad, urge cambiarlas por material plástico u otro de mayor resistencia

Pese a que el Pleno de la ALDF aprobó la penalidad de cárcel y económica para quien robe tapas de coladera de la vía pública, el hurto de éstas continúa, por dos causas la nula vigilancia de la policía o la colusión de esta con los delincuentes, señaló en un comunicado la fracción del PAN en la ALDF, al recordar que a mayo pasado se robaban 60 tapaderas al mes, sin embargo el pillaje continúa, lo que representa para la autoridad de la Ciudad gastar 4 mil pesos por metal.

Los diputados panistas sustentaron su dicho en el sentido de que anualmente se pierden Mil 700 coladeras de metal, algunas por robo, otras por caducidad o hundimiento, lo que representa un riesgo para los automovilistas que muchas veces caen en el hoyo que se produce por la ausencia de la estructura.

Hacen un llamado a las autoridades de la SSP, del Sistema de Aguas de la Ciudad y a la Secretaría de Obras y Servicios para redoblar la vigilancia y cambiar estos insumos por plástico u otro material, ya que el robo de éstas se debe a que el metal se vende como fierro viejo en los depósitos de compra de chatarra. Para esto, piden a la PGJDF y al Instituto de Verificación Administrativa (Invea) investigar estos negocios, pues la compra de mobiliario urbano es delito punible.

Para información de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, los diputados del blanquiazul detallan que las delegaciones en donde se cometen el mayor número de hurtos de alcantarillas del drenaje son: Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A Madero, Iztacalco, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza y Tlalpan, para dar seguimiento y reforzar la vigilancia.

Cabe señalar que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México tiene registradas 848 mil 200 coladeras y registros metálicos, lo que para los delincuentes resulta atractivo, por lo que insisten los diputados del PAN en la Asamblea Legislativa, cambiar a otro material resistente las rejillas para desalentar su hurto.