La estrategia izquierdista para sembrar la desconfianza en el proceso electoral cuya cima vendrá el próximo domingo son muy sencillas y también harto evidentes.
Una de sus hojas descalifica la ventaja del puntero en las encuestas por la descalificación misma de las mediciones y también del origen de tanta aprobación estadística: se trata de un producto de la televisión. Eso explica la postura del grupo anti-peñista “#yosoy132”, cuya demanda por la democratización de los medios probó ser una falsedad cuando en el “debate” por ellos organizado, se impidió la cobertura tan solicitada en las discusiones obligatorias ordenadas por el IFE.
Aquellas merecían la Cadena Nacional. La suya, cuando mucho una defectuosa transmisión de aficionados incompetentes por “You Tube”. Total, ni lo uno ni lo otro.
La otra cuchilla en las tijeras consiste en desacreditar al Instituto Federal Electoral, a los consejeros; a su presidente y –no faltaba más—los procedimientos para ofrecer un resultado veloz el día mismo de la jornada electoral.
Ya desde hace muchas semanas el Partido de la Revolución Democrática ha pugnado desde su representación en el Consejo general del IFE por impedir el conteo rápido. El primer modelo para ese fin fue rechazado por el Tribunal Electoral, cuya negativa no era por el conteo mismo sino por los planteamientos para su realización. Cuando se cambiaron los procedimientos, el tribunal aprobó la medida.
El conteo veloz, cuya explicación más sencilla es “un ejercicio estadístico que, a partir de una muestra de casillas y mediante el empleo de procedimientos probabilísticos validados científicamente, produce estimaciones de los resultados electorales en un tiempo corto con altos niveles de precisión”, garantiza la muerte de las especulaciones y priva a los negociantes de las encuestas, de convertirse en voceros electorales, a través de sus encuestas de salida.
Como se sabe, el Consejo General del IFE conformó un Comité Técnico Asesor –Dra. Guillermina Eslava Gómez (UNAM), Mtra. Patricia Romero Mares (UNAM), Dr. Rubén Hernández Cid (ITAM), Dr. Manuel Mendoza Ramírez (ITAM) y Dr. Raúl Rueda Díaz del Campo (UNAM)— bajo cuya responsabilidad técnica se hará la muestra de 7 mil 597 casillas cuya diversidad geográfica y de escala social, permitirá determinar indudablemente una tendencia.
Los datos no se obtienen de respuestas a la salida de las casillas; no. Se toman de las actas corroboradas por todos los funcionarios y representantes de partidos. El informe de las tendencias (no el resultado de la elección), será dado a conocer a las once de la noche del domingo.
Pero en estas condiciones, cuando el movimiento de la izquierda no quiere resultados oficiales sino percepciones favorables, cualquier esfuerzo por impedir la murmuración y la dispersión de datos falsos, se va a ver frenado por la avalancha de las redes sociales.
Al menos esa fue la orden del candidato de todos ellos, Andrés Manuel, quien en Chiapas (domingo 25), conminó a sus seguidores a hacer uso de esas redes para contrarrestar cualquier información contraria a sus intereses.
«Vamos a dar a conocer el documento que enviamos a todos los integrantes de las redes sociales para que nos ayuden en este proceso. Para que se haga valer la democracia, para que las elecciones sean libres. Que todos ayudemos, que participemos en estos días que faltan y el día de la jornada electoral.
«Estoy por que ayuden a convocar para el cierre de campaña que se va a celebrar el miércoles próximo. Vamos a reunirnos en la columna de la Independencia para caminar hacia el Zócalo. Les estoy proponiendo algunas acciones en el documento. Abrir (en la red) un sitio para recibir información».
Como es obvio, la escandalera de los cibernautas afines al candidato de la izquierda será suficiente para revolver el agua y convertirse en pescadores con ganancia. En medio de la confusión los mensajes de las redes (así seas aquellos fabricados en serie y difundidos por consigna) serán utilizados como “evidencias” para cualquier fin de su conveniencia.
En ese sentido las cámaras de los celulares y los ascensos a Facebook y Tweeter afuera de las casillas, permitirán a los “observadores” electorales con carnet definido; a los sembradores de opinión y en general a todos quienes de una manera o de otra meten la mano en el ambiente electoral, pretextos para desprestigiar al IFE y al PRI, no por afinidad entre ellos sino por necesidad.
Y son esas dos navajas unidas por el eje (Morena), los filos para sembrar un conflicto post electoral de previsibles consecuencias. Ganará quien lo diga el Tribunal, tomará posesión y gobernará a pesar de la rabieta monumental de quien no alcance la victoria.