Casi simultáneamente comenzaron las campañas políticas y esta nueva “temporada sísmica” cuya frecuencia asuela a los habitantes de México, de Guerrero a Oaxaca; Puebla, Morelos, Hidalgo o el Distrito Federal.
La tierra se sacude y el danzón geológico alarma a los ciudadanos casi tanto como la frecuencia de los errores hace trepidar al equipo de Josefina Vásquez Mota a quien las oscilaciones de temperamento ya se le convierten en frecuentes arranques de irascibilidad ante los sabotajes y problemas internos.
Como todos sabemos la semana pasada, el sábado para mayor precisión, un acto de campaña fue atropellado por un grupo de trabajadores de Mexicana de Aviación ofendidos y molestos por la negativa de la candidata a reunirse con ellos para saber cuál será –si llega—su actitud presidencial en torno del desastre y el enorme fraude aeronáutico cometido ante los impávidos ojos del gobierno al cual aspira a suceder.
Pero esa demanda no fue vista, al menos no en el equipo “chepinista” como algo natural y espontáneo. De inmediato se adujo una explicación casi heroica: es un sabotaje de los enemigos ya no se sabe si internos o externos o ambos en contubernio.
Esa explicación insuficiente, innecesaria y hasta ahora improbable, no satisface a nadie. Si todos los errores se explican como una deliberada acción enemiga, entonces no se hace sino dejar en evidencia la fragilidad de una candidatura. Si los corderistas resentidos, como han dicho, fueron los responsables del desastre de la Ciudad de los Deportes y el abandonado estadio Azul, si las bandas “tuiteras” la muerden y mastican con frenesí; si todo conspira en su contra, tanta insistencia no le ayuda en lo mínimo.
Peor aún, la daña gravemente pues coloca los tabiques en el muro de las explicaciones sobre una futura derrota.
La prensa dio cuenta de otras declaraciones, éstas sí con apellidos y nombres:
“El dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS), Miguel Ángel Yúdico, emitió un comunicado sobre el incidente ocurrido en el lugar donde estaba programado un evento de la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota…
“Según el líder de ese sindicato, habría sido objeto de malos tratos por parte de supuestos coordinadores del Partido Acción Nacional (PAN), sin señalar nombres, cuando los trabajadores acudieron al WorldTrade Center en calidad de organización civil.
“Trabajadores de Mexicana de Aviación, encabezados por Yúdico, irrumpieron en el salón donde estaba prevista una reunión de Vázquez Mota con agrupaciones ciudadanas, tomaron el estrado y se mantuvieron gritando consignas y reclamos, por lo que los organizadores decidieron posponer el evento”.
Como se ve un error de tacto político (maltratar a los quejosos) se convirtió en un acto reventado. ¿Era necesario suspenderlo o se aprovechó el momento para fingir una victimización?
Cuando el graderío se quedaba despoblado algunos expertos en la campaña de Josefina Vásquez (así les dicen; no es ironía), llegaron a la conclusión de un sabotaje originado en una orden de Los Pinos para dominara la candidata y someterla a un programa de continuidad cuyo origen no garantizaba hasta entonces. Si eso fue así, lo consiguieron. Hoy la campaña está en otras manos, pero la mescolanza a nadie deja trabajar en paz.
Pero si a eso se le agregan los desajustes crónicos en su salud como ese inocuo (hasta ahora) mareo de ayer por el cual se vio forzada a tomar un fugaz descanso en el acto convocado por Alejandro Martí, la cena del desastre esta servida.
“La candidata panista Josefina Vázquez Mota (SE) sufrió un mareo durante su presentación en el evento de México SOS. Vázquez Mota no quiso pararse para ir a hablar al atril del foro, se quedó sentada en su lugar y desde ahí comenzó a hablar.
“La panista realizó varias pausas en su discurso para tomar aire, pero hubo un momento en que le temblaron las piernas y las manos y dijo que no podría continuar, entonces le ofrecieron un refresco y continuó leyendo su posicionamiento. Posteriormente fue hablando más fluido hasta concluir”.
Este agotamiento también hizo presa de ella durante la campaña interna cuando sus deshilvanadas y hasta incoherentes respuestas en una entrevista radiofónica (Ana Paula Ordorica) fueron explicadas como consecuencia de la fatiga por los constantes viajes.
En otra ocasión (abril de 2009), cuando Calderón la separó del gabinete, Josefina se vio forzada a buscar una silla ante la debilidad de sus piernas a punto de vencerse por la emoción.
Y si este conjunto de desventuras prosigue, la campaña estaría sentenciada. De acuerdo con ese riesgo o esa coincidencia de riesgos, ya nada más faltaría una declaración presidencial para decirles a los panistas, no se hagan bolas, la candidata es Josefina.
Sería la tormenta perfecta.