Estamos en una mesa en la terraza del Alcázar de Chapultepec. Paño colorado, cartones con nuestros nombres. Piso ajedrezado. Cristina y yo volvemos a quedar juntos en la presentación de otro libro. Éste se llama Voces de libertad.
Veo una fotografía de 1981 en blanco y negro.
El maestro Arturo Sotomayor, un desaparecido periodista de la “vieja guardia”, de pie a nuestras espaldas, pone sobre la mesa de un presídium en la presentación de un libro, una diminuta copa; más bien la tapa de una licorera. Con la otra sostiene la anforita.
Cristina Pacheco lo mira mientras sonríe con cierta picardía. El libro se llama Por nosotros y por la ciudad. El escenario el Centro Cultural José Martí y los demás presentadores del texto son Yolanda Montes, Tongolele; Juan de la Cabada, Arturo Martínez Nateras y Joaquín Álvarez Ordoñez. El autor escribe estas nostálgicas líneas.
—Señoras y señores —dijo Sotomayor con su “pachita a cuestas”—, este libro es una provocación; así pues (y alzó la diminuta copa), por nosotros y por la ciudad… y se empujó el traguito en regocijado y jocoso brindis. Los demás hicimos lo mismo, hasta donde alcanzaron los dedales.
Esa noche Cristina fue largamente generosa con mis textos. Ambos buscábamos, cada quien en su especialidad, abrirnos camino en el periodismo.
Ahora veo otra foto. Ésta en espléndidos colores.
Estamos en una mesa en la terraza del Alcázar de Chapultepec. Paño colorado, cartones con nuestros nombres. Piso ajedrezado. Cristina y yo volvemos a quedar juntos en la presentación de otro libro. Éste se llama Voces de libertad y es una colección de crónicas urbanas sobre el oficio y la presencia de los voceadores como penúltimo eslabón final de una cadena por la cual los diarios acaban en manos de los lectores.
Escribimos (por invitación de Abelardo Martín y la Unión de Voceadores) muchos periodistas. Algunos de inalcanzable fama y jerarquía como Jacobo Zabludovsky, Cristina y Carlos Monsiváis entre otros.
Me doy cuenta de cuántos años hemos pasado Cristina y yo, cada quien en lo suyo, pero con la ineludible cercanía de compartir muchas formas de ver la profesión y otros afectos familiares y amistosos de los cuales no habré de abundar. Todo ese pasado cercano me permite ahora sentir una enorme alegría por la reciente distinción al talento y obra de Cristina.
Le han entregado el primer premio “Rosario Castellanos a la Trayectoria Cultural de la Mujer”. Lo ha discernido un jurado compuesto por Gloria Dubner (Argentina), Diamela Eltit (Chile), María Novaro (México), Rosaura Ruiz (México) y Amelia Valcárcel (España).
Pero si el premio vale por el alto simbolismo de una distinción de alcance internacional, también son de notar (y harto) los 100 mil dólares de su monto. Además, le entregarán una escultura de Yvonne Domenge (otra mujer de talento) y publicarán profusamente su discurso de aceptación.
Todo eso lo informó ayer en una conferencia de prensa en Bellas Artes, (culminada con una llamada telefónica a la galardonada, en nombre del Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes), por Consuelo Saizar y como corresponde al éxito de alguien por quien siento tanto afecto personal y reconocimiento profesional, públicamente me sumo al gozo.
Como parte de su obra premiada con esta distinción se deben recordar algunos títulos, además de su extensísima obra (en horas y minutos) por radio y TV con la cual ha dignificado a los medios electrónicos a su paso por ellos.
Para vivir aquí (1983), Sopita de fideo (1984), Cuarto de azotea (1986),Zona de desastre (1986), La última noche del tigre (1987), El corazón de la noche (1989), Para mirar a lo lejos(1989), Amores y desamores (1996), Los trabajos perdidos (1998), Limpios de todo amor, cuentos reunidos, 1997-2001 (2001), El oro del desierto (2005), son algunos de sus trabajos.
Ahí están las fotografías. Ya desaparecieron las hojas de los últimos treinta calendarios, pero en ambas perviven la lúcida mirada de Cristina y su sonrisa generosa.
EL GALLITO
Así parezca, como dicen algunos de las corridas de toros, una barbaridad, la cría de gallos de pelea es una ciencia muy interesante. La revista americana The gamecock publicó el año pasado un artículo sobre notables razas de esta especie. Uno ni se imagina.
Claret , Roundhead (Cabeza Redonda), Hatch (E.S. Hatch), White Hackles, Miner Blues, Sid Taylors, Redquills, Warhorses (Caballos de Guerra), Pierce Shufflers , Narragansett, Marsh Butchers, Kelsos, Chets, Bumblefoot Greys, Long Island Reds, Frost Greys, Duke Hulsey, Locust Reds y Greys, entre otros.
Se le olvidó poner al “Eruviel Warrior”, quien amenaza con responder gravemente si alguien “les pica la cresta” a los del PRI.
Así lo dio a conocer Crónica, ayer:
“El gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, advirtió al PAN y PRD que “no nos piquen la cresta”, porque el PRI hará una campaña propositiva y de altura hacia la Presidencia de la República, “pero no nos vamos a dejar; por cada ataque y calumnia en contra de nuestro candidato Peña Nieto, habremos millones para defenderlo”, dejó en claro.