Describía Homero a los personajes de sus rapsodias mediante algún signo distintivo .Eos, por ejemplo, era la de los rosáceos dedos; Antíloco era el mensajero de veloces pies; Ayax era el magnánimo; Patroclo el del divino linaje y Hécuba la de los níveos brazos.
Odiseo era el ingenioso.
Tan ingenioso como Marcelo Ebrard quien hoy se muestra no sólo como el hombre de la congruencia, la decencia y el respeto a sus palabras sino como un experto en salvamentos. Ha salvado a Marcelo Ebrard.
En otras condiciones hoy el jefe de Gobierno sería un simple derrotado, pero gracias a su capacidad de negociación, en la cual se muestra como un Talleyrand o un Kissinger, sale de la contienda interna con las alforjas llenas de dones y el futuro asegurado.
Si Andrés Manuel con la izquierda unida en torno suyo, gana las elecciones para las cuales ayer formalizó su participación más allá de los tiquis miquis del proceso y los matices impuestos por la ley electoral, Marcelo ganará con él. SI Andrés pierde, perderá solo. Ebrard ya habrá llevado su barco a playa segura.
–¿Cuál?
La ciudad de México de la cual desde anteayer le pertenece políticamente.
Solamente un memo podría creer en la patraña de ver derrotado al PRD en la ciudad de México. El PRI, ni con cuatro “efectos Peña” podría desarticular la estructura clientelar del Partido de la Revolución Democrática hoy fortalecida por el acuerdo del Hilton.
Por eso estas palabras tienen mucho significado:
“También expreso que respaldaré a Marcelo Ebrard en la orientación política que él defina, en el marco de la legalidad y de la democracia, para seguir gobernando la Ciudad de México, esta gran ciudad, con los mejores ciudadanos, mujeres y hombres, honestos y comprometidos con el bienestar del pueblo, con el bienestar de todos los ciudadanos.
“Asimismo, hago el compromiso con Marcelo de convocar a todos los ciudadanos, de todos los sectores productivos, de todas las clases sociales, de todas las corrientes de pensamiento, a la construcción de un nuevo pacto social para la equidad y el progreso.
“Estoy consciente de que Marcelo representa a amplios sectores de las clases medias y empresariales, promueve nuevas causas ciudadanas como la ambiental, libertades y nuevos derechos y una mayor cooperación internacional en materia de seguridad y desarrollo económico.
“Por lo mismo, al ir juntos, nos vamos a complementar y eso, se los aseguro, nos permitirá potenciar nuestras fuerzas, con el objetivo superior de transformar a México”.
Hoy Marcelo puede disponer de todo el “dinero subterráneo” del DF (cuya cuantía es incalculable) para respaldar la candidatura de AMLO y fortalecer su posición como elemento central de toda una estrategia.
Tiene además la bandera blanca para decidir a quién quiere como sucesor. Si se inclina por su proyecto ya conocido de entregarle la administración (no el poder) a Mario Delgado o dejarle el gobierno a Alejandra Barrales o a Miguel Ángel Mancera.
En pocas palabras, puede hacer cuanto le venga en gana.
Ebrard además ha ofrecido una lección de habilidad política. Como en ocasiones anteriores ha salido fortalecido de una derrota o de un revés en la vida. Cuando Vicente Fox lo echó del cargo por el asunto de Tláhuac, se quedó con los papeles de la explicación a las puertas de la asamblea. No le dieron tiempo ni de decir cómo habían pasado las cosas.
De policía incompetente pasó a víctima del alebrestado panista quien por perjudicar a Andrés Manuel, le abrió de par en par las puertas del futuro. El jefe de gobierno lo hizo secretario de Desarrollo Social y de ahí se proyectó a las alturas de hoy cuando su estrella brilla como nunca, sin riesgo alguno. EL resultado electoral le favorece sea como sea. Él se ha reinventado desde abajo.
Y ya no hablemos de cómo se rehízo cuando el asunto del “News Divine”.
Los gatos tiene siete vidas, pero MEC tiene siete gatos. Por eso se ganó la definición homérica de AMLO: Odiseo atado al mástil del barco, con la cera en los oídos en medio del canto de las sirenas, enviadas no por Circe, sino por Felipe.
Pero aquí se equivoca Andrés. Odiseo no se tapó los oídos. Quienes llevaban cera en los pabellones, eran los nautas. Él escuchó a las sirenas y por eso lo ataron al palo.
“… Pasa de largo (Rapsodia XII) y tapa las orejas a tus compañeros con cera blanda, previamente adelgazada a fin de que ninguno la soga, pero si tu desearas oírlas haz que te aten en la velera embarcación, de íes y manos, derecho y arrimado a la parte inferior del mástil, y que las cuerdas se liguen al mismo; y así podrás deleitarte escuchando a las sirenas…”
Por lo visto “El peje” conoce la literatura “de oídas”, no de leídas.
OAXACA
Sigue padeciendo Gabino Cué los amagos del magisterio oaxaqueño, poder caciquil en el cual, quiso apoyarse para llegar a un gobierno en el cual lo tiene atado de pies y manos. Si a eso se le agregan los conflictos agrarios, como el perpetuo de Los Chimalapas, se entienden estas palabras de su reciente informe:
“Oaxaca no puede seguir siendo referente nacional del conflicto e inestabilidad”.
Pues de poder sí puede, si puede.