En el pleito reciente (diferendo le llama la eufonía) entre el presidente de la República y el Consejo de la Judicatura, se ha hablado mucho –y FCH lo ha hecho con frecuencia– de la distancia entre la verdad legal y la verdad a secas. La verdad real o aquello en tiempos lejanos conocido como “la verdad desnuda”.
No siempre empatan.
Sin embargo cada quien tiene un punto de vista sobre este asunto y en el mar de las muchas verdades, donde casi siempre se oculta la última mentira (o al menos la inexactitud) deberíamos hablar de otra especie, tan elusiva, mimética, indefinida e imprecisa como la verdad jurídica: la verdad política.
Por ejemplo, las siguientes son verdades políticas. Son pronunciamientos firmados por personas cuya calidad académica, ética o moral, haría impensable el uso propagandístico de su prestigio para elogiar a quien no tuviera méritos para recibir esas calificaciones.
Bajo la responsabilidad de Javier Robles, 25 intelectuales de la izquierda nacional, publicaron (6-11) esta lista de condiciones frente a las cuales triunfaría el señor licenciado Martí Batres en la pelea por la candidatura al gobierno de la ciudad de México.
Una larga relación de las necesidades para hacer de esta la ciudad más hermosa del mundo, una especie de paraíso a la izquierda del Jardín de las Delicias.
Así dice el desplegado de quienes intentaron un madruguete por la mañana y se hallaron con un hombre sin empleo por la tarde:
“Por qué estamos con Martí Batres (así, sin los correspondientes signos de interrogación), porque la ciudad de México
*Necesita reafirmar y profundizar su vocación democrática y transformadora: *Requiere ofrecer una propuesta de cambio social firmemente anclada en los principios de igualdad social y participación ciudadana;
*Le es fundamental un gobierno cercano que escuche a la gente y conozca sus problemas;
*Debe seguir siendo laboratorio y referencia nacional de cambios sociales y políticos avanzados;
*Necesita gobernantes de permanente y probada trayectoria en la izquierda y las luchas sociales;
*Necesita un giro para ir más lejos en la perspectiva progresista, reconocer y garantizar nuevos derechos, ampliar las libertades, fortalecer a los sectores populares y empoderar a la ciudadanía;
*Debe ser alternativa a las políticas conservadoras y a la visión neoliberal…”
En ese mismo tono sigue un listado de otros nueve requerimientos, demandas y deberes cuya naturaleza va desde el cambio climático hasta la ampliación de espacios para la cultura, la movilidad urbana y la consagración del movimiento LGBTTTI.
Y el remate obligado:
“Quienes suscribimos este documento consideramos que MBG es el más indicado para consolidar esta agenda transformadora.”. Y después una larga lista de méritos ante los cuales el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard no tuvo piedad. Lo corrió de un manazo.
“Mi despido fue producto de una decisión política”, gimoteó Martí Batres frente a cuanto micrófono le ofrecieron, como si su nombramiento no hubiera tenido la misma raíz y condición. Otra decisión política.
Aquí chocaron la verdad real (el poder) y la verdad política (el rollo). Ganó la realidad.
IMSS
Por segundo año consecutivo el índice de calidad del servicio resulta favorable a la administración de Daniel. Kara, en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Con el respaldo de Transparencia Mexicana varias empresas encuestaron a los usuarios de los servicios del IMSS. Las respuestas son reveladoras: casi 80 por cieno de los derechohabientes considera conveniente la calidad del servicio.
“La encuesta de satisfacción de usuarios de servicios médicos del IMSS se integró por 38,081 entrevistas; 20,224 en primer nivel, 10,922 en segundo y 6,935 en tercero. El levantamiento fue realizado por dos empresas independientes al instituto, entre el 20 de junio y el 1° de julio de 2011, teniendo un nivel de confianza del 95%”, dice el documento divulgado por la institución.
“Con estas acciones –dice el IMSS–, el instituto avanza en la construcción de un sistema integral de medición de la satisfacción de los usuarios de los diversos servicios que presta, lo que permite establecer periodicidad, regularidad y certeza en la difusión de los resultados de las mediciones, así como incorporar mecanismos de participación ciudadana y acceso a la información generada”.
MISTERIO
Hace unas semanas el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, proclamó su interés en debatir asuntos políticos con el gobernador del estado de México. Enrique Peña miró para otra parte.
Hoy, entre panistas, Santiago Creel le sugiere a Josefina Vásquez Mota (quien ya lo imitó en la licencia legislativa) tres sesiones de intercambio de ideas y contraste de puntos de vista y ante tal invitación Ernesto Cordero no levanta la cabeza para decir, yo voy.
¿Estará esperando la fecha de su renuncia tras la presentación del presupuesto? Quizá.