Nadie sabe la razón, pero los mexicanos a veces derrochamos en festejos el esfuerzo para continuar con la materia misma de la celebración.

Este dispendio de la alegría nos ha lleva graves formas políticas. Un ejemplo:

Alertado de las dimensiones colosales del yacimiento petrolífero de Cantarell, José López Portillo, autor de algunas buenas frases en algunos buenos discursos, sentenció como si quiera dejar en el mármol sus palabras: debemos prepararnos para administrar la abundancia.

Con esa esperanzadora fórmula mágica se habían acabado quinientos años de miseria nacional. Y no fue así. Hoy estamos tan lamentablemente atrasados y pobres como antes del auge petrolero. Los veneros se agotaron y la pirotecnia consumió nuestra fortuna.

Y no queda siquiera el recurso de decir, ¿quién me quita lo bailado? Muchos ni siquiera bailaron y los danzantes lo dejaron enormes fortunas para la codicia de sus descendientes. El país, en el pozo seco.

Y sucede lo mismo: Vicente Fox nos dijo por decreto cuán democrático iba ser el porvenir y no sólo ensució un proceso electoral sino contaminó las cosas al punto de una siembra de razonados motivos para creer, hasta ahora, en un fraude electoral por parte de su sucesor.

No la tenemos pero cómo hemos festejado la democracia. Como si fuera algo necesario, cierto, real y no una simple fórmula de traslado del poder o como decía Borges, una curiosa aplicación de la estadística.

Ya del futbol ni le hablo. Ayer el Paseo de la Reforma era un río esmeralda con los nuevos niños héroes previamente manoseados y utilizados de manera aleve e indecorosa por la demagogia del gobierno Federal y ¡faltaba más! el de la ciudad de México. ¿Valía la pena la escandalera?

Sí, valía por los muchachos ganadores y por los hombres y mujeres agrupados frente al televisor en sus casas el domingo y por la sinceridad del deporte bien practicado. Pero no vale tanto cuando se ve a los “grillos” en pleno secuestro de una gloria a la cual no colaboraron.

También merecían los elogios y los aplausos de los sinceros ciudadanos y niños por las calles orgullosos de su exhibición y sus logros, pero la “gubernamentalización” del éxito es a fin de cuentas la misma canallada de siempre. El uso de los niños.

PRENSA

Como sucede con la frecuencia requerida por la realidad, reproduzco aquí parte del informe de la federación Latinoamericana de Periodistas, la Fapermex y el Club Primera Plana en torno de la realidad del periodismo en México.

Ciento veintiséis asesinados (116 periodistas, 8 trabajadores de prensa y 2 familiares victimados en los últimos 28 años;17 desapariciones forzadas (13 permanecen desaparecidos).

De las muertes contabilizadas, 90 asesinatos y 17 desapariciones forzadas de comunicadores, trabajadores de prensa y familiares ocurrieron durante los gobiernos panistas de Vicente Fox durante esta administración.

La FELAP insiste:

“…lo más grave: todos estos crímenes se encuentran en la más absoluta impunidad. Visitan y se van del país las más connotadas personalidades o funcionarios encargados de los derechos humanos de los organismos internacionales y tal parece que todo sigue igual, sobre todo en el caso de las víctimas de las libertades de prensa y expresión, tanto mortales, de desaparición forzada y de toda índole, por la nefasta impunidad prevaleciente.

“Al concluir este viernes 8, su visita a México la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, expresó que el poder que ha acumulado el crimen organizado mina las raíces de la democracia, al tiempo que hizo una crítica severa a la militarización del país e instó al gobierno mexicano a garantizar la seguridad ciudadana y el respeto a las garantías humanitarias. Sin embargo del drama de los periodistas no mencionó una sola palabra.

“Sabemos que algunos interesados (desde algunas ONG’s), puesto que la señora Navi Pillay no se reunió con el gremio organizado (excepto para opfrecer una conferencia de prensa, pero nada más) , le hicieron llegar listas sesgadas sobre la realidad que vive el país sobre atentados a periodistas, trabajadores de prensa y familiares de los comunicadores, que tienen el doble propósito de quebrantar las libertades prensa y expresión, así como de minar el derecho a la información del pueblo de México.

“Esas listas no coinciden con lo expuesto en este informe, se manejan 70 homicidios y 12 desaparecidos de 2000 al 2011, cuando en realidad han sido asesinados 80, más 8 trabajadores de prensa y 2 familiares. Las desapariciones forzadas suman 17, 4 de ellos aparecieron muertos, 13 continúan desaparecidos.

“Cuando con urgencia el gobierno federal dio a conocer un protocolo para la defensa de los periodistas sin periodistas, manifestamos de inmediato nuestro repudio; ahora con la protocolización de la declaración Mérida, por la cual el licenciado Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados y el gremio organizado nos comprometimos a sacar adelante la agenda legislativa pendiente del periodista, declaramos que ese es uno de los caminos seguros para proteger a los comunicadores”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta