Hará cosa de diez años o un poco más.

El vetusto Hotel Francis de la ciudad de México, en el Paseo de la Reforma y avenida Morelos, por cierto donde terminó el 8 de julio de 1976 la marcha de los dolientes del usurpado periódico “Excélsior”, acababa de ser renovado para darle paso al muy elegante “Imperial” con todo y su leyenda porfirista y carrancista.

Quienes hacíamos la revista “Época” en la calle Donato Guerra a pocos metros de ahí teníamos el “Imperial” como salón social. Por las mañanas íbamos muchas veces a desayunar. Luego los aperitivos y la comidas en el bar Gaudí donde muchas veces la noche nos hallaba bajo la tutela de Donn Zenon, el tabernero, en la interminable compostura del mundo y con la edición semanal en pleno atraso.

Una mañana en una mesa con vista a Morelos, vi a un señor con gruesos anteojos y barba hirsuta. Garrapateaba sin fatiga ni pausa, notas y más líneas en una libreta de tapas negras. Letras firmes, tachones, frases desordenadas y párrafos concisos y originales. Impresiones sobre la vida, intentos de canciones, dibujitos. Creo haber visto hasta sumas y restas. Era Facundo Cabral a quien tiempo antes había conocido en Televicentro.

Hablamos un poco sobre muchas cosas y también sobre la entrevista concedida el día anterior uno de los reporteros de cultura del semanario. Le prometí algunos ejemplares. Nos despedimos.

Por la tarde regresé y uno de los meseros me dijo:

–Su amigo olvidó este cuaderno”.

Me pareció extraño el olvido. Yo le suponía a ese paginario una condición de talismán, no para mí, sino para su dueño quien goteaba en las hojas sus pensamientos y sus emociones. No era un diario, era un rosario de instantes.

Había frases e ideas. Lo revisé y leí cosas simpáticas y otras no tanto. Era una especie de confesionario portátil y sin cura. No sé si lo inventé pero creo haber leído hasta una receta médica con quien sabe cuántas gotas cada día, por la mañana y por la tarde.

MI primera intención fue apropiármelo.

Lo imaginé destripado y “scanneado” en el taller de la revista para satisfacción de quien sabe cuántos morbosos. Incluso ya tenía yo un título para el reportaje: “El cuaderno perdido de Facundo Cabral”. ‘Epoca” rescata del olvido textos inéditos del poeta”.

La revista ganaría una exclusiva y yo le devolvería más tarde su libreta a Facundo. Todos felices.

En eso estaba yo cuando lo vi entrar desconsolado por la misma puerta giratoria donde años más tarde balacearían sin piedad a la abogada Raquenel, milagrosamente viva en ese atentado. Como si lo adivinara me tendió los brazos y me pregunto dónde estaba su tesoro.

Me quede conmovido por el desamparo de un hombre cuya memoria cotidiana se había quedado junto a los saleros y los platos sucios en la mesa de un restaurante.

Le tendí los papeles y le ofrecí cualquier explicación.

Yo lo iba a entregar a la administración le dije como si me hubiera sorprendido en un robo. De la idea editorial ya no hablé nada

Molesto conmigo, como si yo hubiera sido culpable de sus distracciones se dio la media vuelta con su cuaderno negro bajo el brazo. Murmuró quien sabe cuántas carnes y ya ni se despidió. No volvimos a vernos jamás. Yo no sé si los artistas son así o son de ese modo por creerse artistas. O por serlo. Me da lo mismo.

A fin de cuentas su trabajo nunca me gustó en lo musical ni mucho menos en su melcochosa oferta de una sensibilidad mezcla de Gandhi con la Madre Teresa. Ni modo, cada quien sus gustos.

Pero eso no le resta horror a su asesinato, ni tristeza a su recuerdo.

MEXICO/ PERU

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión acordó el pasado 6 de julio un punto para atender las preocupaciones de productores agropecuarios en vista de un posible acuerdo comercial entre México y el Perú.

Usted puede creerlo pero los representantes del campo han participado en más 100 reuniones de trabajo y 10 rondas de negociaciones en los últimos seis años con funcionarios federales, principalmente de la Secretaría de Economía, ahora a cargo de Bruno Ferrari.

Y todavía no hay un acuerdo.

El sector agropecuario pide tiempos de apertura, cuotas de importación y desgravación paulatinas para no arriesgar empleos; dañar el nivel de vida en un sector históricamente pobre, ni frenar las inversiones.

Para ello las representaciones del campo, principalmente el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), que preside Juan Carlos Cortés, y la Confederación Nacional Campesina (CNC), encabezada por Gerardo Sánchez, solicitaron el otorgamiento de apoyos compensatorios para mitigar los efectos negativos a los productos sensibles, así como acciones que garanticen una protección fito-zoo-sanitaria para evitar el contagio de plagas y enfermedades hasta ahora inexistentes en México.

Por ahora todo esta aun en manos del Senado.

HEROES

Bienhaya por los ganadores. Bienaventurados quienes merecen reconocimiento y aplauso por su esfuerzo. Lástima si después de ésta maravilla caen en garras de políticos para quienes su dorada juventud será festín de demagogia para justificar otras cosas. Los ampare Dios, y los libren las estrellas de las garras mafiosas del futbol, como de las otras. Hoy son esperanza y alegría para todos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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