Comienza el año con buenos deseos cuya amplitud bienhechora para todo el mundo, no les resuelve a algunos los dolores de cabeza.

En Oaxaca, donde las cosas normales casi siempre son excepcionales y las iguanas vuelan; los caballos hablan y los conejos fornican con las tortugas (eso lo ha dicho Andrés y lo ha pintado Toledo) se han anulado 47 elecciones municipales, cosa de nada en una zona con 570 municipios regidos o por leyes escritas o por el uso y la costumbre.

La prensa local divulgó ayer un informe de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, significativamente preciso, en cuya parca elocuencia se advierte el clima político. Nada raro, dirían los conocedores:

“Derivado de la toma de poderes en Oaxaca, el saldo reportado por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) es de siete personas lesionadas por arma de fuego y machete, así como dos autos incendiados, 24 palacios municipales tomados (y tres incendiados); cuatro carreteras bloqueadas y una tensión en 47 municipios donde el Congreso Local nombró administradores municipales”.

En este sentido la secretaria de Gobierno, Irma Piñeyro, quien de la noche (la campaña) a la mañana (el gobierno) pasó de ser adversaria y contendiente contra Gabino Cué a dócil subordinada (aparentemente) hizo un optimista recuento de las cosas.

“…aseguró ayer que hasta el momento únicamente en 11 ayuntamientos prevalecen problemas derivados de las elecciones municipales.

“La funcionaria (I.P) mencionó que hora con hora se resuelven inconformidades, por lo que ya no proporcionará cifras de palacios tomados para evitar mal informar a la opinión pública. Destacó que hay diálogo con los pobladores de Candelaria Loxicha, San José Tenango, Santa María Ozolotepec, Santa Lucía del Camino, entre otros para llegar a acuerdos definitivos”.

Pero los oaxaqueños, además de agradecerle a la señora su buena intención de no “mal informarlos” mediante el adecuado procedimiento de no hacerlo del todo (como si no se pudiera “bien informar”), andan desde hace días con la cosa de saber dónde quedó aquella promesa de Gabino de llevar a su gabinete nada más a personas tituladas y con conocimientos oficialmente reconocidos.

Como se sabe cuando se agotan los expedientes de la promesa recurrente los políticos inventan cosas para abultar el catálogo de la esperanza. Ya no basta con prometerles a los niños un par de zapatos, un cuaderno y un lápiz.

No, ahora se les dijo, los burócratas de alto nivel, deberán tener también un alto nivel de escolaridad. Por eso se les prometió a los ciudadanos un gobierno con grado universitario.

Pero la promesa, como suele ocurrir, no se cumplió. Lejos de eso, causó el primer cisma en el gobierno recientemente estrenado. No se disipaban aun los aromas de la novedad cuando ya se dejaban muertos y heridos en el camino. Y quien deja así a sus compañeros, antes de cobrar la primera mesada, también siembra rencores.

Por lo pronto, derivado del incumplimiento de sus propias iniciativas, Gabino ha solicitado la renuncia (la primera a los 16 días de iniciado el gobierno inútil hasta para expedir nombramientos) de dos secretarios de su gabinete: Adelfo Regino Montes, de Asuntos Indígenas y Alfredo Ahuja Pérez de Economía y Turismo.

Pero en el caso de Irma Piñeyro las cosas no son iguales.

–¿Y cómo nos vamos a arreglar, mi gober?, le habría dicho la asimilada.

–¡Oh!, tú pérate, pues.

Y para sostenerla en su cargo (una cuota imprescindible), Gabino ha mandado una ley en contra de sus propias iniciativas. Le pidió al diputado panista Luis de Guadalupe Martínez, una contrarreforma en la cual se exaltara el valor de los conocimientos del autodidacta mediante un farragoso rollo del conocimiento y el reconocimiento.

“En tribuna -dice “e-Oaxaca”– , el panista llamó a reformar la fracción tercera del artículo 14 de la ley orgánica del Poder Ejecutivo respecto a los requisitos para ser titular de una secretaria u órgano auxiliar del Poder Ejecutivo.En este artículo se establece que son necesarios cédula, título o “equivalente” para ser titular en el gabinete legal y ampliado.

“Para sustituir estos requisitos el diputado Martínez se apoyó en el término “equivalente”, a fin de que en lugar de título o cédula profesional los aspirantes a un cargo público puedan presentar sólo su “currículo” que demuestre su experiencia profesional y laboral.

“No se trata de derogar esa fracción tercera o echarla para atrás. El propósito es contar con funcionarios que tengan experiencias profesional y para ello sea requerida esa acreditación académica”.

A través de este empleado legislativo, Gabino Cué hace en esencia algo muy viejo en este mundo, cuando un político no quiere o no puede o no le conviene cumplir con la ley (así la haya promovido él mismo) , no cambia su conducta; cambia la ley.

¿Con este mismo respeto se va a conducir Gabino en todo lo demás?

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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