A pesar de la reverente invocación bicentenaria implícita en su nombre, el estado de Morelos es desde hace ya tiempo, un verdadero desastre en todos los órdenes. Y cuando algunos ilusos creyeron en el retorno del PRI a la alcandía de su capital, Cuernavaca, como el principio de un retorno al orden y la eficacia política, con todos sus derivados, la desilusión les llenó el alma en muy poco tiempo.
La administración (si a esa desatinada forma de equivocarse en todo se le puede llamar administración) de Martínez Garrigós tiene, además del componente de frustración ciudadana, un daño colateral sumamente peligroso para las aspiraciones del Partido Revolucionario Institucional, sobre todo por la auto impuesta condición del presidente municipal de representante generacional y político de Enrique Peña Nieto, en Morelos, categoría inventada por él mismo, con la cual se siente “cincho” para buscar el gobierno estatal.
El viernes anterior, para analizar la opinión de los cuernavaquenses ante el informe de su alcalde, “El diario de Morelos” hizo una investigación de campo. Los resultados de tal muestra son simples: Manuel Martínez Garrigós Es el peor alcalde de los años recientes de Cuernavaca. Punto. Bueno, punto no, también el más corrupto.
Ayer el mismo medio publicó una nota confirmando la encuesta anterior: “…los entrevistados, que en su mayoría rebasaban los 30 años, se mostraron de acuerdo con los resultados del sondeo que arrojó preferencias hacia la persona del desaparecido Alfonso Sandoval Camuñas en los rubros de mejor edil, el más honesto, el más cumplidor y el más trabajador.
“Asimismo, dijeron estar de acuerdo en que el actual edil se haya posicionado como el peor y el más corrupto, entre los seis que conformaron la terna, incluidos Sergio Estrada, José Raúl Hernández, Adrián Rivera y Jesús Giles”.
Pero además de las mediciones y la estadística, un jubilado del ayuntamiento, a quien conozco desde hace tiempo, me envía estas pequeña crónica. Un ejemplo del despelote.
“El viernes, la cita para escuchar el 1er informe del MMG fue a las 17:00, pero empezó hasta las 18:30, a pesar de la rechifla del respetable. Todos acarreados y que los priístas llaman la «ola roja», militantes, simpatizantes y empleados del ayuntamiento, Sapac (servicio de agua potable de Cuernavaca); el DIF municipal, etc., que custodiaban el perímetro de la recién bautizada “Plaza de Armas Emiliano Zapata», lo que ahora la vox populi llama «el zapatita» (por la mini escultura 10 veces más chica que la de la entrada, a la que los cuernavacenses llamamos «zapatota»).
“Ante la rechifla de impaciencia, la estúpida presentadora trató de animar a los inconformes y les dijo que «estábamos ahí, esa tarde para escuchar los resultados de 360 días de gestión del gobernador Marco Antonio Adame» jajajajajajaa.
“Trató de rectificar y la regó otra vez, dijo que en unos momentos haría su arribo el gober… representante del gobierno municipal», tuvo que entrar al quite un “maestro” de ceremonias.
“La gente se burlaba de risa y la rechifla creció ante la mención de los invitados de honor: Marío Marín, o séase el góber precioso; Ulises Ruiz, Nereo Bandera, alcalde de Temixco, conocido y reconocido por su larga trayectoria de corrupción; el reconocido, diputado federal Fernando Martínez Ce, etc. A todos ellos, los abuchearon, a pesar de que el 90% de los presentes eran borregos acarreados.
“A eso de las 18:30 entró el MMG muy elegante de traje negro con corbata roja, acompañado de chinelos danzantes y tambora saludando a todos. Hartos cohetones tronaron hasta que llegó al templete, todo él vestido de rojo y con mega pantallas en los costados que transmitían imágenes de inauguraciones, colocación de primeras piedras, dotación de becas, etc.
“Dicen los que saben que el numerito fue prácticamente el anuncio de la candidatura al gobierno estatal, al menos para eso, a los empleados del ayuntamiento los “invitaron» a votar hoy por Amado Orihuela para dirigir al PRI estatal, porque éste fulano le va dar la candidatura al estado al MMG.
“El acarreo, las dádivas y las amenazas veladas de pérdida del empleo, empezaron desde el registro en el padrón de votantes, hace un par de semanas”.
Por esas fechas el alcalde se fue a Argentina. Halló el maravilloso pretexto de la fraternidad entre Cuernavaca y General Villegas, un pueblo mediano de Argentina, sin ninguna importancia. No es Buenos Aires, ni Mendoza, ni Córdoba, pues.
El único vínculo, y eso muy discutible es el nacimiento de Manuel Puig, en aquella ciudad y su fallecimiento en ésta. Puig, para quien lo desconozca, fue un autor mediano en los linderos del “boom” (no era Borges, ni García Márquez, ni Sábato, por citar algunos), en cuyos textos Conrado Villegas se llamaba Vallejos y era coronel, no general. Eso fue suficiente para llevarse a seis de sus amigos de paseo por el Parque Japonés, como «Garufa» (vos sos un caso poerdido) en Argentina.
Por poco y se queda al sepelio de Kirchner. Si sigue por ese camino (y seguirá, pues no da para más) el próximo sepelio será el suyo. Políticamente hablando, claro.