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La mecánica de una pretendida solución de los problemas de la delincuencia ha sido muy simple. Tan sencilla como fallida. Y falla por una deficiencia de origen: muchos policías, demasiados, son socios y aliados y encubridores de la delincuencia por una razón muy sencilla: ellos también son delincuentes.

–¿Todos?

–No, no todos. Nada, más aquellos a quienes se les demuestra culpabilidad, impreparación, falta de confianza, nexos con los delincuentes y como a ésos no se les castiga. Cuando se halla a policías culpables simplemente se les separa del cargo. A eso le llaman “depuración policiaca” sin tomar en cuenta la consecuencia: “contaminación social”.

Y si en todo el país la mala conducta de algunos policías resulta asunto grave, desesperantemente grave, en Ciudad Juárez resulta aun peor. No por otorgarles a los juarenses una calidad distinta al resto de los demás de los demás ciudadanos sino por una frase muy sencilla pronunciada por César Duarte cuando tomó posesión del gobierno de Chihuahua y cuya gravedad constatamos día con día: si se pierde Juárez, se pierde México.

Por eso quiero compartir estas dos notas del “Diario de Juárez”. Una de ellas, la primera, muestra el fracaso conceptual de la labor policiaca. Los federales tirotean a un grupo cuya protesta por la militarización de la zona es al tiempo la demostración de su fracaso. Y por si algo fuera necesario la protectora policía los dispersa a balazos.

La segunda confían las afirmaciones del inicio de esta columna. Bandidos, ladrones y policías, todos embarrados en el mismo lodazal.

“La cuarta agencia del Ministerio Público consignará ante un juzgado de Distrito en turno a dos policías federales acusados de herir con arma de fuego a José Darío Álvarez Orrantia, estudiante de la UACJ.

“Los agentes se llaman Félix Rodríguez Reyes y Juan Saucedo Meza, y serán presentados por los cargos de lesiones.

“Orrantia Álvarez fue operado hoy por segunda ocasión en el Centro Médico de Especialidades luego de que el viernes por la tarde fue baleado presuntamente por los efectivos antes mencionados”.

Y la siguiente:

“Dos agentes de la Policía Federal fueron detenidos la madrugada del día de hoy, acusados de atracar a unos automovilistas en el Canal y la avenida De las Industrias, donde los habían despojado de sus unidades y carteras.

“Al filo de las 3:00 horas fue cuando los elementos que andaban vestidos de civiles y se desplazaban en un taxi hicieron que el trabajador del volante se le cerrara al conductor de una pick-up marca “Chevrolet”, de modelo atrasado.

“Realizaron varios disparos al aire y le pidieron las llaves de la unidad, así como su cartera con 800 pesos, tras lo cual el afectado pidió el auxilio de otro guiador que pasaba en un auto 300M con placas de Texas, quien dio aviso a las autoridades y se detuvo para ayudarlo.

“Resultó que los federales también le habrían quitado las llaves del vehículo y su cartera, pero arribaron los policías municipales que detuvieron a los oficiales Daniel De la Torre Hernández y Edgar Iván Saavedra Ruiseñor, quienes se identificaron como tales y dijeron que andaban checando autos robados. Les aseguraron dos pistolas reglamentarias calibre .9, abastecidas con 14 y 7 tiros, así como un arma calibre .380 sin cargador, por lo que fueron remitidos a la Comandancia Sur”.

BIUTIFUL

En los cines de México ya no se venden únicamente palomitas. Con el boleto viene incluida una rueda de molino para quien quiera comulgar con ella. Al menos en las salas donde se exhibe “Biutiful” una cinta dirigida, escrita y producida por Alejandro González Iñárritu, quien logra una de genialidad irrepetible: nadie sabe cómo lo hace pero cada una de sus cintas supera a la anterior. Es más mala.

RITZ

“En el corazón de París, un apartamento muy luminoso, con vista a los jardines o a la Plaza Vendóme. Una habitación o un salón de acuerdo a sus necesidades. Cada suite tiene su alma, su armonía, alianza de los más nobles materiales: maderas preciosa, sedas de brocados, trabajados por auténticos artistas, mármol de Carrara en los cuartos de baño…”

Así promueve el Hotel Ritz de París la elegancia de sus servicios y la suntuosidad de sus espacios de hospedaje.

Y todo por un precio oscilante entre los 500 y los 700 euros (casi 13 mil pesitos) cada noche. O sin costo para su bolsillo si usted gobierna una violenta ciudad del Tercer Mundo desde donde lo van a despertar a deshoras para decirle:

“–Jefe, mataron a cinco en Tepito”.

Oh, la, la…

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona