Apenas días después de la convocatoria palaciega por la unidad nacional, tan solicitada y tan lejana, poco le queda a la memoria común de las palabras del presidente de la República. Las semanas de propaganda y sonrisa de oreja a oreja para decirnos los avances en la medicina social o cualquiera otro de los temas machaconamente vendidos a través de la televisión como si se tratara ya no de medicinas “milagro” sino de “política milagro”, crearon paradójicamente un efecto adverso: saturaron a los ciudadanos cuyo interés por el terma se diluyó en la indiferencia.
Quizá solo queden algunas insinuaciones de fatiga de combate; de tiempo concluido y el legado de ciertas actitudes constantes e invariables como el carácter mismo.
“Como Presidente de México, sé que no podemos quedarnos cruzados de brazos viendo pasar nuestras mejores oportunidades como país. No estoy dispuesto a hacerlo, y en lo que a mí respecta, me esforzaré aún más, hasta el último día de mi Gobierno para que no suceda”.
Ya piensa el Presidente en el último día de su gobierno, cuando apenas han concluido las dos terceras partes del mandato.
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Pero más allá de ese discurso y como consecuencia de la oratoria presidencial podemos buscar la raíz de los futuros desencuentros cuya persistencia teñirá los años restantes del accidentado mandato –de principio a fin–, de Felipe Calderón. Un observador cuidadoso verá en la conducta presidencial varios signos recurrentes, no todos reflejados en la pieza oratoria del dos de septiembre en el Palacio Nacional, en el día del Informe y el espejo, por cuyos efectos será difícil alcanzar la anhelada unificación nacional tan lejana y distinta al menos hasta el día de hoy.
El primero de esos gestos, y el más importante de todos es la conducción del Partido Acción Nacional desde Los Pinos con la única finalidad de frenar al PRI sin importar los costos. Esa es la raíz de los actuales e inevitables choques en los meses por venir. Quizá por eso los gobernadores priístas llegaron (quienes lo hicieron) a bordo de un mismo autobús. Como en tiempos de Calles, el bloque de gobernadores, pero ahora en contra.
Esa es la razón para quitarle dinero al gobierno mediante la disminución del IVA así sea en un punto; lo cual en la escala de las finanzas públicas no es ninguna baba de loro; son 30 mil millones de pesos, casi la cuarta parte del presupuesto del Distrito Federal.
Pero eso no tiene importancia a fin de cuentas. La calidad del gobierno nunca ha dependido de su opulencia. Los voceros del gobierno acusarán al PRI de “partidizar” con su mayoría las decisiones del presupuesto, lo cual es una desviación intolerable y el PRI responderá con la embestida en su contra dirigida y orquestada desde la Casa Presidencial.
Lo significativo ahora, lo verdaderamente importante será saber si el PRI esta dispuesto realmente a actuar con una indeclinable actitud opositora; si está dispuesto a llevarlo todo hasta las últimas consecuencias o se comportará a fin de cuentas fiel a su espejo de negociación en favor de una imagen de “responsabilidad” en campos donde la responsabilidad no es suya.
Un ejemplo de esta combativa enjundia lo ha dado, por contraste, el senador Gustavo Enrique Madero en su campaña para llegar a la presidencia de Acción Nacional y mostrarle al jefe cuan intensa es su convicción para lograr el sueño.
Promete seguir la lucha histórica para “abatir ese dique armado por el PRI, al que no le bastaron 70 años como gobierno obstructor del desarrollo de México; también hay que agregarle 10 años como oposición retrógrada”.
Acabar con el PRI sigue siendo la mayor obsesión del panismo en el gobierno y fuera de él.
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Otra de las líneas invariables del empeño presidencial es obviamente la lucha contra la delincuencia organizada, decorada hoy con un bonito moño gracias a la captura de “La Barbie”, Edgar Valdéz, la cual con todas las peculiaridades como se le quieran hallar y a despecho del sonriente cinismo del malevo es un éxito ya sea de la persecución o de la colaboración con los socios estadunidenses. A fin de cuentas parte del juego combinado entre México y Estados Unidos, es nuestra obligación de hacerle el trabajo local a la DEA.
Hoy como nunca la geopolítica manda sobre la política, al menos en esta materia.
En este sentido vale la pena comentar un texto firmado por J.D. Longstreet en el furibundo portal “American Conservative Daily”, para quien México se ha convertido en una nueva Somalia y por tanto el destino natural de la siguiente ocupación militar americana, especialmente por los muertos estadunidenses a lo largo de su frontera sur, es la invasión, como consecuencia de una violencia incontrolable por parte del Estado mexicano.
“Algo esta mal –dice este nuca roja (“red neck”)–, cuando América puede enviar fuerzas militares a los confines del mundo para restaurar el orden y la seguridad de los ciudadanos en una guerra, pero no puede hacer lo mismo cuando se trata de un vecino cercano… les proponemos al comandante en jefe y a los estrategas del Pentágono, planes inmediatos para la invasión y ocupación de México.”
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Y otra notable obsesión, es la televisión. No solo para convertirla en un a herramienta cotidiana y persistente de gobierno, sino para controlarla desde el poder. En esa línea es necesario comprender la creación de un centro de producción de TV pública (¿o políticamente dominada por el PAN?) cuyo estómago ya digiere al Canal 11.
En su informe el Presidente anuncia su decreto para lograr el apagón analógico, lo cual es lógico.
No es tanto una decisión de gobierno (con todo y su componente en ese sentido) sino una imposición de la realidad tecnológica al cual llegamos, como de costumbre, tarde. No por deficiencia política sino por atraso histórico, como hemos llegado en el cabús a todos los demás avances del mundo contemporáneo.
La digitalización permite más señales en la misma banda del espectro; su compresión invita a más participantes y ya se apresta el gobierno a ofrecer las concesiones cuyo aprovechamiento múltiple podría diversificar la oferta hoy en manos de un duopolio.
“…Y al haber más canales, el gobierno va a licitarlos para que entren más participantes y una de las cosas que vamos a tener es que va a haber muchos más oferentes de TV en contenidos culturales, artísticos, informativos, va a haber una gran pluralidad que le hace falta a México”, dijo el Presidente Felipe Calderón en una entrevista con la tele oficial, según reportó la agencia estatal Notimex.
En ese sentido el gobierno ya ofrece apoyo y respaldo para el cambio doméstico de los modernos equipos digitales, con cargo a los recursos logrados a través de la subasta de las concesiones.
Dentro de poco ya no recibiremos, como ahora, una banderita mexicana para festejar el septiembre patrio, sino un subsidio de 60 dólares para comprar un plasma digital. Así el mundo feliz de Aldous Huxley viene a ser el mundo de la tele digital.
Si hoy tenemos una televisión de discutible calidad, por decirlo con educado tacto, cuando lleguen los demás, ¿van a seguir haciendo lo mismo? A estas alturas ninguno de los concesionarios de reciente ingreso se dedica a los contenidos “culturales, artísticos e informativos”.
En todas partes del mundo es más rentable la “telebasura”, como dicen en España.
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Perdida en la abundancia de información de los días recientes ha quedado soslayada la decisión del tribunal electoral de la Federación en cuanto al caso del candidato perdedor de Durango, José Rosas Aispuro y sus calumnias.
Aispuro acusó sin pruebas, a Jorge Herrera Caldera, hoy Gobernador Electo, de estar vinculado con el crimen organizado cuyos fondos habrían financiado su campaña. Y el tribunal determinó, “partiendo de la base de que las expresiones en cuestión son denigrantes y calumniosas”, la aplicación de las sanciones que en derecho correspondan”.
De manera unánime, los siete magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ordenaron al IFE sancionar al calumniador quien montó un conflicto post electoral en el carro de la mentira como antes se había subido para contender en el tranvía de la traición.
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Escribe Juan José Santibañez de la UAM Iztapalapa:
“La iniciativa contra el lavado de dinero mantiene, entiendo, prácticamente intacto el secreto bancario y las operaciones digitales. La relevancia de estos asuntos es ya materia ampliamente conocida en el mundo.
“¿La displicencia de nuestras autoridades no será realmente una deliberada complicidad? Para México eso es cosa de su “expertice”. Un célebre historiador, Ots, describió esa rara habilidad de nuestra élite política para comportarse como súbditos pero sin obedecer los deseos del soberano.Y así seguimos; como que se combate pero no se alcanza el objetivo”.
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Por encima de los problemas y la violencia la vida debe seguir. También el trabajo, dice el gobernador electo de Tamaulipas, Egidio Torre. Mientras transcurre el tiempo de la transición, se reúne con Benjamín Galván Gómez, futuro alcalde de Nuevo Laredo, para elaborar los programas fronterizos de esa puerta para el comercio exterior.
Benjamín Galván confía en la visión de Torre “para poder hacer lo mejor y generar el mayor bienestar para todos”.
Uno de los compromisos de campaña fue apoyar a Nuevo Laredo para atraer más inversión industrial y crear empleos bien remunerados.
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