Freddie Owens, murió el 20 de septiembre tras recibir el coctel mortal; estaba acusados de dos homicidios; le dieron también a elegir para su ejecución entre la silla eléctrica y el pelotón de fusilamiento

Carolina del Sur ejecutó el pasado 20 de septiembre al recluso Freddie Owens, mientras el estado reiniciaba las ejecuciones después de una pausa involuntaria de 13 años porque los funcionarios de la prisión no pudieron conseguir los medicamentos necesarios para las inyecciones letales.

Owens fue declarado culpable del asesinato en 1997 de un empleado de una tienda de conveniencia de Greenville durante un robo.

Durante el juicio, Owens mató a un recluso en una cárcel del condado. Su confesión de ese ataque fue leída ante dos jurados diferentes y un juez que lo sentenciaron a muerte.

Cuando se abrió la cortina de la cámara de ejecución, Owens estaba atado a una camilla, con los brazos estirados a los costados.

Le dijo una palabra a su abogado, quien le devolvió la sonrisa. Pareció consciente durante aproximadamente un minuto, luego cerró los ojos y respiró profundamente varias veces.

Su respiración se volvió más superficial y su rostro se crispó durante otros cuatro o cinco minutos antes de que los movimientos se detuvieran.

Owens, de 46 años, fue declarado muerto a las 18:55 horas del Este de EU. Un médico entró y lo declaró muerto poco más de 10 minutos después de recibir el coctel mortal.

Las apelaciones de último momento de Owens fueron rechazadas repetidamente, incluso por un tribunal federal el viernes por la mañana. Owens también solicitó una suspensión de la ejecución a la Corte Suprema de los Estados Unidos.

El gobernador de Carolina del Sur y el director de correcciones presentaron rápidamente una respuesta, afirmando que el tribunal superior debería rechazar la petición de Owens. El expediente decía que no había nada excepcional en su caso.

Owens fue el primero de varios reclusos que mueren en la cámara de ejecución estatal en la Correccional Broad River.

Otros cinco reclusos están fuera de apelaciones y la Corte Suprema de Carolina del Sur ha despejado el camino para realizar una ejecución cada cinco semanas.

Owens fue condenado por matar a Irene Graves en 1999. Los fiscales dijeron que disparó un tiro en la cabeza a esa madre soltera de tres hijos.

Sin embargo, se le agregó otro asesinato, por matar con un arma punzo cortante a su compañero de prisión, Christopher Lee.

Owens dio una confesión detallada sobre cómo apuñaló a Lee, le quemó los ojos, lo estranguló y lo pisoteó, y terminó diciendo que lo hizo «porque me condenaron injustamente por asesinato», según el relato escrito de un investigador.

Hace dos semanas se pidió a Owens elegir entre la inyección letal, la silla eléctrica y el pelotón de fusilamiento, según el departamento penitenciario, pero en su lugar concedió a su abogada, Emily Paavola, la facultad de tomar la decisión, según muestran los documentos judiciales.

Paavola eligió la opción de la inyección letal para su cliente, según los documentos.