Su liberación, que se esperaba para noviembre de este año, ha generado controversia y se produce en medio de esfuerzos de la Fiscalía General de la República de México para emitir una nueva orden de aprehensión en su contra

Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba, ex gobernador de Tamaulipas, fue liberado de la prisión federal en Estados Unidos el pasado 3 de julio, sorprendiendo a muchos al ser puesto en libertad antes de lo programado inicialmente para noviembre de este año.

Yarrington, de 67 años, había sido condenado por delitos de lavado de dinero tras declararse culpable en marzo de 2021. Su pena original fue ajustada para tomar en cuenta el tiempo que había pasado bajo custodia desde su arresto inicial en Florencia, Italia, en 2017.

El ex mandatario estatal, quien fungió como gobernador de Tamaulipas de 1999 a 2004, enfrentó acusaciones tanto en México como en Estados Unidos relacionadas con su presunta conexión con carteles de drogas, específicamente el cártel del Golfo y Los Zetas. Se le imputó haber recibido sobornos millonarios para facilitar el tráfico de cocaína y marihuana hacia los Estados Unidos.

Su liberación anticipada se produce en medio de una solicitud de la Fiscalía General de la República de México para emitir una nueva orden de aprehensión en su contra por lavado de dinero, aunque las autoridades judiciales han pedido ajustes al expediente para subsanar irregularidades.

Tomás Yarrington, una figura política que también aspiró a la presidencia de México en 2006 antes de ser expulsado del PRI en 2016, enfrenta ahora la posibilidad de ser deportado a México para enfrentar cargos pendientes en su contra en ese país.

Su liberación temprana subraya los complejos entramados legales y las implicaciones políticas que rodean su caso, marcado por años de controversia y acusaciones de corrupción en ambos lados de la frontera.

Los detalles específicos de las condiciones bajo las cuales fue liberado aún no han sido completamente revelados por las autoridades penitenciarias de Estados Unidos, pero se espera que el caso de Yarrington continúe generando atención pública tanto en México como en el ámbito internacional.