Para venerarlo o denostarlo, para elevarle un inmerecido monumento acrítico o simplemente burlarse de su edad y sus condiciones de salud o señalarlo como un tirano execrable, pero Fidel Castro es frente a sus seguidores (si aun los tiene) y atacantes (tan persistentes como ineficaces) la última personalidad fulgurante en un mundo achatado por la uniformidad política de los mediocres con diplomas harvardianos.
Castro es hoy el último sobreviviente de los raros esplendores del siglo XX.
Un hombre capaz de convertir una islita en la Antillas mayores en el punto neurálgico de la política internacional durante toda la segunda mitad del siglo atómico; un dirigente frente a cuyo empuje, habilidad y astucia nada pudieron hacer una docena de presidentes estadunidenses siempre dispuestos a destruirlo, no puede ser visto sino con la lente admirativa reservada a los talentos superiores.
Si ese talento enorme impidió el progreso del pueblo y atropello los derechos de millones y generó un régimen de opresión, control y abuso, es otra cosa. Pero Fidel es un hombre de dimensiones excepcionales. Un genio.
Y ahora, cuando en México el deporte favorito es convertir la política en exhibición monologante de ineptitud colectiva, Fidel Castro irrumpe en el escenario mexicano, con derecho o sin él (hace mucho tiempo dejó de pedir permiso), y con el libro de AMLO como guión de sus disertaciones e invocaciones (La mafia que se adueñó de México.. y el 2012), exhibe la intrincada red de malas urdimbres del panismo foxista, no se sabe si como memoriosa evocación de la machincuepa electoral del 2006 (vista con los ojos del historiador diletante) o como previsor anticipo del nuevo fraude por venir.
“Con mucho menor experiencia que la que hoy poseo -dice–, en los días en que se gestaba nuestra lucha armada en las montañas de Cuba, en la gran nación mexicana ―donde cualquier cubano vio siempre algo propio― vivimos un fugaz pero inolvidable período en que todas las maravillas se reunían en un rincón de la Tierra.
“No tendría forma ni palabras para describir mis impresiones como lo hizo un mexicano que, no en balde, es la persona de más autoridad para hablar de la tragedia de ese país, ya que fue electo gobernador del importantísimo distrito electoral de la Ciudad de México, Capital de la República, y en las pasadas elecciones del 2006 fue el candidato de la “Coalición por el bien de todos”.
“Se presentó a las elecciones y ganó la mayoría de los votos frente al candidato del PAN. Mas el imperio no le permitió asumir el mando.
“Yo conocía, como otros dirigentes políticos, cómo Washington había elaborado las ideas del “neoliberalismo” que vendió a los países de América Latina y el resto de los países del Tercer Mundo como la quintaesencia de la democracia política y el desarrollo económico, pero nunca tuve una idea tan nítida de la forma con que el imperio utilizaba esa doctrina para destrozar y devorar las riquezas de un importantísimo país, rico en recursos naturales y hogar de un pueblo heroico que tuvo cultura propia desde antes de la era pre cristiana, hace más de dos mil años”.
En sus textos Castro ha usado a López Obrador para confirmar sus ideas anteriores y de paso ha condenado a ese político a quien tanto respeta y admira sin conocerlo –dice–, a la hoguera mexicana.
Si hace cinco años Andrés era un peligro para México, el padrinazgo internacional de Fidel Castro en estos días también le sirve a la derecha mexicana para probar sus ideas anteriores y confirmar su estrategia de exorcismo interminable.
AMLO Y Fidel –dirá pronto el nuevo Sola (o el mismo, da igual)–, siguen siendo un peligro para México.
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Pero si Castro escribe y escribe (o dicta y dicta, pues para eso es dictador), como antes hablaba y hablaba –recordemos el célebre discurso de Mickey Mouse en tiempos de Zedillo–, es notable la reacción de la cancillería mexicana.
Parece una señora pintada por Botero, histérica, encima de la silla frente a un ratón dibujado por Walt Disney.
Ante los comentarios de un doble fraude electoral perpetrado por el sistema mexicano bajo el dominio de Estados Unidos, tanto en el caso de Cárdenas como en el de López, el gobierno de México nada más tiene como argumento contra Castro hacer votos por la libertad del sufragio…en La Habana, faltaba más.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) expresa el rechazo del Gobierno de México a las afirmaciones formuladas por el ex Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, en las cuales se pretende descalificar a las instituciones mexicanas y se hace eco de afirmaciones sin sustento sobre el país y su desarrollo.
“Asimismo, el Gobierno de México hace votos para que pronto el pueblo de Cuba pueda acudir a elecciones libres para elegir a sus representantes y se respeten plenamente los derechos humanos en la isla.
“México valora profundamente sus vínculos con Cuba y reitera su firme voluntad de continuar estrechando sus relaciones de amistad y cooperación con el pueblo y el gobierno cubanos. En este espíritu de respeto mutuo, se congratula con la recuperación de la salud del Comandante Castro, en su cumpleaños 84”.
Bueno, bueno, pero de todos modos, señor Comandante, le cantamos sus mañanitas, no se nos vaya a sentir, pero la verdad ya ni la hace, cómo andarse metiendo en nuestras cosas, cómo hablar de pureza electoral, de dónde recordar la caída del sistema; cómo hablar del 0.54 por ciento don Felipe; de esas cosas no se debe hacer memoria y menos entre amigos, que cantaba el rey David.
“Más allá de opiniones o posturas de ciudadanos –dice la desdeñosa y limitante señora Canciller–, México está decidido a fortalecer sus lazos con el pueblo cubano. Hemos constatado en meses recientes el fortalecimiento del diálogo entre gobiernos y el incremento de intercambios comerciales entre ambas sociedades”.
–¿Entonces lo escrito por el comandante no es sino una postura ciudadana? Pues si tal fuera el caso, ¿cómo entonces se estremecen los cimientos del edificio de Avenida Juárez? Ante la disminución del significado de las palabras, pues debieron haberse quedado callados.
Total, si sólo es una “postura” (¿como las del Kama Sutra?) no tendría caso entonces responder con la fuerza de las instituciones a las actitudes, observaciones u opiniones de un hombre simple, el hombre de la calle.
¿Somos o no somos? ¿Es importante o no lo es?
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La agencia “Guerrrero al día” publicó ayer una intersante fotografía con este pié:
“Ángel Aguirre Rivero es y seguirá siendo el mejor gestor del estado de Guerrero, afirmó ayer el gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, luego de un encuentro con diversos actores políticos guerrerenses entre los que los se encontraban los diputados federales Mario Moreno Arcos y Sofío Ramírez Hernández, secretarios de la Comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública y de Asuntos Indígenas, respectivamente; así como los alcaldes de Zihuatanejo, Alejandro Bravo Abarca; Taxco, Álvaro Burgos Barrera; Chilapa, Sergio Dolores Flores; Ayutla, Armando García Rendón; Petatlán, José Albino Lacunza Santos; Tlapa, Willy Reyes Ramos; Eduardo Neri (Zumpango) Modesto Pérez Leyva y de Coyuca de Benítez, Merced Baldovino Diego”.
Por otra parte el senador con licencia David Jiménez Rumbo (PRD) desmintió una supuesta reunión en Acapulco con Ángel Aguirre Rivero para analizar una candidatura de unidad.
“Yo no estoy dispuesto a declinar por nadie; en las encuestas soy el mejor posicionado y lo importante es que se postule a alguien emanado de la izquierda guerrerense”.
Sería incoherente declinar por Ángel Aguirre Rivero, a quien le gané en el proceso federal para Senador de la república.
Jiménez Rumbo se dijo dispuesto a aliarse con el PAN y Panal, para derrotar a Manuel Añorve.
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Y sin ya líneas arriba se refirió esta casi siempre pudorosa columna al Kama Sutra, permítase a su redactor precisar algo cuyo error puede desviar el curso de la civilización occidental. Relatan los portales de Internet (al menos en “El universal”) una encuesta internacional de acuerdo con cuyos votantes el mejor “derriere”, trasero o nalgatorio en el planeta es el de Jeniffer López.
Yo protesto ampliamente ante el desconocimiento de tales personas.
No conocen a “La reata”, la simpática y esplendorosa colaboradora del maestro “Brozo” en Televisa cuyo nombre real me reservo.
