Un informe de la ONU calculó que en 2020 había un número estimado de medio millón de armas legales e ilegales en el país.
La crisis política y social en Haití deja más claro que quienes están imponiendo su ley son las pandillas que buscan controlar el centro del país, donde las armas procedentes de Estados Unidos juegan un papel especial.
Dos semanas después de que dimitiera el primer ministro del país tras dispararse la violencia en la capital, Puerto Príncipe, aún se desconoce cómo será el consejo presidencial de transición, destaca una información de la cadena británica BBC.
Uno de los desafíos que deberá enfrentar este organismo es el tráfico ilegal de armas, que ha fortalecido a las pandillas.
La escalada de violencia desde que los grupos mafiosos tomaran el poder ha provocado un éxodo de la capital.
ARMAS INUNDAN EL PAÍS
Pese a que no se fabrica armamento en Haití, un informe de la ONU en enero reveló que todo tipo de armas están inundando Puerto Príncipe, desde pistolas de 9 mm hasta rifles de asalto como AK47, rifles de francotirador y ametralladoras.
Todas estas armas alimentan el impactante aumento de la violencia vinculada a las pandillas en Haití.
No hay una cifra exacta de cuántas armas de fuego se trafican hoy en Haití.
Un informe de la ONU calculó que en 2020 había un número estimado de medio millón de armas legales e ilegales en el país.
El documento especificó que se estaba introduciendo armamento y munición de contrabando por tierra, aire y mar desde estados de EU como Florida, Texas y Georgia.
Se han producido incautaciones en los principales puertos del país: Puerto Príncipe, Port-de-Paix y Cabo Haitano.
ENTRE HUGUETES Y ROPA
Las armas ilegales se suelen esconder en contenedores de envío entre donaciones de juguetes y ropa.
En julio de 2022 las autoridades haitianas incautaron un enorme cargamento de decenas de armas de fuego y 15.000 cartuchos en un envío desde Florida con destino a una iglesia episcopal en Haití.
La ONU también identificó el uso de varias pistas de aterrizaje clandestinas construidas con fines humanitarios tras el devastador terremoto de 2010, que ahora apenas están vigiladas.