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Desapercibido entre los ruidos de la discusión nacional sobre inseguridad y drogas, los ciudadanos hemos pasado por alto un grave incumplimiento a la Ley de Petróleos Mexicanos, cuya omisión representa persistir en vicios administrativos, de productividad y en general de ineficacia en la quebrantada empresa nacional.

Por eso motivo el diputado Guillermo Ruiz de Teresa secretario general de la Comisión de Energía, en San Lázaro, produjo la semana pasada un documento en el cual conmina al director de Petróleos Mexicanos, Juan José Suárez Coppel, a informar a la Cámara sobre la reestructuración de la empresa de acuerdo con el mandato legal para hacerlo, contenido en la ley de noviembre del 2008.

El planteamiento de Ruiz de Teresa, asumido como propio por la fracción del PRI indica:

“El artículo décimo quinto transitorio de la Ley de Petróleos Mexicanos, establece que en un plazo máximo de un año, a partir de la publicación del decreto respectivo (28 de noviembre del 2008) el Director General de Petróleos Mexicanos, deberá proponer al Consejo de Administración, para su conocimiento y eventual asentimiento, un programa reestructurador del organismo”.

Sin embargo, y tras dar a conocer en su sitio web de la reunión efectuada el 18 de diciembre del 2009, en cumplimiento de esa disposición en la sesión ordinaria 805, la dirección de Pemex omitió satisfacer una segunda fase: informar al Congreso de sus acciones en la ya dicha reestructuración.

“…Una vez aprobado el programa, el Director de Petróleos Mexicanos —dice el decreto—, informará de inmediato a la Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores, sobre los alcances, metas y acciones que se deriven de su aplicación”.

Sin embargo la noción de inmediatez varía según el lado del escritorio. Y lo urgente no siempre se atiende con celeridad. Al menos no en este caso.

Por eso, la citada comisión pide la presencia de Suárez Coppel, para conocer y analizar directamente el contenido completo de su programa, el cual supuestamente debe basarse “en los principios de racionalidad administrativa y eficiencia para evitar duplicidad de actividades y reducir los costos de operación, así como para aumentar la eficiencia de y entre las áreas corporativas, los organismos subsidiarios y las estructuras administrativas y operativas regionales.”

Además le fue solicitada al área jurídica de la Cámara de Diputados una evaluación acerca del perjuicio posible por el incumplimiento de esta disposición legal.

¿Resultado? Hasta ahora, ninguno.

Pero mientras tanto, Petróleos Mexicanos sigue siendo una cueva de bandidos. Al menos eso dicen los informes dados a conocer por los medios en días recientes en torno del robo de combustibles, cuyo monto y solución técnica, no podrían ser como son si no hubiera colaboración desde el interior.

El informe apenas divulgado ayer, nos dice claramente: la mayor parte de las operaciones “se llevan a cabo de forma manual lo que conlleva riesgos relacionados con el robo de combustibles.”

Y más: “la información (sobre ductos, válvulas y sistemas) se encuentra dispersa en los distintos sistemas de medición o automatización, lo que no facilita una toma de decisiones ágil e informada. Los operadores del centro de trabajo requieren consultar las condiciones operativas de las distintas áreas de la residencia, lo que provoca valiosa pérdida de tiempo, particularmente en caso de situaciones anómalas o de emergencia como el robo de combustible”.

MOTAFOX

Como hasta en eso se debían parecer, Vicente Fox se suma a la propuesta iniciada por Ernesto Zedillo para la legalización de la mariguana, cosa nunca solicitada por el presidente Felipe Calderón, quien en este asunto probó una vez más la ineficacia de su sistema de comunicación social.

En lugar de haber dejado muy en claro quién es el papá del niño, la forma como se plantearon las cosas en el foro del campo Marte la semana anterior, ha dejado en una amplia capa de la población, de que la legalización de las drogas es una aportación “calderonista” al debate, lo cual es falso.

El Presidente estuvo de acuerdo en debatir algo cuya conclusión personal no requiere análisis o discusión: no estoy de acuerdo.

Esto nada más prueba una cosa: un boletín tardío nunca borra la primera impresión, cuando más confunde a más personas. Quienes sabían del asunto y quienes se enteran mediante la “rectificación”. Y si hay interesados, como Don Vicente, en seguir presentando esto como una idea de Don Felipe, pues peor.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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