Ha sido durante siglos la compañera de los pobres y los hambrientos, presidiarios, gañanes y algunas niñas “bien” pues ya viene siendo tiempo de pensar cómo quitarle el aspecto punitivo a su consumo en vista de la poca efectividad de la ya dicha punición. En plena euforia por los festejos de nuestro movimiento revolucionario, alguien debería reconocer cómo a raíz de la incorporación de las mujeres a la soldadesca nació en México, en plena “bola”, el narco-corrido.
“La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, / porque no tiene, porque le falta/, mariguana que fumar, chun tata, chun tata”.
Si la “grifa” ha sido durante siglos la compañera de los pobres y los hambrientos, presidiarios, gañanes y algunas niñas “bien” pues ya viene siendo tiempo de pensar cómo quitarle el aspecto punitivo a su consumo en vista de la poca efectividad de la ya dicha punición.
Al menos el Presidente ya ha dado su “autorización” para iniciar tan importante debate analítico, en vista del fracaso de todos los demás intentos de controlar la “cola de borrego” y a sus productores y distribuidores.
La propuesta surgida de ese foro mal llamado sobre seguridad, pues si tal hubiera en México nadie debatiría las visibles consecuencias de no tenerla (más correcto hubiera sido denominarlo “Diálogo contra la Inseguridad”), nos ha permitido confirmar un rasgo típico del presidente Felipe Calderón: anteponer sus opiniones personales a las convocatorias públicas aun en contra de esas ideas.
Muy claramente ha dicho el jefe de Estado su desacuerdo con la legalización de las drogas (para comenzar con el cáñamo y seguir con los demás estimulante y estupefacientes), pero con una amplitud de criterio madura y razonable ha sido, pero hablen del tema. Al fin yo ya se lo mío.
Pero lo suyo, lo suyo no sabemos realmente dónde está pues esta idea, quizá la única realmente novedosa entre los miles de lugares comunes expresados en estos días en los cuales hasta la iglesia habla de drogas (¿será por aquello del opio del pueblo?) no aparece en este país por vez primera, así haya sido el elocuente señor Gallo quien la haya planteado.
Como recordamos en febrero del año pasado los ex presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; de Colombia, César Gaviria, y de México, Ernesto Zedillo, pidieron la despenalización de la tenencia de mariguana para su uso personal y el “cambio de paradigmas” en el combate a las drogas.
Los ex mandatarios forman parte notoria de un grupo llamado Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, en el cual 17 notables de la región pretenden fomentar una nueva estrategia para sustituir a la “ineficaz” “guerra” contra las estupefacientes y demás sustancias peligrosas y prohibidas.
En México el ex delegado en Iztapalapa, René Arce, senador de la república, propuso oficialmente a la Cámara alta, una iniciativa en ese mismo sentido.
Todo esto se agrega a la liberalización californiana y el desvío de los esfuerzos de Estados Unidos en su forma de acometer el problema; esto es, darle más importancia a la salud de los consumidores y su rehabilitación y no a la persecución militar de los productores y vendedores.
Pero la actitud presidencial permite prefigurar una tendencia o el triunfo (tarde o temprano de esa tendencia). Calderón se hace aun lado de la responsabilidad futura, pero abre las puertas al debate. Nadie busca debatir si no piensa, en el fondo, cambiar de opinión. Un veto legal como éste se sostiene en el tabú. Si se le quita la sacralizad de lo intocable, se cae solo.
Y el Presidente no quiere cargar con esa responsabilidad. Primero, no es suya, y segundo, no la quiere adoptar como si lo fuera. Pero tampoco se puede negar, pues no tendría sentido entonces ni siquiera el foro durante el cual se han pronunciado tales ideas.
Total, hagan cuanto deban; yo ya he hecho mi parte, podría decir.
Por lo pronto el primer obstáculo ha sido salvado: para no confundir a nadie, especialmente a quienes se querían decir confundidos o buscaban escuchar cosas distintas, FCH ha dejado todo muy en claro con este boletín emitido en la noche del martes cuando ya se había encendido el infiernito de la mariguana polvorosa:
“Durante los Diálogos por la Seguridad convocados por el presidente Felipe Calderón Hinojosa este lunes y martes, para sostener encuentros con la sociedad civil y con expertos y especialistas en la materia, algunos participantes esgrimieron argumentos sobre la conveniencia de estudiar la legalización de algunas drogas.
“Al respecto, el titular del Ejecutivo federal se limitó a tomar nota de los argumentos expuestos sobre la regulación de estupefacientes, y consideró que deben analizarse a profundidad los convenientes e inconvenientes de este debate.
“El mandatario mexicano puntualizó que legalizar las drogas en México podría ocasionar que nuestro país pague todas las consecuencias negativas de esta modificación en la legislación, recibiendo muy pocas consecuencias positivas a cambio. El presidente Calderón fue enfático al señalar que varias generaciones de jóvenes estarían en riesgo debido al previsible incremento en el consumo de estas sustancias, que resultaría de su legalización.
“Por lo tanto, aún estando en contra de la legalización de las drogas, el presidente Calderón no se opone al debate en torno a este tema”.
Como decía aquella: sí, pero no.