Hace muchos años el gran Abel Quezada publicó un cartón cuyo humor negro generaba una triste sonrisa: lo único para presumir en México, son las ruinas. Y al fondo se miraba la pirámide del sol.
Pero esa es una de las ruinas antiguas. Hoy, tenemos las modernas.
El descuido, la dejadez, la irresponsabilidad y obviamente, la corrupción impune, marcan la obra pública de principio a fin. Todo se hace a la trompa talega y los resultados son a veces ridículos, pero siempre costosos y comprometedores de esa extraña circunstancia tan alejada de nosotros y llamada en otras partes, progreso.
Por ejemplo, la crisis hídrica nacional, cuya raíz tiene causas naturales (la sequía, la falta de lluvias) podría mitigarse de manera significativa si se cuidara la poca agua disponible. No por la llamada “incultura” del agua, sino, sobre todo, por la mala calidad de la obra pública: el cuarenta por ciento o más del líquido disponible se escurre a través de tuberías sin mantenimiento.
Hace años una frase publicitaria decía:
–Dios da el agua pero no la entuba.
Y es verdad, la entubamos nosotros, en forma de ríos enteros asfaltados o de ductos rotos. El caso es a fin de cuentas simple: no hay suficiente y después de años y años de conocer la situación, nada se hace para evitarlo. Preferimos (como gobierno), gastar en idioteces como destruir un aeropuerto enorme en avanzada construcción en vez de usar esos amplios recursos para construir y mantener bien los acueductos.
Eso es criminal. Pero hay otros casos, menos, en los cuales se reflejan los procedimientos irresponsables. Estos son dos:
“El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) confirmó (AN) este sábado (24) el desprendimiento de algunos plafones de un techo, luego de que fuese difundido en redes sociales un video en el que se muestran los momentos posteriores a los hechos…
“…El aeropuerto aseguró que no hubo lesionados ni afectados por estos desprendimientos.
“Además, señaló que las operaciones aéreas comerciales continúan de manera normal (la normalización de la anormalidad).
Otro:
“(Exp).- Antes de las 12:00 horas de este martes (16 de enero) se cayó una parte de la estructura elevada del Tren Interurbano México-Toluca.
“Usuarios de redes sociales publicaron fotos donde se observa en el piso una parte de la estructura del tren interurbano México-Toluca, muy cerca de la zona de Observatorio…
“Una vez más, el Tren Interurbano CDMX – Toluca, El Insurgente ha sufrido un accidente durante sus obras, pero ahora con resultados mortales.
“…Esto se ha dado después de que las autoridades capitalinas informaron que dos trabajadores fueron los que cayeron desde lo alto de la estructura que es parte de los objetivos de la nueva movilidad en nuestro país. Sin embargo, fue uno de ellos el que perdió la vida en el lugar de los hechos, mientras que el otro se encuentra hospitalizado.
“Fue desde una altura de hasta 10 y 15 metros, donde los trabajadores se fueron hacia el precipicio, causando el fallecimiento de uno de ellos… este jueves 15 de febrero del 2024 en la Ciudad de México”.
Obviamente las grandes obras tienen. Riesgos. Para eso existen los equipos de seguridad. Cinturones, cascos, amarras, puntos de sujeción, etc. Pero el destino de los trabajadores de la obra es jugarse el pellejo sin equipos correctos. Por eso se agravan los riesgos.
KAMIKAZE
El caso de Eduardo Fernández mueve a risa. ¿A quién se le ocurre plantear una extorsión por escrito a través de cartas y más cartas?
…De no haber arreglo, les dice a los ejecutivos de Televisa, “estallo” la noticia (falsa) en el WSJ. La bomba hizo explosión en sus manos, como le ocurrió al personaje de Paul Auster en “Leviatán”. Hoy está preso y con un oscuro panorama.
El heróico “kamikaze” debía estrellar su avión contra un barco enemigo. Este pelmazo lo arrojó contra su propia casa.