Con insoportable frecuencia el calendario político nacional nos ofrece las mismas actitudes de los actores de la vida pública. La pendencia, el pleito, la encarnizada batalla por los cargos y al poco tiempo, tras impugnaciones y quejas múltiples, los intentos de conciliación y reconciliación. Durante el sepelio del asesinado candidato tamaulipeco del PRI, Rodolfo Torre, Beatriz Paredes pronunció un discurso de incendio en el cual hablaba de los muchos agravios resentidos por su partido, uno de los cuales era —indudablemente— la muerte de su amigo.
Luego vinieron las acusaciones, las reclamaciones y los amagos: no es por el camino de la satanización al priismo como se van a lograr las reformas pendientes, cuyo equilibrio en el vacío es cosa ya crónica. No es ese el camino.
Días después la realidad electoral estalló con la fuerza prevista: las alianzas lograron algo tan simple como la imposición de la aritmética: el peso de dos supera al peso de uno. No se necesita ser muy inteligente, especialmente si a los adversarios se les regalan los candidatos del rencor.
Luego vinieron los llamados telefónicos de felicitación presidencial los cuales son en principio una forma expedita de reconocimiento al triunfo electoral. Ya no se requiere esperar más. Las impugnaciones no tendrán el terreno estéril sobre el cual se hubieran desarrollado sin el peso de las palabras previas: Muchas felicidades señor gobernador. Gracias, señor Presidente.
Abracadabra.
Sin embargo en medio de este clima y con la expulsión del creyente señor Gómez Mont del paraíso de los secretarios de Estado y la muy considerable ventaja de la nómina mejor pagada del país, el Presidente de la República invita a conversar a Manlio Fabio Beltrones, quien acude en las horas previas a los ajustes en un aparente intento de conciliar intereses legítimos.
—¿Invita el Presidente a Beltrones e ignora a Paredes? Pues sí, eso ha ocurrido no se sabe si por casualidad o para aumentar el clima de tensión interna en el PRI. MFB acude con el baúl lleno de ideas, condiciones y condicionamientos y no sabemos bien a bien cuáles ha logrado vender y cuáles le han rechazado.
Por lo pronto, el señor De Swaan, impugnado por el senador como copartícipe en la definición de la autonomía de la Cofetel, le enmienda la plana y engallado dice, ¿cuál?, ¿cuándo? , si se trata de un simple órgano desconcentrado de la SCT y mi amigo Molinar es autoridad plena en esa secretaría, digan como digan otros.
—¿Cuáles fueron los temas entre Beltrones y Calderón?
Si le hemos de creer a una versión de entrevista apresurada, el senador ha dicho:
“La información puede evitar la confusión (o sea, no voy a decir nada). El presidente Felipe Calderón me habló y me hizo una invitación…
“Congruente con lo que he dicho y escrito desde hace mucho tiempo —hay que tener una visión de mediano y largo plazo y no de corto plazo, para ver de qué manera encontramos rutas de solución a los enormes problemas que vive México y que había que pensar más en el 5 de julio que en el 4 de julio—, acepté la invitación que me hizo el presidente Felipe Calderón para dialogar y, de esta manera, retomar los temas de la agenda legislativa que ameritan llegar a acuerdos para poder hacer los grandes cambios en este país.
“El cambio en el régimen político, los cambios en el régimen de partidos políticos, los cambios para poder lograr los órganos reguladores del Estado mexicano, los cambios que nos acerquen mucho más a la solución de los grandes problemas que vive México, como el desempleo y la inseguridad que son materia del Senado de la República y del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado de la República”.
No lo dijo Beltrones pero entre tantas vaguedades seguramente hablaron también de las capacidades adivinatorias del pulpo Paul y algunas otras cosas de trascendencia nacional, como las fiestas del Bicentenario o cómo se parecen el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora y el ingeniero Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública.
EL CAMINO DE LA SEDA
Y mientras aquí el gabinete se recompone gracias a la salida de los más capaces sustituidos por otros también más capaces, Enrique Peña Nieto, a quien la distancia le debe haber caído como lluvia de mayo, da por terminada su visita a China e informa acerca de sus encuentros finales.
Les dijo a los chinos: “son muchas las posibilidades de inversión en las que pueden participar sus empresarios para el desarrollo de infraestructura y de servicios de la entidad, sobre todo porque el Estado de México ha demostrado que ofrece ventajas competitivas reales, como su enorme infraestructura industrial, sus relaciones logísticas, con terminal multimodal y, sobre todo, con un marco jurídico avanzado que da certidumbre legal a las empresas”.
Su última actividad fue tomarse un café “Punta del cielo”, primera franquicia nacional instalada en China, con Gao Gin, vicegobernador del Banco de Desarrollo de China (CDB).
Apenas regrese se declarará abierta la temporada de caza.