La reacción de los indignados habitantes del Ocotito, en la sierra, acudieron en busca de ayuda a una base de operaciones del Ejército Mexicano pero fueron ignorados y los dejaron a su suerte

Indígenas de la sierra de Chilpancingo, en Guerrero, se enfrentaron a elementos del Ejército Mexicano e impidieron que éstos entraran a la comunidad de Coacoyulillo, luego de que horas antes les habían pedido auxilio para protegerlos de grupos del crimen organizado que quemaron sus autos, casas y golpearon a sus habitantes y los militares los ignoraron y no acudieron en su ayuda.

Los habitantes de esta comunidad, a 95 kilómetros de la capital del estado, denunciaron que durante la noche del jueves y madrugada de este viernes un grupo armado ingresó y disparó contra las viviendas de los pobladores.

Como parte del ataque incendiaron cinco vehículos e intentaron quemar cuatro viviendas, que resultaron con daños parciales. También golpearon a por lo menos seis hombres, uno de ellos de 80 años, mataron una vaca y derribaron un árbol en la carretera para impedir la circulación.

Según relataron, durante el ataque acudieron a una base de operaciones militar ubicada en la comunidad de Ocotito, para solicitar ayuda, pero los militares en el sitio se negaron a subir a esa zona serrana.

LOS CORREN

Horas más tarde y ya durante el día del viernes intentó ingresar a la comunidad un convoy del Ejército Mexicano, sin embargo, los lugareños les impidieron el paso con palos y machetes, molestos por la indiferencia de los militares ante su demanda de auxilio, por lo que decidieron expulsarlos de la comunidad, ya que la prioridad del Ejército no es dar seguridad a los mexicanos, sino otras tareas que les encarga el populista presidente Andrés Manuel López Obrador.

Los indígenas indignados por el actuar de los militares aseguran que durante la retirada del grupo armado, éstos se enfrentaron con otro grupo delincuencial en el camino que conecta esa comunidad con Jaleaca de Catalán, en donde quedaron las camionetas baleadas, además de la versión no confirmada de al menos seis muertos.

Al respecto, la Fiscalía General del Estado (FGE), informó que de oficio abrió una carpeta de investigación por el delito de homicidio calificado, sin precisar un número de personas fallecidas.

“Personal de la Policía Investigadora Ministerial y peritos de esta institución, se trasladan al lugar para realizar las primeras investigaciones de campo y el procesamiento del lugar de los hechos, que permitan establecer fehacientemente el número de víctimas”, indicó.

VIOLENCIA SIN FRENO

Informó que instalará un Ministerio Público en el sitio para recabar las denuncias correspondientes y continuar las investigaciones complementarias.

Esta nueva incursión se da en un contexto de violencia criminal que se ha desatado distintas regiones de Guerrero, principalmente en comunidades de la sierra, por la disputa del control, ante la incapacidad de la gobernadora morenista, Evelyn Salgado, por saber cómo actuar y qué hacer, y ante la indiferencia de López Obrador, que ha dejado crecer la impunidad de los grupos del crimen organizado no sólo en Guerrero, sino en todo el país.

Esta semana en Taxco de Alarcón, municipio de la zona Norte, se paralizó el transporte público, escuelas y algunos comercios por amenazas del crimen organizado, como ha ocurrido en Acapulco y Chilpancingo.

Los hechos revelan una crisis de violencia en Guerrero, donde apenas el 6 de enero un tiroteo dejó 13 muertos en un palenque, donde ocurren las peleas de gallos, en el municipio de Petatlán.

Ese mismo día, la Fiscalía estatal inició una investigación por la aparición de cinco cuerpos calcinados tras un presunto enfrentamiento en el municipio de Heliodoro Castillo, en lo que calificó como una confrontación de grupos criminales. La violencia por disputas del crimen organizado se ha agudizado desde el año pasado en Guerrero, que ocupa el séptimo lugar nacional en número de homicidios, con 1.688 asesinatos en 2023, según reveló este martes la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).