El siniestro comenzó en la parte trasera del hospital San Giovanni Evangelista de Tívoli y se propagó a otros pisos del nosocomio

Tres ancianos muertos y el desalojo de 200 pacientes causó el incendio del hospital San Giovanni Evangelista de Tívoli, a pocos kilómetros de Roma, y que ha dejado fuertemente dañado el centro.

Los muertos son Pierina Di Giacomo y Romeo Sanna, ambos de 86 años, y Giuseppina Virginia Facca, de 84 años. En un principio se informó de cuatro fallecidos, pero se verificó que la cuarta persona había muerto con anterioridad por un infarto.

Según las primeras impresiones el incendio comenzó en la parte trasera del hospital y se propagó a la planta donde se encuentra el ambulatorio y de allí se habría llegado a las salas de urgencias y las de cuidados intensivos.

Tras una inspección inicial, los bomberos reconstruyeron que el incendio se originó a partir de unos residuos especiales y el humo invadió el hospital desde la 3ª planta hasta la última.

Tuvieron que ser evacuados durante la noche todo el personal del hospital y unos 130 pacientes, entre ellos varios niños y recién nacidos y los menos graves fueron momentáneamente trasladados a un pabellón de deportes de la zona y los graves a hospitales cercanos.

En total 69 pacientes fueron trasladados a diversos hospitales de Roma y su provincia y se emplearon 23 ambulancias y también se instalaron en el lugar dos unidades médicas para atender a los pacientes.

La Fiscalía de Tívoli abrió una investigación tras el incendio y se realizará una autopsia a los cuerpos de las víctimas para determinar las causas de la muerte.

«Queremos claridad sobre las causas de la muerte de nuestra madre. Nos dijeron que murió cuando se produjo el incendio, pero no por el humo. Tenía 84 años y un problema pulmonar, fue internada nuevamente hace tres días en el tercer piso. Ahora su cuerpo se encuentra en la capilla del hospital porque no fue posible llevarlo a la morgue», explicaron los familiares de Giuseppina Virginia Facca, una de las víctimas a los medios.

«Estaba en urgencias hospitalizado. Olí a plástico quemado, luego salí y el olor era aún más fuerte. En un momento se fue la luz y nos quedamos a oscuras», dijo uno de los pacientes ingresados, ​​que agregó que «se intentó s ayudar a los que no podían caminar, pero luego nos hicieron salir porque era demasiado peligroso.»

El ministro de Sanidad italiano, Orazio Schillaci, expresó su pésame a las familias de los fallecidos y aseguró que se ha asegurado que el resto de pacientes están asistidos y que se espera «que las investigaciones esclarezcan lo antes posible las causas que provocaron el incendio».

Según una nota del sindicato de los sanitarios UGL, este incendio demuestra «el estado ruinoso de demasiadas estructuras en todo el territorio italiano y que es el resultado de la negligencia y de la continua».

Añade que «los recortes realizados en los últimos años que hoy ponen en grave crisis su usabilidad y la seguridad de los pacientes y trabajadores. Tales acontecimientos en un país civilizado son inaceptables».