La 4T se aferra a mantener la fallida estrategia de “Abrazos, no balazos” de la que se burlan los grupos criminales que tienen contra la pared a los mexicanos

La fallida estrategia de seguridad del Gobierno Federal de “Abrazos, no balazos” ni sombra ha hecho a los embates de grupos criminales que no sólo la pisotean sino que se burlan de ésta, y la evidencia más clara es la masacre de 13 policías municipales en el municipio de Coyuca de Benítez, en Guerrero, tragedia que hizo voltear a las autoridades de la 4T para tratar de silenciar este escándalo que exhibe que no hay un plan de seguridad, que se sigue improvisando con un asunto delicado y sensible que las autoridades buscan remediar con el envío de más fuerzas del orden sin que eso sea garantía de seguridad.

Tal y como ocurre con este tipo de tragedias, después de la tormenta los gobernantes buscan llevar la calma con más presencia de uniformados como si eso pusiera un remedio al grave problema de inseguridad que el populista presidente Andrés Manuel López obrador ha dejado crecer sin atenderlo de raíz.

López Obrador, quien no aceptará nunca su responsabilidad en casos que dañen su reputación se limitó a decir este martes desde la tribuna de su talk show en Palacio Nacional que ya se desplegó un operativo en la zona con un total de 300 elementos de la Guardia Nacional, como si eso resolviera un problema grave que ya se le escapó de las manos.

“Ya lo estamos atendiendo, hoy en la mañana lo vimos, está la Guardia Nacional trabajando en eso. Muy lamentable lo de Coyuca de Benítez, prácticamente una emboscada a policías de Coyuca”, expuso.

SIN GARANTÍAS

El populista mandatario no tiene la certeza ni la garantía de que la presencia de este contingente de la Guardia Nacional traerán la calma a la región y a Guerrero, ya que hay antecedentes en los que incluso cuando hay presencia de grupos del crimen organizado, tanto el Ejército como de la Guardia Nacional se hacen de la vista gorda, no intervienen e incluso son los primeros en ocultarse y huir de la escena.

Basta con recordar el 29 de junio pasado en La Ruana, municipio de Buenavista, Michoacán, donde fue emboscado el exlíder de las autodefensas, Hipólito Mora, quien junto con sus escoltas fue acribillado por hombres armados que lo esperaban y cuyo trágico desenlace ocurrió ante la lentitud de las fuerzas armadas que pese a estar a 10 minutos del lugar de donde ocurrió la tragedia tardaron una hora en llegar.

La Fiscalía de Guerrero confirmó este martes que son 13 los policías asesinados, entre ellos dos jefes, por presuntos sicarios, además de reportar a otros dos agentes heridos.

A través de un breve comunicado, la Fiscalía estatal informó que se abrió una carpeta de investigación contra quien resulte responsable por el delito de homicidio calificado por arma de fuego en agravio de 13 personas.

INSEGURIDAD

Tal y como ocurre en este tipo de casos, el mandatario además de enviar condolencias a los familiares de las víctimas, utiliza la tribuna de Palacio Nacional para resaltar que ahora sí ya se envió la seguridad necesaria para garantizar la seguridad en un estado gobernado por la morenista Evelyn Salgado y donde en 2022 cerró con 1,378 homicidios violentos, lo que equivale a 4 asesinatos por día, pero en comparación con el 2023 y hasta el primer semestre, la cifra de muertes violentas aumentaron en un 20%.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y junio pasados se habían registrado 800 homicidios dolosos en Guerrero, en relación con el mismo periodo del año pasado cuando se reportaron 666 casos, por lo que al haber una tendencia en aumento sobre inseguridad y homicidios intencionales la cifra para fin de año podría duplicarse y poner a la entidad entre los estados más inseguros del país.

Guerrero lo disputan 16 grupos criminales y sus células pero destacan el Cartel Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos, Los Viagra yLa Nueva Familia Michoacana.