“Apagaron las luces y de la nada ellos (los militantes) entraron y empezaron a disparar hacia todas partes”, dijo al Canal 12 de Israel una sobreviviente; en el lugar quedaron los cuerpos de 250 jóvenes
Concierto en el desierto pasó de la algarabía al terror. Por semanas amantes de la música estaban esperando por el festival Supernova, que se organizaba en el desierto ubicado en el sur de Israel, coincidiendo con la festividad de Sucot.
“Esta es una época del año en la que toda la familia se reúne. Y cuando la diversión va a ocurrir”, escribió en sus redes sociales uno de los organizadores pocas horas antes de que comenzara el festival, lo que destacó la cadena británica BBC.
Pero pocas horas más tarde, las redes sociales se inundaron de personas buscando a sus seres queridos, después de que militantes palestinos asaltaran el festival y atacaran con armas de fuego como parte de su ataque sorpresa a Israel este sábado.
Más de 250 cuerpos fueron recogidos del sitio donde se desarrollaba el festival, según la agencia de rescate Zaka.
Una de las asistentes al festival, llamada Ortel, dijo que la primera señal de que algo no estaba bien fue cuando comenzó a sonar una sirena, que advertía de un posible ataque con misiles.
EL ASALTO Y DISPAROS
“Apagaron las luces y de la nada ellos (los militantes) entraron y empezaron a disparar hacia todas partes”, dijo al Canal 12 de Israel.
“Unos 50 terroristas llegaron en vans vistiendo uniformes militares”, relató.
La gente trataba de huir del lugar, corriendo a través de la arena e intentando alcanzar sus vehículos para alejarse de allí, pero había jeeps llenos de hombres armados, disparando a los autos.
«Dispararon ráfagas y llegamos a un punto en el que todo el mundo paró sus vehículos y empezó a correr. Me subí a un árbol, a un arbusto como este, y empezaron a rociar a la gente. Vi masas de heridos tirados por ahí y yo en un árbol intentando entender qué pasaba», dijo.
El lugar del festival, donde estaban instalados tres escenarios, un campamento cercano y un área de comida, está ubicado en el desierto de Negev, cerca de Re’im.
No está lejos de la Franja de Gaza, desde donde los militantes de Hamás cruzaron hacia el amanecer para lanzar su ataque contra Israel.
Ellos infiltraron localidades y ciudades, donde capturaron varias decenas de personas como rehenes.
Otro asistente al festival Adam Barel le dijo al diario local Haaretz que todos los asistentes creían que podía presentarse un ataque con misiles, pero que el asalto de los militantes fue totalmente inesperado.
“Intenté escapar en mi auto, pero no se podía, entonces nos escondimos en un arbusto mientras veíamos a todos escapar hacia todas partes”, señaló.
Esther Borochov le dijo a la agencia de noticias Reuters que cuando intentaba huir en su auto fue chocada por otro vehículo y que cuando otro joven le ofreció llevarla, le dispararon a quemarropa.
Ella relató que se hizo la muerta durante un rato hasta que apareció el ejército israelí.
“No podía mover mis piernas. Los soldados nos tuvieron que cargar para sacarnos de ahi”, dijo.
ESCONDIDO EN LOS ÁRBOLES
Algo similar le pasó a Ortel, que se escondió entre los árboles y arbustos durante horas.
“Puse mi teléfono sin sonido y me escondí de la mejor forma posible. Sentía cómo pasaban los disparos por encima mío”, anotó.
Gili Yoskovich le dijo a la BBC cómo se escondió en un árbol frutal.
“Ellos iban árbol tras árbol disparando. Vimos a personas que morían alrededor nuestro. Me quedé quieta, no lloré, no hice ningún ruido. No hice nada”, relató.
Después de tres horas, escuchó la voz de un soldado israelí y corrió a buscar su protección.
El número total de personas muertas y heridas en el festival no es claro. Tampoco el número de personas que Hamás tomó como rehén, como lo hicieron en otros lugares.
Al menos 600 israelíes han muerto desde que comenzó el ataque, según las últimas cifras de los medios locales.
Los combates entre el ejército israelí y los militantes palestinos continúan e Israel ha lanzado una ola de ataques aéreos contra Gaza. Los ataques han matado al menos a 413 personas, dicen funcionarios palestinos.