Los seis días de visita del dictador de Corea del Norte a Moscú resultaron fructíferos con acuerdos militares entre ambas naciones, revelan agencias internacionales

Los seis días de estancia que tuvo en Rusia el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, no solo dejó jugosos negocios con su homólogo ruso Vladímir Putin, con quien alcanzó acuerdos para la compra de municiones fabricadas en Pyongyang y que serán de utilidad para Moscú en su guerra contra Ucrania. Además de los millones de dólares del negocio, el dictador norcoreano se llevó de regalo del gobierno ruso un traje antibalas y varias prendas de vestir indetectables a sensores térmicos, según revelan agencias internacionales.

Kim emprendió este 17 de septiembre el viaje de regreso a Pyongyang a bordo de su lento tren blindado y a decir de fuentes de Moscú y de Norcorea se fue conforme con la colaboración militar acordada entre ambos países.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, en un gesto de haber quedado satisfecho con la negociación con Kim Jong UN, le regaló «cinco drones kamikaze, como los que utiliza el Kremlin con cargas explosivas en su guerra contra Ucrania, así como un dron de reconocimiento Geran-25 de despegue vertical» con el que como si fuera un águila supervisa que no exista peligro en el camino, destacó la agencia Rusia Tass.

BLINDAJE

Otro de los obsequios que se llevó el dictador norcoreano fue uno que le hizo entrega Oleg Kojemiako, gobernador de la región oriental rusa de Primorye (única que hace frontera con Corea del Norte) y quien, de acuerdo con la agencia de noticias rusa Tass, «le entregó un traje a su medida con blindaje antibalas» que le «protege el pecho, hombros, garganta e ingles, y es mucho más ligero los otros trajes conocidos». Asimismo, le entregó varias prendas más que tienen de «especial que son indetectables a sensores de las cámaras térmicas».

El dictador norcoreano estuvo el sábado en la oriental Primorye y de ahí partió rumbo a la ciudad de Vladivostok, donde se reunió con el ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, y donde tuvo al menos un par de horas para «familiarizarse con los modernos aviones tácticos-operativos» de Rusia y observó una de las plantas donde se fabrican los aviones combate más poderosos de Rusia. Asimismo, «inspeccionó la fragata Shaposhnikov, los sistemas de misiles navales con uranio y otros armamentos rusos.

Los seis días de la visita de Kin Jong Un inquietaron a los gobierno de Estados Unidos y Corea del Sur, pero causó más preocupación el encuentro entre Kim y Putin, ante la posibilidad de que este viaje del dictador norcoreano, el primero que hace al extranjero en cuatro años, y el más largo desde que asumió el poder en 2011 tras la muerte de su padre, Kim Jong II, sirviera para reforzar la cooperación armamentística entre ambos países, enfrentados en conflictos con Occidente.

ARMAMENTO

Funcionarios de Washington y Seúl advierten que el régimen represor de Kim Jong Un podría proporcionar municiones muy necesarias para la guerra de Moscú contra Ucrania a cambio de una sofisticada tecnología de armas rusas que promovería las ambiciones nucleares de Kim.

En su último día en Rusia, el dictador norcoreano acompañado por sus altos funcionarios, siempre escoltados por militares rusos y con personal que la hacía de traductor visitó el campus de la Universidad Federal del Lejano Oriente en la isla Russky, donde quedó maravillado de este centro de estudios.