Es el choque de culturas laborales. Los mexicanos ven a los chinos habilitados como trabajadores del Metro, específicamente del tramo de la L1, y se preguntan cómo pueden tomarse siestas si van a contrarreloj para cumplir el contrato que ganaron para restaurar la maltrecha Línea 1 (la rosa).
El Cristalazo obtuvo testimonios e imágenes del día a día, vivido durante el último año, y de quienes están involucrados en la rehabilitación de 12 estaciones de esta línea del Metro. Los empresarios chinos de CRRC Zhuzhou Locomotive, subsidiaria de China Railway, obtuvieron el contrato por un monto de más de 37 mil millones de pesos. Para cumplir, obtaron por traer a sus técnicos que son vestidos con los chalecos y cascos del resto de los trabajadores del metro. Se les ve apurados, estresados… hasta que llega la hora de la siesta vespertina. No la perdonan nunca, se alejan de las áreas de trabajo, se acomodan, y se echan la pestañeada vespertina.
De acuerdo con testimonios de trabajadores mexicanos contratados de manera temporal, la adecuación eléctrica y la colocación de materiales inicia a las 9:00 de la mañana. Pero, además de la comida, está la interrupción para la siesta, algo que -les dicen- es normal en las empresas ubicadas en el gigante asiático.
“Los chinos no pueden dejar la siesta, para ellos es muy importante suspender el trabajo y tomar la siesta», comenta un sorprendido trabajador mexicano que no ha logrado sumarse a esta práctica, «es común ver a los chinos durmiendo encima de cartones o cajas de herramientas o en cualquier espacio a lo largo de las 12 estaciones que se deben modernizar”, dice.
Los directivos chinos de la obra fueron acomodados en oficinas nuevas, con muebles, sillas y escritorios también nuevos que contrastan con los vetustos y clásicos mueblecillos de madera compactada en el Metro.
Otras preocupaciones de los asiáticos es el sistema constructivo que debería impedir el paso del agua de lluvia, y la nueva electromagnética que se usará.
Por supuesto, los trabajadores sindicalizados del Metro no creen en los chinos ni en sus sistema de trabajo con siesta., “Tocará a los mexicanos, a los trabadores del Sistema de Transporte Colectivo hacer la chamba», vaticina un destractor de los asiáticos.
La corcholata Claudia Sheinbaum estimó que la rehabilitación llevaría alrededor de ocho meses, tiempo que ya fue rebasado por cuatro meses. El pasado 11 de julio se cumplió un año de la suspensión del servicio de 12 estaciones, de Pantitlán a Observatorio, y las proyecciones que se hacen dentro del propio organismo es que me será hasta finales de noviembre.
Hasta entonces las instalaciones serán el escenario de febrilidades y siestas chinas.