Al término de su talk show de este miércoles, el populista mandatario fue interrogado por los verdaderos periodistas que cubren sus conferencias y se cubrió los oídos con las manos en señal de que ese tipo de asuntos no le interesa escucharlos para no responder
Los talk show matutinos de Palacio Nacional han marcado desde su inicio la falta de seriedad en los temas que se abordan, sin interés para los ciudadanos, al menos que sea algo que quiera destacar o presumir al populista presidente Andrés Manuel López Obrador, quien cuando no la hace de maestro de ceremonias al prestar videos musicales sin tener los derechos de autor, la hace de bufón contando chistes o simplemente se burla del dolor de las madres buscadoras o de ciudadanos que sufren por el secuestro o asesinato de algún familiar.
Este miércoles quedó confirmada la insensibilidad e indiferencia del populista mandatario ante el dolor de los mexicanos, ya que al finalizar su show matutino evadió responder al ser interrogado sobre la desaparición de cinco jóvenes que viajaban en sus autos en Lagos de Moreno, Jalisco, y tras el hallazgo los autos calcinados y donde hallaron restos humanos en el interior de uno de éstos, lo que apunta a todas luces al crimen organizado, pero López Obrador le dio la vuelta al asunto y mejor contó un chiste.
Al término del talk show de este día el mandatario fue abordado por los verdaderos reporteros, los que cubren sus conferencias y le interrogaron sobre el caso de los cinco jóvenes jaliscienses, y el populista, en un acto infantil no propio de un presidente que debería estar preocupado por la inseguridad que ya rebasó a su administración, aunque él siempre presenta otros datos muy maquillados de la realidad del país, se llevó las manos a la cabeza y de forma alternada cubrió sus oídos en señal de que él no está para escuchar ese tipo de preguntas, ya que en su mundo de fantasía, con sus propios datos, en México todo pinta de maravilla, sin secuestros, sin desaparecidos, sin violencia, sin feminicidios, sin desplazados, sin gente que vive en extrema pobreza.
En lugar de hacer frente a estos cuestionamientos que están desangrando al país, López Obrador, como es su costumbre, se sacó de la manga un chiste, así como es su forma de gobernar, y comentó de forma breve, como si el caso reciente de los jóvenes desaparecidos en Jalisco no fuera cosa seria. “Ayer me decía un amigo, dice que decía su esposa: ‘qué me des 200 pesos para ir al mercado’, ‘no oigo’”, dijo llevándose la mano al oído para fingir no escuchar.
Y continuó, “por acá, por el otro (oído), ‘que me des 500 pesos para ir al mercado’, ‘mejor los 200′”, dijo mientras reía.
Así, en este nivel en grado bufón e insensible es como gobierna López Obrador, el mandatario de las risas, el de los otros datos y al que el dolor de los mexicanos significan un chiste.