El Ejército de Andrés Manuel López Obrador está recibiendo dinero como nunca, 111.9 mil millones de pesos directos a su presupuesto y, sin embargo, sus tropas deben dormir entre chinches, se les niegas alimentos suficientes y conviven en sus cuarteles con ratas. No se trata de instalaciones de despliegue de emergencia, a mitad de un pobladito desconocido, sino de las instalaciones de la 27 Zona Militar (27 ZM) en Pie de la Cuesta, Guerrero y la mismísima Contel de la CDMX, la Base Operativa más grande la Guardia Nacional.
Esta situación salió a la luz por una protesta formal de exintegrantes de la Policía Federal, integrados a la Guardia Nacional, que primero acudieron ante mandos locales y después dirigieron una misiva al Comisario Jefe, Gabriel Hernández Velazco, Titular de Apoyo a la Comandancia de la Guardia Nacional, en la que expresan su inconformidad con las condiciones en las que deben realizar labores de seguridad pública (en una plaza caliente, por cierto) y que por extensión también viven quienes siempre han sido soldados toda su vida y ahora se convirtieron en elementos de la Guardia Nacional.
El contexto aquí sí es importante. Luis Cresencio Sandoval, el militar que comanda la SEDENA al servicio de AMLO, lo mismo para construir el aeropuerto Felipe Ángeles o el Tren Maya; igual para dotar de personal a la Guardia Nacional y desaparecer con ello a las policías federales civiles, en mayo pasado debió explicar la compra personal que hizo de un departamento y aseverar que sí realizó la adquisición, pero no por los 1.5 millones de dólares, sino sólo por medio millón de la moneda gringa, pues se trataba de una obra “gris”, en referencia a que faltaban los acabados.
Mientras el mando tiene esa problemática por encima del medio millón de dólares, centenas de sus soldados destinados a controlar al narco guerrerense debieron dormir en la añeja 27 ZM (existe desde hace 50 años) compartir un único retrete al que se le cortó el suministro de agua a las 23:00 horas.
Los soldados de carrera tienden a no quejarse por esta situación, pero los elementos de la Guarda Nacional que antes fueron de Policía Federal se niegan a que esas condiciones se tomen como si fueran normales. En la carta de queja que dirigieron a los mandos se denota que la gota que derramó el vaso de la tolerancia fue que uno de los elementos fue mordido por una rata mientras estaba en el sanitario.
Los responsables de planear la estancia de centenas de elementos en las cercanías de Acapulco encontraron “soluciones” que sólo empeoraron la situación: “siendo aproximadamente las 16:00 horas le indicaron a 15 compañeros más trasladarse con los 31 elementos provenientes del Salto Guerrero al Centro de convenciones de Acapulco para pernoctar en dichas instalaciones, llegando aproximadamente a las 17:30 horas indicaron el lugar de alojamiento, (…) un lugar denigrante: no contaba con agua, solo servía un retrete, los baños solo los dividen una lona para hombres y mujeres, un servicio de cocina habilitada por elementos del ejército que ya pernoctaban 120 de ellos, y con solo 4 literas para un contingente de 100 compañeros de la GN y los 120 ya establecidos de SEDENA”.
Además, en el despliegue a un punto caliente cercano a Acapulco, cargando equipo y armamento, los elementos tuvieron una sola comida en día y medio. El tema de las comidas ya venia siendo crítico pues tuvo como antecedentes un austericidio más del gobierno de Morena que está sirviendo comidas raquíticas a los elementos de la Guardia Nacional en la mismísima central de Contel (ver fotos), en donde se les indica que no hay más comida y que en caso de requerirlo deben comprarla en comederos privados que existen en el lugar.
Todo esto rompe cualquier premisa mínima de las propias milicias en cuanto a lo que una tropa requiere para lograr una moral y un valor combativo y moral. Por ello, los elementos que formaron parte de la Policía Federal se niegan a que se piense que sus quejas se dan en relación a lo que ellos tenían cuando estaban en esa corporación civil: “con todo respeto, deje de hablar de la Policía Federal, fue lo que fue y todos estamos aquí por disciplina, no por indisciplinados; hay ratas y hay plagas en las instalaciones, no es normal”, fue lo que le espetó uno de los elementos a un sargento que trató de minimizar las condiciones alegando que los comentarios venían de los expolicías.
Al no respetarse el grado de mandos civiles en la Guardia Nacional, exoficiales de la Policía Federal están viviendo también el desastre operativo. Ellos generalmente tienen niveles académicos altos y durante la última década supieron de primera mano los efectos que tiene a la larga las malas condiciones de vida en las tropas.
Pero eso, las malas condiciones, parece ser la norma: las instalaciones del 56 Batallón de Infantería en Cumbres de Llano Largo, también en la zona, recibió una cincuentena de elementos entre Guardia Nacional y Ejército. Sólo un retrete para todos.
En la 27 ZM hay una colección de fotos de chinches, cucarachas y condiciones deplorables de las instalaciones. Una epidemia de enfermedades gastrointestinales asoló el lugar la pasada semana, por supuesto sin que perdonara a los mandos del propio Ejército, por lo que quienes tenían el grado de autoridad y los recursos, dejaron de comer y pernoctar allí.
Pero los otrora oficiales de policías civiles indicaron a los mandos militares que eso no es una solución, que debe haber garantías de alimentación y descanso para toda la tropa a efecto de que tenga moral y valor combativo (que puedan derrotar a sus enemigos, en este caso, el narco).
Los expolicias federales levantaron la voz de protesta ante estas condiciones generales, inviables para mantener en buen estado a una fuerza que debe enfrentarse al narco, y reiteraron que esto se suma al trato diferenciado que se les da, discriminatorio, respecto a quienes vienen del Ejército o Marina.
“Es necesario manifestar que mediante oficio GN/DGSE/00025/2022 de fecha 01 de enero de 2022, se discrimina al personal de la otrora Policía Federal que pertenecemos a la Guardia Nacional, a los cuales se les excluye de las disposiciones contenidas en las Directivas para Fortalecer la Moral y la Disciplina En La Guardia Nacional y solo es válido para personal proveniente de la SEDENA y MARINA”, expresan en la carta de protesta y se quejan de que la atención médica de uno de sus compañeros heridos no fue recibida en las enfermerías de la Guardia Nacional, sino que se le envió al ISSSTE, porque los militares “sólo atienden militares” les dijeron.