Con la política de seguridad de la 4T de “Abrazos no balazos” se ha relajado la acción de las autoridades al no aplicarse la ley y dejar crecer las operaciones de los Cárteles de la droga

Los ataques con bomba no eran el modo de los Cárteles de la droga para anunciar que llegaban a algún sitio con el mensaje de “este es nuestro territorio” pero en la última década las agresiones con Explosivos Improvisados, principalmente con coches-bomba y drones han sido el sistema preferido para crear el terror y advertir a grupos rivales de su poder. Un informe clasificado y sustraído de los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por los piratas informáticos Guacamayas en septiembre de 2022, revela que en lo que en el gobierno del populista presidente Andrés Manuel López Obrador entre el 1 de diciembre de 2018 hasta noviembre del 2022, grupos criminales han utilizado 1,700 explosivos en 377 ataques en el país, esto sin contar que la cifra superaría los 380 ataques con las agresiones que se han reportado en lo que va del 2023.

La cifra de ataques no ha sido actualizada con las agresiones del 2023, pero si han sido varios los ataques perpetrados con explosivos, como el registrado el pasado 9 de julio en Michoacán, cuando un dron impactó contra una vivienda en Apatzingán, lo que dejó a una persona herida. Este tipo de agresiones han puesto contra la pared al actual gobierno de la 4T, que ha ignorado el aumento de la violencia al tratar de minimizar los daños e incluso al trata de ignorarla.

De acuerdo con un reporte de la organización InSight Crime, que monitorea sucesos que llevan el sello de grupos del crimen organizado, destaca que la presencia de los grupos ligados al narcotráfico en México se ha transformado y multiplicado en los últimos años, al pasar de estar dominado por un pequeño grupo de cárteles a ser una red fragmentada repartida en unos 200 grupos criminales en todo el país, siendo los más fuertes y que se disputan el control el Cartel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, que para demostrar su poderío han adoptado nuevos métodos de ataque, como son los drones explosivos y los coches-bomba.

MODUS OPERANDI

Agresiones con explosivos sembrados en algún inmueble o vehículo para atraer a las autoridades se han llevado a cabo mediante engaños, con un cebo que permita tener a personas de las fiscalías, de las policías o incluso civiles en el blanco de un ataque.

Uno de estos sucesos se registró el 29 de julio de 2022, en Irapuato, Guanajuato, donde una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación sembró de forma intencional el cuerpo de una de sus víctimas en una vivienda de la colonia Comunal. En el lugar, como si se tratará de un programa de televisión, el grupo criminal para presenciar su ataque colocó en puntos estratégicos y ocultas, varias cámaras desde donde podía observar a distancia lo que sucedía y lo que se avecinaba.

Al sitio, después de una llamada anónima, arribó personal del Ministerio Público, peritos y policías municipales. Este contingente de al menos 10 personas apenas ingresaron al inmueble fueron recibidos con la explosión de un artefacto que fue enterrado en el lugar y detonado a distancia.

De acuerdo con información filtrada por los piratas cibernéticos Guacamaya y sustraída de los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en México, desde que López Obrador llegó a la presidencia y hasta noviembre de 2022, más de 1,700 explosivos han utilizado los cárteles de la droga en el país en 377 ataques durante los últimos cuatro años.

EXPLOSIVOS EMPOTRADOS

El documento de la Sedena destaca que las acciones de los grupos criminales le ha llevado a encontrar formas para empotrar los artefactos explosivos en drones y lanzarlos contra rivales o incluso contra fuerzas del orden o como ocurrió en julio de este 2023 contra civiles.

El Ejército Mexicano ha expresado preocupación por la forma en como han escalado en letalidad los ataques de los grupos criminales con el uso de explosivos.

Otro de los casos más recientes de agresiones del narco con explosivos se registró el pasado 28 de junio, cuando estalló un Artefacto Explosivo Improvisado colocado dentro de un coche en Celaya, Guanajuato, en el que cinco militares fueron el blanco del ataque.

Un reporte del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), hoy Centro Nacional de inteligencia (CNI), subraya que desde el año 2012 grupos del crimen organizado reforzaron el uso de Artefactos Explosivos Improvisados por el crimen organizado, lo que en 2017 fue catalogado como una amenaza latente, pero el gobierno de López Obrador con su política de “Abrazos no balazos” ha minimizado toda acción para aplicar la ley en el país, lo que ha dejado crecer las acciones violentas de los criminales, incluso en gobiernos estatales existe el temor de que los cárteles de la droga utilicen este modo de ataques para someter a las autoridades y a la población.

COCHES-BOMBA

Ataques explosivos como el registrado en un coche-bomba la noche del pasado 11 de julio en Tlajomulco, en Jalisco, lo que dejó 6 muertos y 12 heridos, no ha sido el único con este sello en el país, ya que se han registrado sucesos similares en Guanajuato, Michoacán e incluso en Tijuana, en Baja California.

Otro episodio ocurrió el 1 de diciembre del 2021 se registró la explosión de tres carros bomba para facilitar la fuga de reos del Centro de Readaptación Social del estado (Cereso) en Tula, Hidalgo.

Uno de los primeros y más letales ataques con coche bomba en el país fue el ocurrido el 15 de julio del 2010, cuando un vehículo detonó en Ciudad Juárez, Chihuahua, agresión en la que murieron cuatro personas, entre ellas un policía federal, dos civiles y el médico que acudió para brindar auxilio a un herido.

Especialistas en seguridad internacional coinciden en que este tipo de ataques explosivos tienen un objetivo, advertir y mermar la capacidad de fuego de grupos rivales, así como atemorizar a las fuerzas de seguridad y provocar el terror entre la población.