La exjefa de gobierno, Claudia Sheinbaum,  prefirió guardar silencio, tragarse las palabras y no mencionar que dará continuidad al programa de AMLO y la 4T

Cientos de personas se reunieron en el mercado municipal Alonso Felipe de Andrade, en Ciudad del Carmen, Campeche, pero no para vitorear a la “corcholata” favorita del populista mandatario Andrés Manuel López Obrador, quien esperaba la acostumbrada recepción masiva de acarreados morenistas, pero en su lugar se encontró con ciudadanos molestos con las políticas del gobierno de la 4T y sin esperar más le reclamaron por el desabasto de medicamentos para personas con cáncer, así como en los centros de salud de la zona, por las altas tarifas en el servicio de la electricidad, por la falta de apoyos sociales que solo se los prometieron y por la falta de un programa real de seguridad.

La exjefa de gobierno, Claudia Sheinbaum,  prefirió guardar silencio, tragarse las palabras y no mencionar que dará continuidad al programa de AMLO y la 4T.

Los inconformes reclamaron a Sheinbaum como si ella fuera la culpable directa de estos y muchos problemas más y en su recorrido por el mercado municipal denunciaron a la gobernadora Layda Sansores Sanromán, de solo estar e su oficinas, de no atender los problemas ciudadanos y de aparecer para la foto cuando llega el presidente López Obrador u otro funcionario de alto nivel.

Habitantes de Ciudad del Carmen acusaron falta de programas sociales, de que las ayudas no han llegado como prometió el huésped de Palacio Nacional y que el desabasto de agua potable sigue sin resolverse desde que entró Layda Sansores como gobernadora.

Durante su visita en esta zona y para no verse comprometida, Sheinbaum prefirió no prometer solución a estos problemas ni se acordó de mencionar que dará continuidad a los programas de gobierno de López Obrador.

La exmandataria capitalina pensó antes de prometer lo que tal vez no pueda cumplir.

Fiel imitadora del presidente López Obrador, la exjefa de gobierno capitalina aventó su retórica copiando las palabras que utiliza el mandatario para calmar los ánimos pero sin comprometerse a resolver los problemas que le llovieron en los reclamos durante su visita.