Son 5.1 millones de dólares flotando en el Río Bravo. La estructura, en su primera etapa, se compone de 3.2 kilómetros de boyas acuáticas naranjas de aproximadamente metro y medio de alto, unidas estrechamente por un cable de acero y, como refuerzo, cuatro cintillos metálicos más.

Construidas por la empresa Chochrane USA Inc., su sitio web informa que esta barrera flotante consta de diseños exclusivos y “puede ser tan extensas como lo quiera el cliente.

“Son boyas suaves altamente efectivas que repelen artefactos acuáticos e intrusión humana” y su “innovador diseño lo hace muy seguro para humanos y vida salvaje en muchos sentidos. La barrera encapsula una filosofía simple que Cochrane sostiene: La disuasión salva vidas”

Este “Muro Flotante” ha sido debatido en el congreso texano desde 2020 con la intensión de evitar que la migración ingrese a territorio estadunidense por el Río Bravo.

Los migrantes que intenten cruzar por la zona mexicana de Piedras Negras, Coahuila, hacia los Estados Unidos, deben sortear los peligros que representa llegar a la frontera norte de nuestro país, incluidas las bandas del crimen organizado. Ya en territorio estadunidense deben eludir sistemas de cámaras, drones, helicópteros, alambrados y patrullas de la policía fronteriza.

El gobierno texano ha decidido sumar una barrera nueva que ha comenzado a colocar en medio de este cauce en la zona de la ciudad fronteriza de Eagle Pass.