A las 2 am de este sábado, la Pequeña Haití, el campamento migrante en la Colonia Juárez, había desaparecido nuevamente. Los policías que apoyaron la acción recorrieron los últimos metros de lo que antes era un espacio lleno de tiendas de campaña. Pocos haitianos, en realación a los que acampaban, subieron a los autobuses que les ofreció Migración para llevarlos a Edomex, Puebla o Guerrero, lugares donde, a cambio de dejar la Plaza Giordano, se les entregaría una tarjeta de tránsito por el país
La Pequeña Haití, el campamento migrante en la Plaza Giordano Bruno de la Colonia Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, desapareció nuevamente, esta vez luego de una negociación del personal de Migración que, ante el poco convencimiento de los haitianos, recurrió al apoyo de la policía de la Ciudad de México para cortes viales y para asegurar queno fueran retomados los espacios de los que se desmontaban tiendas de campaña. La gran mayoría del medio millar se fue de allí, perdiéndose en las calles cercanas, pues no aceptó el traslado, muchos de ellos convencidos de que se les deportaría a Haití si se subían a los autobuses.
Este rumor comenzó a correr luego de una cincuentena de haitianos aceptaron regresar a Chiapas a cambio de que allá les dieran su tarjeta migratoria. Eso desató el rumor en la Pequeña Haití. «¿Por qué en avión? ¡Nos vam a deportar!». «Si yo llego a Puerto Príncipe, me matan antes de salir del aeropuerto». «Mi mamá es de un partido de izquierda, no podemos regresar, ¿por qué nos quieren hacer eso».
Hubo incluso haitianos que se refugiaron en la Iglesia cercana, temerosos de que se empezara a tomarlos por la fuerza para subirlos a los autobuses. «Nosotros no hacemos eso», le juraban los agentes migratorios.
Más tarde, la promesa de brindarles estancia en algun punto, con comida, agua y sanitarios asegurados tampoco vencía el temor… es una promesa que los antillanos han escuchado mil veces y que nunca les han cumplido, mucho menos cuando están lejos de la vista pública.
Lo del retorno a Chiapas fue negado finalmente por Migración y en una decisión de última hora, comunicada hacia las 00:30 de este sábado al personal de migración que debía dialogar con los haitianos, se decidió habilitar cuatro puntos (Puebla, Edomex, Guerrero y Michoacán) para tramitar tarjetas migratorias exprés para todos los que aceptaran desalojar la Plaza Giordano Bruno.
La Plaza, repleta de Haitianos, fue un símbolo de la desatención (o falta de capacidad) al problema de la migración. El desalojo fue el símbolo de lo desubicados que están los órganos que deben atender esto: no lograban hacer saber a los haitianos que no hay intención de despacharlos en un vuelo a Haití. Algún mando migratorio pensó que era buena idea moverlos hacia el sur en el mencionado avión. «Es que allá teníamos espacio ya preparado», señaló un agente migratorio con cara de culpa al ser cuestionado.
«Necesitamos pruebas, dame un video de los que te llevaste en el avión», clamaron varias veces los haitianos.
Lo que es cierto es que el personal a nivel de suelo de Migración hizo hasta lo imposible por convencerlos. Son del estilo del Grupo Beta, es decir, hombres y mujeres que explican y persuaden con razones a los migrantes. No amenazan. De hecho es una pena que este personal de migración esté comandado por el autodeclarado inocente Garduño.
La limpia de la plaza continuó y finalmente a las 2 de la mañana, con los elementos policiales cerrando el cerco sobre la Plaza Girdano Bruno, se decretó acabada la obra.
Al final, probablemente dos terceras partes de los haitianos se dispersaron sin subir a los autobuses (hasta 10 y 25 minivans) que llevó Migración. Sólo se lograron llenar dos autobuses.
Todo lo ocurrido en esta caída de la Pequeña Haití es parte de una historia que probablemente no ha acabado. Ha habido tres caídas prvicomo ésta. Lo que es innegable es que se trata de algo que no forzosamemte tiene más sentido que el de la mera limpieza de la Giordano.
Por ahora, nadie de los haitianos sabe dónde estará mañana… están acostumbrados a eso.