La Plaza Giordano Bruno ha recibido (nuevamente, por enésima vez) una oleada haitiana. Hay migrantes venezolanos y asiáticos, también afganos huyendo del talibán. La mayor parte viene directo de Tapachula, Chiapas y se ha encontrado con esperanzas inciertas de que el gobierno mexicano les conceda el estatus de refugiada. Una de las familias más afortunadas tiene cita para el 30 de mayo.
Otra vez, en la plaza de la Colonia Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, está repleta de familias que dormirán en tiendas de campaña para los afortunados y a la intemperie para la mayoría. Niños, otra vez muchos niños durmiendo, jugando, viviendo en la calle. Luego de semanas de que la llamad Pequeña Haití desapareciera ante la apertura del albergue de la alcaldesa Sandra Cuevas y una mayor, muy lejos en el bosque de Tláhuac, del Gobierno Capitalino, ahora el campamento a reaparecido con tanta fuerza como hace un par de meses.
En efecto, la decisión de una parte del gobierno, el federal 4T del presidente López Obrador, tomó decisiones sin coordinarse con lo que estaba haciendo su protegida Sheinbaum en el gobierno capitalino. El gobierno del populista presidente mexicano emana de sus acuerdos con el presidente estadunidense Joe Biden, quien tomó previsiones ante el fin del T42 (el Título o apartado 42 migratorio que devuelve la fiereza de las normas migratorias a la situación previa a la emergencia Covid-19).
Todo está en contra de los migrantes ahora, sin plan específico, con los permisos de tránsito por México suspendidos y sin que nadie en instancias de gobierno sepa muy bien que debe hacer. Con bastante ridiculez, el gobierno de la capital señalaba en días previos que el albergue de Tláhuac no fue desmantelado porque tiene atiende aún a 160 migrantes… pero mil 500 fueron arrojados de allí. Sheinbaum finalmente dijo este miércoles que efectivamente ya no hay migrantes en Tláhuac, que está pensando en abrir uno más cerca de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), la única instancia que atenderá a los migrantes luego de que Migración les cerrara las puertas por los acuerdos AMLO-Biden. Cerca de la COMAR, es decir, en las cercanía del campamento Pequeña Haití.
La alcaldesa Cuevas se mantiene firme en operar un albergue, pero tiene acaso cupo para 200 personas cuando a unas cuadras hay unas 600 u 700 en la calle, esperando.
La Pequeña Haití, el campamento haitiano, reapareció en las calles de la ciudad emblema de la 4T. Otra vez, niños que no tienen a donde ir, que nunca han tenido un hogar propiamente dicho, duermen en la calle.