El cierre de los 33 albergues del gobierno ha provocado que estancias de organizaciones civiles y católicas estén colapsadas
La crisis migrante en México tras el fin del Título 42 del código sanitario de Estados Unidos tiende a agravarse con tintes de pesadilla en México, con las deportaciones desde el vecino país y tras el cierre de los 33 albergues del gobierno albergues de asociaciones civiles o católicas con capacidad para 250 personas ahora tienen que atender a más de 700, situación que se replica en las fronteras norte y sur y que ya es una realidad en el centro del país, en específico en la Ciudad de México. El sobrecupo ha obligado a que las personas busquen acomodo donde sea, como el resurgimiento de la Pequeña Haití en la colonia Juárez, donde regresaron las tiendas de campaña que nuevamente es el hogar temporal para más de 200 haitianos.
De norte a sur el éxodo migrante aumenta sin que las autoridades de la 4T hayan hecho algo para resolver el problema. Uno de los remedios que aplicó el gobierno del populista presidente Andrés Manuel López Obrador para quedar bien con su homólogo estadounidense Joe Biden para frenar el avance de migrantes fue cerrar los 33 albergues coordinados por el Instituto Nacional de Migración (INM), así como suspender la entrega de solicitudes para tránsito libre por el país.
Esta orden absurda ha provocado que al no haber más sitios de estancia temporal para migrantes, éstos iniciaron la búsqueda para acomodarse en cualquier parte mientras se deciden por continuar con su peregrinar en busca del “sueño americano”, ya sea afuera de albergues con sobrecupo, en las calles o en plazas que adoptan como refugios.
PLAZA GIORDANO
En la colonia Juárez de la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, el albergue habilitado por la alcaldesa Sandra Cuevas y que atiende a 250 personas, ya no puede recibir a más gente, dado que la situación por espacio ya no lo permite.
Ante esta situación, migrantes haitianos que no han encontrado un sitio para proteger a sus familias regresaron a la Plaza Giordano Bruno, donde resurgió la Pequeña Haití y donde se observan las conchas multicolores de las tiendas de campaña de cerca de 200 personas que han adoptado este sitio como su hogar temporal.
Otro de los sitios que brinda atención a los migrantes es el campamento temporal en el Bosque de Tláhuac. Autoridades de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso) de la CDMX informó que el sitio sigue abierto, a pesar de que se anunció que había sido desmantelado. Actualmente atiende a 607 personas, principalmente de Haití, Venezuela y Chile, entre otras nacionalidades.
SOBRECUPO
Los migrantes en este y otros albergues siguen a la espera de arreglar su estatus migratorio para seguir su camino hacia a Estados Unidos. Cuentan con asesoría y apoyo de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), así como de instancias federales, como el INM y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Otros albergues que mantienen su operatividad en defensa y atención de los migrantes son las organizaciones civiles o eclesiásticas como la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (CAFEMIN), que en los últimos cuatro días atiende a 700 personas, por lo que estima que la situación podría aumentar en los próximos días.
La situación para atender a la comunidad migrante que está varada en México no pinta nada fácil y tiende a avanzar hacia un problema más caótico, dado que no existe un esquema de atención migratoria por parte del gobierno federal, además de que se sigue improvisando mientras el éxodo de personas de varios países sigue creciendo desde la frontera sur.