El mandatario brasileño concretó el compromiso de la firma española, casi por la misma cantidad que una semana antes la 4T pagó por 13 plantas de energía, 12 de ellas de ciclo combinado y una eólica
Entre líderes populistas siempre hay uno que destaca por su astucia, retórica de convencimiento y destreza para hacer negocios, y en este caso el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva se puso la capa de torero para enseñar a su aprendiz, el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, sobre cómo se deben atraer las inversiones, apostar por el cambio hacia el futuro con energías limpias. La atractiva bolsa que el brasileño logró atraer de la firma española Iberdrola es por 5 mil 800 millones de dólares, casi los 6 mil millones de dólares que una semana antes la 4T desembolsó por 13 plantas generadoras de energía.
«En Brasil seguimos creciendo a lo largo del tiempo y en México el actual gobierno (de López Obrador) no está siendo tan atractivo para la inversión como lo fue en el pasado. Brasil es nuestra apuesta, claramente. En lugar de seguir invirtiendo en México al ritmo que estábamos, se ha parado la inversión. Pero nuestro compromiso con los mexicanos continua igual que hace 20 años», subrayó el pasado 12 de abril el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, al explicar que la inversión de la firma en Brasil está ya comprometida, además de que hay avances para invertir en Estados Unidos y en países europeos, mientras que para México aguardarán a un mejor momento.
El mandatario brasileño soltó a los cuatro vientos la noticia de la atractiva inversión, y es que desde su nuevo regreso a Brasil aseguró que la apuesta está en programas de energías limpias, en redes para nuevas tecnologías como eólica marina y el aprovechamiento de hidrógeno verde para los próximos tres años.
LA APUESTA ESTÁ CON BRASIL.
La apuesta, a decir de Lula, es empezar a soltar la dependencia en los combustibles fósiles y mirar hacia el futuro con energías limpias, por lo que para llegar a este objetivo ya está el compromiso con Iberdrola por 5 mil 800 millones de dólares, casi misma cifra que en días pasados el gobierno mexicano dijo que pagarán a la empresa ibérica por la compra de 13 plantas generadoras de energía, 12 de ciclo combinado (de una turbina de gas natural y otra que opera con una turbina de vapor) y una eólica.
La lección de Lula a López Obrador destaca sobre la importancia que tuvo esta negociación, donde el objetivo es mirar hacia el futuro, hacia las nuevas tecnologías y no tratar de revivir empresas desgastadas y cuyo funcionamiento no permitirá una durabilidad más allá de un cuarto de vida útil.
DECEPCIONADO DE MÉXICO
El presidente de Iberdrola destacó que la inversión que ya tienen comprometida en Brasil es para la generación de energía limpia. «Este es el primer parque híbrido que se hace en Brasil, una línea de 370 kilómetros que hemos hecho nosotros, que conecta un parque fotovoltaico y un parque eólico. O sea, que tienes prácticamente las 24 horas del día generando electricidad; al mediodía funciona el sol y por la tarde noche el parque eólico», explicó Ignacio Galán al hablar sobre el sistema que implicará esta inversión.
México con López Obrador sin asesoría conocedora del ramo y con su retórica de que se logró la nacionalización de la electricidad, cuando se está a años luz de que esto ocurra, sigue ahuyentando las inversiones con argumentos ficticios y con miedo a mirar hacia el futuro.
El pasado 4 de abril, López Obrador, como niño que acaba de ganar a la rayuela, pregonó con bombo y platillos la compra de 13 plantas generadoras de energía a la empresa española por 6 mil millones de dólares, algo que consideró un logro, una hazaña histórica, cuando el gigante sudamericano y su presidente Lula, sin tanta ceremonia explicaron que se concretó una importante inversión para ampliar el desarrollo de Brasil con más electricidad y depender ya con lo mínimo de combustibles fósiles.
Imágenes/EFE y Cuartoscuro