Un texto de Gerardo Mayoral Serrano

“Estamos aquí desde el viernes 3 de marzo, y la única respuesta que nos dieron fue mandarnos a un albergue de un hospital psiquiátrico y es lo peor que hay. Todo mundo se salió porque no está bien, es inhumano”.

Es la misma queja que una y otra vez manifestaron personas migrantes de Haití, Venezuela, Colombia, y otros países por la desesperación de no poder conseguir un trabajo digno y de verse obligados a permanecer en campamentos, desprovistos de atenciones para cubrir sus necesidades básicas.

Ante esta situación, los afectados contaron que la única respuesta que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) les brindó fue mandarlos a un albergue en lugar de opciones para ganar unos pesos.

Migrantes instalan un peque;o campamento en las inmediaciones de la COMAR mientras se resuelve su cituacion migratoria
Migrantes instalan un pequeño campamento en las inmediaciones de la COMAR mientras se resuelve su situación migratoriaAdrian Contreras

“Si ya tengo el proceso, ya me tienen registrado en la COMAR, mándenme para un lugar en donde yo pueda conseguir un trabajo, es desagradable salir a la calle y sólo extender la mano. Soy migrante y yo no vine a pedir, vine a trabajar”, contó a Crónica una de las personas que se encuentran en el campamento ubicado a unas calles de la COMAR.

Más personas indicaron que no hay una respuesta clara que les ayude a subsistir, y aunque algunos se dedican a vender cubrebocas en las calles de la metrópoli y a ofrecer servicios (en los que en la mayoría son rechazados), lamentaron que no sea suficiente para vivir y sostener al resto de sus familiares.

Migrantes instalan un peque;o campamento en las inmediaciones de la COMAR mientras se resuelve su cituacion migratoria
Migrantes instalan un pequeño campamento en las inmediaciones de la COMAR mientras se resuelve su situación migratoriaAdrian Contreras

El campamento se encuentra lleno de personas con historias por contar, aunque las que narran atropellos e injusticias por parte de las autoridades son las que más predominan.

“Al pasar por Chiapas nos detuvieron, y con armas apuntándonos en la cabeza, nos intimidaron, nos amedrentaron. Lo mismo pasó con mujeres, con niños. Ya estando aquí en la ciudad, ¿qué podemos hacer? Nos niegan el trabajo, y nos tratan como animales”, dijo un hombre proveniente de Cuba.

Algunas de los migrantes establecidos en este lugar, precisaron que, al no poder cruzar la frontera que conecta a México con los Estados Unidos de América, no tuvieron otra opción más que permanecer en el país, en búsqueda de una mejor situación económica.

Señalaron que, lamentablemente, en otros estados del país el proceso es más complicado y la opción más viable por el momento es que la COMAR les atienda.