El Analista y Asesor de la industria energética y en economía señala que la energía en el país está mal administrada, debido a que actualmente de lo que tómanos de energías primarias (recursos naturales), solo el 55 por ciento se utiliza y 45 por ciento es desechado

La afirmación que pregona el Gobierno Federal de que México está en el camino hacia una transición energética es falsa, ya que no existe un entendimiento real de este concepto desde un punto de vista de ingeniería energética, ambiental y económica, debido a que en el país se sigue pensando en planes, con palabras sin fundamentos a largo plazo, y es normal con cada administración gubernamental que cree poseer la verdad sobre el tema, además, el actual gobierno y los que vendrán carecen de un plan bien analizado, con estudios minuciosos de largo plazo que abran camino a un cambio real de energías basadas en combustibles fósiles a uno de energías limpias, y es que en la actualidad todo lo resumen en llenar papeles, presupuestos y proyectos que no conciben una transición verdadera, asegura Ramses Pech, Analista y Asesor de la industria energética y en economía.

Apoyado en un análisis realizado por Grupo Caraiva y Grupo Pech Arquitectos, el especialista señala que existe una gran diferencia entre transformar y hacer una transición, y en México se confunden estos términos en el sector energético, lo que implica que se utilicen mal estos conceptos al hablar del cambio de energías fósiles a energías limpias, debido a que se antepone hablar de soberanía y desarrollo económico, en lugar de ver los beneficios reales de un cambio energético.

Sobre este punto, Ramses Pech subraya que la soberanía y control de un país en el ramo energético no depende de quién lo extrae, lo explota o invierte para transformar lo que está en el subsuelo, la superficie o la atmosfera, ya que lo verdaderamente esencial es el cuánto, cómo y para qué se utilizará esa energía y para qué su transformación.

PARTIR DE QUÉ TIPO DE ENERGÍA SE TIENE

Para entender el concepto de transición de energías fósiles a energías limpias, el analista refiere que, de acuerdo con el estudio de Grupo Caraiva, primero se debe tener claro cuánta y qué tipo de energía primaria (recursos naturales) se tiene, y es que ésta puede provenir del subsuelo, del suelo, del aire, del agua o todo aquello que tomamos de los recursos naturales, donde se destaca como prioridad los rayos solares, el viento, el petróleo crudo, el gas natural, los ríos, el vapor de los volcanes, los minerales como el carbón y próximamente el litio, así como los desechos orgánicos. Es decir, energías en su estado natural que no han sido transformadas por medio de tecnología. El objetivo y punto medular para hablar con claridad de una transición es saber cuánto tomamos, cuánto queda y cuánto será renovable.

En el mismo tenor, Ramses Pech refiere que una vez que se tienen bien cimentados estos puntos que son generadores naturales de energía, el siguiente paso es tener la tecnología y el volumen necesario para utilizarlos en la transformación en energía portadora de la primaria a la secundaria (transformada). Las tecnologías de mayor uso son las plantas de generación o procesamiento, las refinerías u otras tecnologías que puedan generar algún combustible, energías de uso final o un elemento que libere energía y cuyo objetivo es utilizarla en actividades cotidianas. Con este panorama es vital destacar que cada país debe desarrollar sus propias tecnologías, y quién no se aplique deberá depender de importar éstas de otras naciones, como es el caso de México.

ES UNA SIMULACIÓN

De acuerdo con el asesor de la industria energética, la transición real del sector que se menciona en México es una simulación, ya que solo sabe que una vez determinada cuánta energía primaria tomamos y transformamos en secundaria se debe adicionar cuánto se exporta y cuánto se importa para cubrir al mercado interno. Es decir, la energía en el país está mal administrada, debido a que actualmente de lo que tómanos de energías primarias (recursos naturales), solo el 55 por ciento se utiliza y 45 por ciento es desechado, esto de acuerdo con el balance de energía calculado por la Secretaria de Energía (Sener).

Ramses Pech subraya que la Reforma Energética impulsada en México no es un plan, es una herramienta que debe encaminar hacia una transición energética real, bajo un acuerdo entre los poderes de la nación, para el bien común de la sociedad.

Asimismo, refiere que es importante aclarar que en el país no somos dueños de tecnologías, la importamos y dependemos de otras naciones para tener acceso a tecnología, entonces porque perder el tiempo en banalidades puritanas que no llevan a nada y solo atrasan al conocimiento de las generaciones actual y las futuras.