Aunque fue pronunciada hace mucho tiempo y en otro contexto, la frase de Luis Echevería sobre el manejo financiero desde Los Pinos, sigue causando escozor entre los economistas. Pronto (en paralelo) alguien deberá mostar su asombro por darse cuenta como –además de este importante campo de responsabilidad pública– ahora tenemos otro espacio de asombro: el sindicalismo libre se maneja desde el Palacio Nacional.
La pasarela de aparentes aspirantes a la secretaría general sindical de los petroleros en las conferencias mañaneras del presidente López Obrador, exhibe sin recato la subordinación de los trabajadores (y también sin consecuencia crítica de los especialistas).
Aun cuando una de las banderas de este gobierno, tremolada con juvenil emoción por la señorita secretaria del Trabajo, María Luisa Alcalde, en cada discurso; la libertad sindical plena (sobre todo si es para disminuir la capacidad de la “ceteme” y alentar a otras centrales de trabajadores) es una más de las fumarolas de la Cuarta Transformación.
Si en verdad los trabajadores fueran libres para escoger a sus dirigentes no acatarían la convocatoria para presentar en cinco abundantes minutitos para cada uno de los aspìrantes y aspìrantas, sus promesas, proyectos, aspiraciones, definiciones y etc, etc., en la conferencia del presidente, como si se tratara de los precios de la gasolina de cada lunes.
Las varias reformas en el campo laboral emprendidas por sucesivos gobiernos de distinto signo ideológico o al menos político, siempre tuvieron como finalidad evitar la intromisión del gobierno en la vida sindical, como había ocurrido desde la operación de la CTM, como uno de los sectores del corporativismo priista.
El primero de mayo del 2019, el señor presidente nos instruyó con estas palabras:
“El presidente Andrés Manuel López Obrador (CGCS) refrendó su compromiso de respetar la autonomía sindical y aseguró que los trabajadores tendrán libertad; el gobierno, dijo, no tendrá dirigentes favoritos ni injerencia en sindicatos.
“Durante un encuentro con líderes sindicales en Palacio Nacional reafirmó su disposición al diálogo desde la presidencia o la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Al mismo tiempo, sostuvo que es posible negociar con los factores de la producción y convocó a la clase trabajadora a transformar a México en unidad y sin confrontaciones.
“Resaltó que el apoyo de los sectores obrero, empresarial, de todas las clases sociales y corrientes de pensamiento, es fundamental para realizar un cambio verdadero, desde abajo y por el camino de la concordia.
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“Aseveró que en la actual administración se prioriza el establecimiento de un auténtico Estado de Derecho, donde se respeta la ley, sin simulación y con estricto apego a la legalidad”.
“(…) Reiteró su satisfacción por la aprobación de la reforma laboral, “una demanda de los trabajadores desde hace mucho tiempo que garantiza la democracia sindical”.
Pues hoy la “democracia sindical” se practica en los espacios del Poder Ejecutivo; no del sindicato. Así lo inaugura la secretaria Alcalde:
“…en el proceso democrático que se está llevando a cabo en el ámbito laboral uno de los ejes fundamentales es garantizar la libertad y la democracia sindical.
“Por eso el día de hoy iniciamos este ejercicio inédito de transparencia, que consiste en que los diferentes candidatos, candidatas, a dirigir el sindicato de Pemex, a la secretaría general, uno de los más importantes del país, pueda exponer con plena libertad los diferentes aspectos de sus propuestas, de sus perfiles para que todos los trabajadores y trabajadoras de Pemex que nos escuchan puedan conocer, puedan tener mayor información y puedan ejercer un voto informado.
“La mañanera es un espacio público que lo ven y escuchan miles de personas, así que les damos la bienvenida a los candidatos que hoy nos acompañan y también a los que estarán acompañando toda la semana”.
¡Vaya!, los sindicalistas balan en rebaño, en el corral del Palacio.
–¿Ya llegó el Tío Lolo?
–No, fue a buscar la independencia sindical.