Necesitado de un subterfugio con el cual congraciarse con Andrés Manuel López Obrador y disfrazar su conversión, , el presidente del PRI; Alejandro Moreno quiere engañar a todos con una fábrica de brassieres para culebras.
Así de absurda es su postura revisionista y de imaginaria profundidad analítica en torno de la contrarreforma eléctrica.
Después de entregar el gobierno de Campeche (primero para irse al PRI, después para mirar a Layda Sansores en el Ejecutivo), el coordinador de los diputados en San Lázaro (muy pocos para marcar el rumbo, pero suficientes para inclinar una balanza), ha pedido tiempo y apertura parlamentaria en pos de una definición clara de sus correligionarios.
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Esto es una hermosa forma de jugar al Tío Lolo: el PRI, hace mucho tiempo terminó esa discusión. y asumió y pagó los costos de hacerlo. No hay vuelta atrás.
Este es un. reporte de prensa de los primeros cien días de Peña Nieto. Para quien lo haya olvidado, saquémoslo de la gaveta. Proviene del diario “El país”:
“…Cuando se cumplen cien días de su toma de posesión y el 84º aniversario de la fundación del PRI, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, logró este domingo un cambio histórico en los estatutos de su partido, un giro liberal que rompe con su tradición estatalista y allana el camino para las reformas energéticas y fiscal que prepara el nuevo Gobierno.
“Más de 4.000 delegados nacionales votaron el domingo a favor de eliminar dos tabúes del viejo partido: el veto a la inversión privada en el monopolio de petróleos, Pemex…
“…El PRI se ha transformado para poder transformar México”, sentenció Peña Nieto.
“No hay intereses intocables, el único interés que protegeré será el de los mexicanos. Demostraremos con actitud, con voz y acción que somos una nueva generación de priistas”, añadió el presidente, que se ha hecho sin duda con el control de un partido, que pretende abierto a la sociedad”.
Si bien esta nota se refiere básicamente a la materia petrolera (donde el mito mayor ha regresado como ejemplo y desafío de LO para los priistas de hoy, por encima del legado de López Mateos), justo es reconocer el carácter global de la hoy difamada reforma cuya fórmula fue muy sencilla: pasar del estatismo monopólico a las empresas productivas (y competitivas) del Estado.
Así pues el PRI ya analizó, ya votó, ya debatió, ya se expresó, ya legisló. Y el resultado ahora quiere ser abatido por la cotrarreforma del actual gobierno, cuyo modelo, inspiración y ejemplo, es el nacionalismo revolucionario.
Es el cinismo de los descastados.
El ex director de la CFE, Enrique Ochoa, tan habilitado para los grandes cargos por Enrique Peña, tanto como el propìo Alejandro Moreno, dijo de la Reforma Eléctrica durante una comparecencia en el Senado:
“…la reforma energética establece un principio fundamental que ya han tenido otros mercados de energía eléctrica en el mundo antes de México y que ahora México se beneficia de ello.
“Es un principio muy claro: la energía eléctrica de menor costo se despacha primero en el sistema y ante el incentivo de competencia privada, nacional e internacional en el sector eléctrico, hay un potente mecanismo para que la Comisión Federal de Electricidad lleve a cabo los cambios de su tecnología y de sus instalaciones, para utilizar combustibles más baratos y amigables con el medio ambiente como el gas natural y las fuentes renovables, en lugar de utilizar combustibles caros y contaminantes como el combustóleo y el diésel…”
Hoy esa idea parece haber desaparecido. Si bien PEMEX se beneficia por los actuales precios del petróleo, eso encarece sus derivados, como el diesel, la gasolina o el combustóleo. Y como no somos autosuficientes; ni lo seremos nunca porque no tenemos industria petroquímica pues ya vemos.
Y la refinería de Dos Bocas es como otra fábrica de sostenes para boa.
