En el nombre de la pureza moral de la patria por venir, cuando la alborada nos sorprenda con la luz de la plena honestidad, como un radiante sol e ilumine lo mismo la casa de Manuel Bartlett o los pagos de René Bejarano y Yeidkol Polensvsky, el Poder Legislativo se ha pasado la Constitución por el perineo, lo cual es una forma elegante de llamarle a la zona testicular baja o como diría Camilo José Cela, en su célebre “Diccionario secreto”, del forro de los cojones.
Las reformas al corrupto sistema de adquisiciones, compra, comercio, distribución y abasto de medicinas, resuelve ese problema a la manera de quien quiere espantarse una mosca en la cabeza con un disparo de escopeta: destruye la industria farmacéutica nacional. Y no mata a la mosca.
Y si bien esa industria pudo haber incurrido en excesos (de los cuales han sido cómplices tradicionales los compradores el Sector Público), una vez más se quiere acabar con la corrupción sin molestar a los corruptos. Y no miren para la casa del señor Lozoya.
Si en el mercado había actividades podridas, pues cerremos el mercado.
Obviamente sería mejor un verdadero mecanismo de licitación transparente y eficiente, pero se prefiere la otra solución (no soluciona nada): la compra sin licitación alguna de productos farmacéuticas en el extranjero (como pensaban los administradores de Pemex cuando compraban gasolina en vez de refinar aquí el crudo), con ayuda de las “ambrosianas” Naciones Unidas y con un centro nacional de distribución, del cual se ha hecho responsable a David León, quien se va del área de protección civil en plena emergencia de los estados heridos por “Hanna”. Casi como la doctora Asa Cristina Laurell en medio de la pandemia.
Pero al principio del texto hice referencia a la Constitución y el masaje del perineo. Recordemos:
ART 25.- …La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los particulares y proveerá las condiciones para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo industrial sustentable que incluya vertientes sectoriales y regionales, en los términos que establece esta constitución.
ART 32.- …Los mexicanos serán preferidos a los extranjeros en igualdad de circunstancias, para toda clase de concesiones y para todos los empleos, cargos o comisiones de gobierno en que no sea indispensable la calidad de ciudadano”.
Todo lo anterior choca frontalmente con esta noticia:
“El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y particular, con 290 votos a favor, en 71 contra y 0 abstenciones, el dictamen con proyecto de decreto que modifica el artículo 1 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público.
“De esta forma, el gobierno federal podrá comprar insumos médicos a gobiernos extranjeros sin licitación.
“Al fundamentar el dictamen, el presidente de la Comisión de Trasparencia y Anticorrupción de la Cámara de Diputados, Óscar González Yáñez, señaló que la idea central de la reforma es dotar al Ejecutivo de los instrumentos necesarios para comprar medicamentos en el extranjero y “romper” con ello un monopolio de medicamentos dentro del país”.
Obviamente tomar en serio al diputado Oscar González es perder el tiempo. Se trata de un lacayo mendaz del partido más rupestre de cuantos hay en nuestro espectro político. Ni la idea fue propia, ni la operación fue suya, ni la redacción fue su obra. Ni siquiera ese mérito tiene. Todo se hizo desde el Palacio Nacional.
Pero el ucase ha sido acatado:
“…vamos con esta reforma que nos permite comprar las medicinas en el extranjero, vamos mañana a celebrar un convenio con la ONU para adquirir medicamentos, vacunas, equipos, en el mundo, donde se obtengan las mejores condiciones en cuanto a calidad y precio de los medicamentos y de los equipos médicos. Esto va a ayudar a que resolvamos el problema de la falta de abasto de medicamentos.
“Al mismo tiempo, mañana se va a hablar más sobre la creación de una distribuidora del Estado mexicano, una distribuidora de medicamentos y de equipos y de vacunas para llevar los medicamentos a todos los pueblos de México, así como se distribuyen las mercancías.
–¿Y el respaldo a la industria nacional y la soberanía medicamentosa, tan anhelada como la alimentaria del pueblo maicero, dónde quedó?
Pues no quedó. Se desintegró bajó la palma del manotazo presidencial. Más quiebras, más desempleo, más gente a la calle (pero con cubrebocas).
Lindo, muy lindo.