Destacados intelectuales han dado a conocer un desplegado en contra del Señor Presidente. No han logrado nada, excepto la sonrisa socarrona y el papirotazo indolente de quien quieren atacar y combatir.
“…Celebro –ha dicho–,que escritores y periodistas que han defendido desde siempre el modelo neoliberal o neoporfirista se agrupen, se definan y dejen de lado la simulación para buscar restaurar el antiguo régimen, caracterizado por la antidemocracia, la corrupción y la desigualdad…”.
Fue una linda manera de quitarse de la oreja una mosquita.
El desplegado en cuestión, respondido por el Presidente con una carta titulada: “Bendito coraje”, llama a formar un bloque ciudadano para –entre otras cosas–, recuperar la Cámara de Diputados.
“¿Qué acaso no se han enterado que está por llegar extraditado de España, Emilio Lozoya, ex director de Pemex, quien al parecer presentará pruebas y explicará cómo se lograba el «contrapeso» que pretenden «recobrar» los abajo firmantes…?
“No cabe duda que vivimos tiempos interesantes. Sea por interés o por puro coraje, los conservadores que fingían ser liberales por fin se están quitando la máscara…”
La respuesta presidencial no tiene ni siquiera necesidad de ser analizada. Es –diría cualquier aficionado a los toros–, un muletazo del “desdén”, como los practicaba Manolo Martínez. “Del desprecio”, le llaman los cronistas españoles.
Lo verdaderamente notable es la anemia política de los firmantes de tan enjundiosa exhibición de compromiso hacia la democracia.
Cuando se dice:
“Es imperativo corregir el rumbo y recuperar el pluralismo político y el equilibrio de poderes que caracterizan a la democracia constitucional… La única manera de lograrlo es mediante una amplia alianza ciudadanaque, junto con los partidos de oposición, construya un bloqueque, a través del voto popular, restablezca el verdadero rostro de la pluralidad ciudadana en las elecciones parlamentarias de 2021…
“…Es necesario que esta alianza obtenga la mayoría para asegurar que la Cámara de Diputados recobre su papel como contrapeso constitucional al Poder Ejecutivo y obligar al gobierno a respetar la pluralidad democrática”, no se esta diciendo nada.
Esas palabras están huecas, vacías de contenido político. Si el documento promovido desde el Palacio Nacional para exhibir un inexistente BOA, era falso, ahora casi con los mismos argumentos los graves pensadores lo ha adoptado.
La obsesión por recuperar la Cámara de Diputados y quitársela a Morena, es notable. Todos han dicho lo mismo, hasta Manlio Fabio Beltrones en su videoconferencia de hace una semana y media.
Pero en su propio enunciado está su limitación:
“…una amplia alianza ciudadanaque, junto con los partidos de oposición, construya un bloqueque, a través del voto popular, restablezca el verdadero rostro de la pluralidad”.
Pero las alianzas ciudadanas no se pueden generar sólo con invocarlas. Y hablar en estos días de «partidos de oposición“ es regresar a la temprana adolescencia y al “feo vicio solitario”, como decían los curas cuando hablaban de la masturbación.
–¿Cuáles partidos de oposición? ¿No vieron (v.g.) cómo fue sometido en pocos días el más adelantado de los políticos del Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco.
El diagnostico sobre la realidad nacional es cierto, pero no basta. Si hoy padecemos un poder desmesurado y arrasador como no se veía desde los mejores tiempos del PRI es tiempo de hacer algo más allá de decir se debe hacer algo.
La paradoja de un gobierno en ruinas para cuyo ejercicio no es necesaria una computadora, la obsesión por el pobrismo, la carísima “austeridad juarista” no practicada ni siquiera por Juárez, son un verdadero riesgo para el futuro nacional. Es verdad.
Pero estas cartas y desplegados de los mismos diciendo siempre lo mismo, no tiene un ápice de utilidad. Y si su mejor promotor es la Coparmex, pues entonces se ponen un sambenito fácilmente criticable desde el poder.
Los intelectuales y los académicos incurren siempre en los mismos errores: confunden los deseos con las posibilidades. Si en verdad se quiera formar un bloque ciudadano organizado, pues la tarea es hacerlo, no enunciarlo ni anunciarlo.
Mientras Morena tiene sus escuelas de adoctrinamiento y reparte dinero por el país, ellos creen en la potencia liberadora de firmar un desplegado. “Abajofirmar” no es suficiente: se debe hacer política, organizar gente, movilizar, agitar, como lo hizo durante treinta años el actual presidente.
Si no lo hacen así, se exponen a respuestas como esta:
“…Da pena ajena su argumento de que buscan construir una alianza con miras a las elecciones de 2021 para obtener la mayoría… el pueblo decidirá libremente sobre su destino.”
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