Si de algo nos sirviera la eterna pretensión imitativa de repetir sin calidad todo cuanto en Estados Unidos se hace, hoy deberíamos tomar en cuanta la forma como Barak Obama ha cancelado las concesiones para perforar el lecho marino en grandes profundidades para extraer hidrocarburos en beneficio no de una nación sino de una empresa; no del logro estratégico de preservar la energía segura sino el fomento de los egoísmos de la industria petrolera notable desde siempre por su putrefacción.
Frente al derrame petrolero cuya extensión convierte al Golfo de México en el sur de las costas de Louisiana en la zona más expuesta al desastre ecológico en la historia de la industria mundial -una especie de Chernobil petrolero-océanico–, hoy deberíamos los mexicanos encarar al menos en el recuerdo infausto a los promotores del “tesorito” mexicano, a esos quienes infructuosamente quisieron entregarle a esas mismas empresas todos los contratos de perforación profunda y secar los mantos o en el peor de los casos derramar sin provecho los veneros del fondo marino.
La señora Georgina Kessel, cuya defensa desde la secretaría de Energía fue férrea, tenaz y dispendiosa en la compra de asesores en los medios y plumas cargadas con petróleo crudo y veneno, debería hoy sentir vergüenza. Y con ella sus superiores y sus inferiores; los senadores panistas y los padres conscriptos quienes hallaron el límite del patriotismo en los anuncios de televisión con la cursilería aquella del tesoro en el fondo del mar. Pobres diablos.
¿Cómo leerán esto si sentirse descobijados?
“El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy la suspensión de la explotación petrolera en alta mar al prolongar la actual moratoria seis meses, y destacó que ante el desastre ecológico en el Golfo de México es “urgente” desarrollar fuentes de energía renovables y acelerar la competencia en ese terreno con países como China.
“El jefe de operaciones de la British Petroleum (BP), Doug Suttles, admitió esta tarde que hasta ahora fracasó el intento de cerrar la fuga de petróleo en el Golfo de México, y explicó que podrían pasar otras 24 horas o más para saber si la operación es exitosa…
“…En este contexto se produjo la caída de la primera “cabeza” en el gobierno de Obama a causa de la marea negra al renunciar la directora del Servicio de Manejo de Minerales, Elizabeth Birnbaum.
“El secretario del Interior, Ken Salazar, informó de la renuncia de la titular de la agencia encargada de regular las perforaciones petroleras, quien tenía que comparecer ante un subcomité del Congreso”, acusada de haberle dado con manga ancha toda clase de contratos leoninos a los británicos en perjuicio de la Nación.
Obama, quien acudirá mañana a la zona desastrosa reconoció en la peor catástrofe ecológica de su historia, y presentó cuatro medidas preventivas para evitar futuros accidentes.
“Primero, suspender la exploración planeada en dos lugares frente a las costas de Alaska.
“Segundo, cancelar la concesión pendiente en el Golfo de México y las planeadas en la costa de Virginia”.
“Tercero, mantener la actual moratoria y suspender el otorgamiento de permisos para nuevas perforaciones en aguas profundas por seis meses.
“Y cuarto, suspender las actividades en curso en 33 pozos exploratorios en aguas profundas en el Golfo de México”.
Hasta donde se sabe Manuel Bartlett no ha sido contratado como asesor de la Casa Blanca.
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Ya no hay remedio posible.
Nos hemos tirado de cabeza en el tobogán en cuyo extremo hay un estadio. Todo nos lleva y nos conduce a la pantalla de la televisión cuya potencia en la conformación de nuestro pensamiento es cada vez más fuerte e irremediable, porque sabe usted, ya estamos en el Mundial.
EL MUNDIAL, palabras mayúsculas ante las cuales no puede haber diferencias, todos llevamos “la verde” casi como un tatuaje temporal y güay de aquel cuya boca impura llegue a llamar “ratones” a nuestros “muchacheees” y pobre de quien no comprenda cómo resulta siempre feliz el maridaje entre Los Pinos y la Federación.
Quien mejor ha aprovechado esto, sin los riesgos de haber puesto al técnico nacional, por ejemplo, es el siempre vivaz Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del DF quien una vez más prueba sus habilidades para el circo cuando el pan no es su materia.
El ésta ahí para regalarle cosas fugaces y por lo general inútiles a los mexicanos; diversión sencilla y pura; paseos diurnos y nocturnos en bicicletas; albercas, playas artificiales y fiestas de quince años; “besotones” y muestras de fotografía en El Zócalo de todos los conciertos y ahora pantallas de enorme dimensión y mayor calidad para escuchar y ver a Paul Mc Cartney o todos los partidos del mundial como ya nos ha anunciado en previsora entrevista.
— Licenciado, algo muy importante, el anuncio de las pantallas para que la gente pueda disfrutar de la Copa del Mundo.
–Sí, hemos estado trabajando con la FIFA para que en el Zócalo podamos tener la transmisión de los juegos, obviamente de manera gratuita, entonces eso nos va ayudar a garantizar que todo el mundo pueda ver los juegos que quiera.
— ¿Serían los juegos de México o todos los partidos?
–No, tenemos todos los partidos.
–Señor Jefe de Gobierno, ¿va asistir a los juegos?
–Hay trabajo todos los días (no necesita encuestas con esta respuesta).
–¿Cuántas personas se espera que puedan estar presenciado el mundial en estas pantallas?, se está volviendo una tradición que instalen pantallas.
–Es la primera vez que tenemos un acuerdo con FIFA de esta naturaleza y sabemos que va a haber miles de personas, va a ser toda una fiesta en la ciudad y ahí vamos a estar para garantizar la seguridad de las personas, de las familias que vayan, en fin, estamos ya preparados”.
Y como cada mexicano es un técnico nacional y cada hombre tiene en el alma el secreto anhelo de llamarse Ángel Fernández, Ebrard se mete a los terrenos de la predicción especializada, del diagnóstico preciso en el “juego del hombre”:
–En esta primera ronda ¿cuál es el país más difícil, Sudáfrica, Uruguay o Francia?
–Todos son difíciles, imagínate Sudáfrica va a querer defender todo ahí; ellos son la sede, pero tenemos confianza plena en nuestros jugadores y que van a hacer un buen papel”.
Pero, ¿de dónde viene todo este entusiasmo? ¿De dónde procede el afán de comprar cualquier cantidad de objetos relacionados con el juego, la pelota y la oportunidad de ver la televisión como si no fuera ese el más extendido quehacer de nuestras vidas, con o sin pelotas en disputa?
Pues viene de las propias televisoras cuyos espacios de publicidad se retacan con los partidos, los preparativos, las eliminatorias y toda la escalera de un negocio planetario, multi-mil-millonario cuya ciclo de cuatro años se ve reforzado con las Eurocopas, las Libertadores, los trofeos del Rey, o los torneos de exhibición; las ligas locales, las ligas internacionales y en general todo el ajetreo de los futbolistas quienes son los modernos galeotes cuyos remos están en las piernas.
Y todo eso adobado con los aceites de una crítica especializada en no criticar sino en ofrecer explicaciones obsecuentes y de plena condescendencia para seguir en las nóminas de las pantallas de éste y cualquier país del mundo. Los dueños de las televisoras son también los propietarios de los equipos, al menos de los equipos más conocidos.
Y así rueda el balón… y tras sus vueltas interminables se colocan los políticos siempre dispuestos a cualquier engañifa cuya divulgación los iguale con ese pueblo ignorante y bobo; satisfecho con las glorias efímeras del “Conejo” Pérez o “Cuau” o “El bofo”; Rafa Márquez o Javier “El vasco” (reverencialmente extranjerizado, profundamente admirado) Aguirre.
En una entrevista de futura divulgación le preguntan al timonel del equipo nacional sobre la posibilidad del viaje del Presidente Felipe Calderón a Sudáfrica sometida desde hace varios días al resultado de una torcida encuesta preparada por Alejandra Sota desde la Casa Presidencial.
–¿Quieres que vaya Calderón al primer partido en Sudáfrica
–Yo creo que sí, creo que sí…
–¿Crees…?
–Javier Aguirre –dice en primera persona–, quiere que vaya, porque a fuerza de ser sincero el Señor ha tenido un trato… me ha dado un trato preferencial.
“Se ha preocupado por mí y por los míos y me gustaría compartir ese momento que me es muy importante, con un hombre que se ha preocupado por mí (la reiteración no es dislalia; es gratitud manifiesta).
“No se, y digo creo, porque me da la sensación que al grupo también como máxima figura de este país… Yo les he comentado a los “chavos” (eso de “chavos” ¿es por Cuau y “El conejo”?) de la importancia del abanderamiento; la importancia de Los Pinos.
“Ir a “los pinoles” no es fácil (excepto si te bajas en la estación Constituyentes del Metro). Yo siempre iba y te saludaban así y se iban y ahora nos citó con las familias (y de todos modos se fue).
“Me da la sensación que sí opera un efecto positivo en el ambiente de los que vamos a partirnos la madre.”
Por todo esto, en especial por la ausencia de voces críticas en el mundo deportivo resultan sorpresivas (quizás no sorprendentes) las palabras de uno de los más notables periodistas deportivos de la televisión: José Ramón Fernández de cuya capacidad y habilidad profesional muy pocos podrían dudar.
En una de sus participaciones habituales en el noticiario de José Cárdenas en Radio Fórmula, el 27 de mayo, “Joserrra” dijo algo absolutamente lejano al coro habitual de los sumisos entusiastas del juego.
–Como vivimos en un país de monopolios… las televisoras se sienten dueñas del país y eso lastima dramáticamente al país… que las televisoras (repite) son el drama de este país… son el desastre de este país… (los políticos) son nada junto al poder de la TV; secuestra a la selección, secuestra al futbol, hace lo que quiere; en otros países no pasa eso pues”.
Estas frases tienen una doble importancia.
La primera por la brevedad de un diagnóstico jamás estructurado en los miles de ensayos “sesudos” de los intelectuales mexicanos cuya finalidad es ver cómo le dan la vuelta a la crítica y la convierten en el halago al poder, sea cualquiera la sede de ese poder, sea cualquiera su ámbito de ejercicio; la opinión pública, el Congreso, la pantalla o el Ejecutivo.
La segunda por provenir de un hombre cuya vida gira en torno del deporte transmitido por la televisión, así sea en una cadena extranjera con operaciones en México. No faltará quien achaque ese arranque de sinceridad ante los pecados de la TV por vivir fuera de ella, lo cual sería impreciso. Fernández les ha demostrado a muchos la posibilidad de salirse de las cadenas locales y seguir como un referente indispensable en la crítica deportiva sin por eso desaparecer de la tele.
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Por lo general cuando alguien habla de los pecados de los medios después de salirse de ellos, recibe la censura fácil: lo hubiera dicho cuando estaba ahí. Es una reclamación muy barata.
Me recuerda siempre –con todas las proporciones guardadas–, la anécdota de Nikita Krushev en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética cuando en una carta secreta al Politburó (cuya finalidad era quitarle lo secreto) denunció acremente los excesos de José Stalin derivados del “culto a la personalidad”. Personalidad ante la cual él mismo no dudaba en su momento de inclinarse.
“…Stalin, un ser que rehusó absolutamente tolerar una dirección colegial del gobierno y del trabajo y que procedió con una violencia salvaje, no solamente contra quienes se le oponían, sino también contra todo lo que pareciese, a su carácter despótico y caprichoso, contrario a sus conceptos”, decía Nikita.
“Stalin actuaba no a través de explicaciones [una palabra ilegible], y de cooperación paciente con la gente, sino imponiendo sus concepciones y exigiendo una sumisión absoluta a su opinión. El que osara oponerse a algún concepto o intentara probar la corrección de su punto de vista y de su actitud, estaba condenado a que se le relegara del grupo dirigente colectivo y que se le sometiera posteriormente a la aniquilación física y moral.
“Esto es especialmente cierto en lo que se refiere al período posterior al XVII Congreso del Partido, cuando muchos dirigentes del Partido y simples trabajadores honrados y afanosos del Partido, todos dedicados a la causa del comunismo, cayeron víctimas del despotismo de Stalin…”
Por ahí iban las diatribas krushovianas cuando una voz anónima gritó:
–¿Y dónde estaba usted entonces, Camarada Krushev?
Nikita se detuvo momentáneamente y trató de saber quién había hablado desde la sombra anónima y oculta. Silencio.
–Yo estaba ahí, donde usted se esconde ahora, dijo señalando a la masa.
Cualquier desproporción es obvia. Cualquier diferencia también, pero las cosas se dicen y se hacen cuando se pueden decir, cuando se pueden hacer; nunca antes. Y no por eso valen menos.
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El dicho del presidente Calderón en Canadá en torno de la justicia en las acusaciones contra Greg Sánchez es altamente peligroso si se toman en cuenta los antecedentes del “michoacanazo”.
En el primer caso se atropelló a un gobierno del PRD (o a varios, para ser más preciso); en éste si las cosas se salen de control, se pasará por encima de un candidato del PRD.
Pero si a esta columna se le permite un augurio, Greg pasará mucho tiempo a la sombra con el beneplácito de quienes visten uniforme. Quizá reclute a muchos reos en favor de su iglesia.
¿Y las alianzas, apá?