En verdad el diagnóstico sobre los orígenes de la migración, controlada o descontrolada, es desde el punto de vista mexicano o al menos del gobierno de México, impecable. Exacto y preciso.
Si, es verdad, Las causas de la migración, del desarraigo, de la búsqueda territorial de la felicidad, son de carácter económico. La pobreza, la miseria como generadora de violencia, la falta de oportunidad, el mundo sin horizonte, la grisura de una vida sin posibilidades más allá de la mínima supervivencia.
Es cierto. Tanto como la nube de gases la frontera del sur para evitar el paso de los desesperados por instrucciones, exigencia, condición o chantaje de la potencia imperial ante cuyos designios los mexicanos actuamos obsecuentes.
Eso también es cierto. Como es verdad esta información publicada ayer en Guatemala:
“…La Corte de Constitucionalidad (CC) suspendió de forma provisional la Política Pública de Protección y Atención a la Persona Migrante 2019-2032, a solicitud de ex cancilleres y ex embajadores guatemaltecos. Los exfuncionarios presentaron una acción de inconstitucionalidad contra esa política, que fue aprobada en el acuerdo gubernativo 318-2019 y publicada el 24 de diciembre…
“Esa política, firmada por el entonces presidente Jimmy Morales y el gabinete, es una respuesta a la necesidad de “coordinar los esfuerzos interinstitucionales e intersectoriales para fortalecer la asistencia protección, atención y documentación de las personas migrantes guatemaltecas een los países de tránsito, destino y en su retorno a la República de Guatemala, con la finalidad de garantizarles la protección de sus derechos humanos, por ello, es preciso emitir la presente disposición legal correspondiente”.
Eso significa nada más el endurecimiento de la política migratoria en Guatemala, como ha ocurrido en México. Los aprietan por allá, los deportan por acá.
Pero en la necesidad de presentar un rostro bifronte, el gobierno nacional ha dicho: aplicar la ley sin violar derechos humanos.
Ese discurso resulta creíble para todos, menos para quienes hace un par de días fueron perseguidos por la ribera del Suchiate, con los mismos argumentos con los cuales se dio caza, durante años, a miles de mexicanos en las orillas del Bravo: cumplir con la ley.
Finalmente la diferencia entre los ilegales y los indocumentados es un trámite burocrático. Todo es una decisión de gobierno.
El año pasado, antes del apretón testicular del gobierno de Trump, la IV-T le iba a destinar el producto de la venta del ya célebre y chistoso avión presidencial, a una política migratoria de fomento al desarrollo centroamericano para frenar las causas de la emigración hondureña y guatemalteca.
Cuando Trump puso a su servicio a la Guardia Nacional (dicho por él mismo), las cosas cambiaron. Se cerró la frontera, se recibió el aplauso, se evitaron las sanciones arancelarias, se destrabó el, T-MEC y los miserables se quedaron de este lado.
Por eso vale la pena reflexionar sobre estas palabras del Señor Presidente y buscar, si lo hay, el oxímoron envuelto en ellas:
“Dos cosas, aunque va a aclarar todo esto el secretario de Relaciones Exteriores, yo sólo les digo dos cosas:
“Una, que se procura que se aplique la ley sin violar derechos humanos, eso lo hemos logrado incluso ayer.
“Nuestros adversarios, los conservadores quisieran que se reprimiera, tener la foto. Los que no decían nada antes y ahora están a la caza del gazapo, tener la foto de un guardia nacional golpeando a un niño migrante, pues no porque no somos iguales (la fotografía no es un soldado golpeando a un niño; es la de un GN derribando a un adulto como no la hará un full back de Green Bay)…
“…Entonces, derechos humanos, ofrecer refugio y, aunque parezca contradictorio, protección. Porque si no los cuidamos, si no sabemos quiénes son, si no tenemos un registro, pasan y llegan al norte, y los atrapan las bandas de delincuentes y los agreden, porque así era antes también, los desaparecían.
“Entonces cuando dicen:
–“¿Por qué la Guardia Nacional?’
–“Porque necesitamos que se respeten nuestras leyes, como lo hacen todos los países, sin violar derechos humanos y también con protección…”
Con ese espíritu se publican las noticias en Chiapas (Cuarto Poder):
“…Tras irrumpir de forma violenta hacia el territorio nacional, cruzar el río Suchiate y enfrentarse con autoridades federales mexicanas, cientos de migrantes de la primera caravana 2020 fueron contenidos y el Inami confirmó la detención de 402 para ser deportados de manera inmediata, mientras que 58 se internaron a la selva…”
Ellos violan la ley y son violentos; ellos.