Hace muchos años hubo un cronista taurino cuyo nombre de pluma era “Tapabocas”. 

Sin ánimo de profundizar sobre su calidad profesional, hoy ese caballero sería analista político mayor, porque a todos se nos ha convocado, periodistas y comentócratas; opinantes y curiosos, a tapiar la boca de nuestro Señor Presidente. 

Sin embargo, nunca podría ese reto caer en mi arena. 

Como dijo aquel personaje de una historia de duelos y espadachines de fronda… porque ese guante, yo no seré quien lo levante. No me atrevería a intentar la clausura de su boca, ni de sus Dos Bocas, si las tuviera.

Pero quizá alguien quiera recordar o recordarle a nuestro Señor Presidente, cómo por la boca muere el pez y como  no entran las moscas con los labios juntos. Boca cerrada. 

También otro podría recordar esa frase, alguna vez usada por él,  en una conferencia mañanera, de acuerdo con la cual, el hombre es amo de su silencio y esclavo de sus palabras o cómo hay una mitológica figura en Roma según la cual –dice la leyenda— quien meta la mano en los labios entreabiertos de la pétrea “Boca de la Verdad”, perderá los dedos si al hacerlo miente. 

Así pues, por mi parte, no le veo prosperidad a esa exclamación ejecutiva, pronunciada yo creo al calor de una conferencia de prensa matutina cuyos tonos lindaban con los de la incomodidad o calentaban el tropical temperamento a pesar del frío de la mañana, porque esto nos ha dicho el Señor Presidente:

“…Si hay una denuncia de corrupción, sobre todo en lo que corresponde al gobierno que represento, si hay un servidor público corrupto, no sólo se va a su casa, se va a la cárcel para que se entienda bien.

“Y vuelvo… Miren, ahora sí traigo pañuelo blanco -no les gusta a mis adversarios- pañuelito blanco, no hay corrupción arriba. Me atrevo a decirlo, a sostenerlo y quiero que me tapen la boca,  a ver… Entonces, no somos iguales…

“¿Qué hacían antes los conservadores?, ¿cómo mediatizaban para que no se diera el cambio?, ¿ustedes creen que se me va a olvidar? 

“Yo no odio, pero no olvido…

“…¿Qué hacía la llamada sociedad civil?, ¿los medios de comunicación? No todos, los que estaban al servicio de los que se sentían dueños de México. Generalizaban. 

“…Era muy común escuchar cuando ya la gente estaba despertando y ya se estaba dando cuenta de cómo era manipulada, era muy común escuchar: 

‘Todos son iguales, son lo mismo’.

“Entonces, ahora que caen en desgracia, me estoy refiriendo a los que se sentían los dueños de México, a los potentados, a sus políticos, porque le echaban la culpa a los políticos y ellos estaban detrás, eran los que realmente mandaban, los políticos títeres, peleles, lo mismo algunos voceros de medios de comunicación, alcahuetes. Entonces, ya no es así, ya no es lo mismo.

“Entonces, ahora que están pasando por un mal momento, cualquier cosa: ‘Bartlett es igual, es lo mismo’. No, pruébenlo.

“Por lo que corresponde a nosotros, el señor es el director de la Comisión Federal de Electricidad. A ver, ahí ¿cuáles son las transas?, ¿los contratos entregados, como se hacía antes, por influencia?

“Ahora, lo que hizo antes. Bueno, eso se juzga y cada quien tiene que responder. Pero entiendo que la denuncia que se presentó fue por su desempeño en esta administración y eso es lo que se resolvió”.

Pues si, eso se resolvió. Resuelto está, zanjado y culminado. A otra cosa mariposa, colorín colorado. Tan, tan. 

La señora secretaria de la Función Pública nos lo dijo claramente, pero vaya si hay estólidos y sordos;  no quieren escuchar, no quieren oír. 

¿No fue muy clara doña Irma Eréndira” .

Claro, muy clara, Tan clara como esto:

“…De las constancias recabadas por esta autoridad, no se desprende que el señor Manuel Barlett Díaz haya tenido algún conflicto de interés y en consecuencia que haya actuado en su desempeño como servidor público bajo un conflicto de interés, ya que en la temporalidad de los hechos denunciados y hasta la fecha, él no tiene ninguna injerencia en la administración o control de las empresas por las que fue cuestionado en las denuncias que se presentaron. 

“Es importante precisar que quedó plenamente acreditado que dichas empresas pertenecen a sus hijos y a la persona con quien el investigado tiene un vínculo sentimental, sin embargo, en su ámbito de actuación como Director General de la Comisión Federal de Electricidad, el señor Bartlett no ha intervenido en ningún modo, en la atención, tramitación o resolución de asuntos relacionados con dichas empresas, como pudiera ser la celebración de algún contrato, incluso no existen dichos contratos”.

¿Por qué no les basta la docta palabra de la doctora Sandoval? ¿Cómo podrían estar mal los contratos si ni contratos hay? ¡Carajo!, diría «El Tuca».

Además de la limpieza jurídica del imputado; la doctora Sandoval ha dejado en limpio honra y reputación de Don Manuel Bartlett quien a lo largo de su vida se ha comportado con honestidad y dedicación al servicio público en la honrosa medianía, pero ¡ay!; como tiñe la envidia, cómo abusan los malquerientes, los emisarios del pasado; esos cuya pugnacidad izquierdosa de antaño le inventó al susodicho hasta un fraude electoral; cuántas ganas –perdón señoras y señores–, cuantas ganas de joder no más porque sí…

Ahora lo confirmamos todos, Don Manuel está limpio como una patena, pero desde hace mucho tiempo, muchos ayeres. 

Y si eso no fuera suficiente pues deberían leer esto con respetuosa atención, a ver si se les graba:

“…Legalmente es un tema cerrado como hemos dicho y desde luego siempre estamos sujetos al escrutinio público y en este caso el escrutinio de los legisladores…” 

¡Ay!; no, perdón, eso no lo dijo la doctora Sandoval, esas palabras fueron expresadas por (#lordtapadera) Virgilio Andrade cuando la Sefupu investigó la Casa Blanca de la esposa de Peña. Perdón , se mezclaron los archivos. 

Ahora sí, la doctora sí dijo esto:

“…es un hecho público y notorio que (JA) sostiene una relación sentimental con el señor Manuel Bartlett Díaz, sin embargo, no tiene el carácter de cónyuge o concubina pues no existe entre ambos un vínculo matrimonial conforme a la legislación civil, ni se cumplen los extremos jurídicos para considerar que están unidos en concubinato, como lo son el que hayan cohabitado por lo menos dos años de forma constante o permanente, o bien, que tengan un hijo en común. 

“De los datos de prueba recabados se constató que tanto la señora Abdala como el señor Bartlett, tienen domicilios diferentes y no existe ningún medio probatorio sobre el hecho de que hayan procreado un hijo en común…”

¿Entonces? 

Pues ya dejen de fastidiar con eso de la legalidad, la moralidad y la legitimidad, no hagan juegos de palabras; fuera esas alusiones a la perdurabilidad de una relación de pareja como si fuera un vínculo matrimonial o de otro vínculo vinculante y vinculado, ya párenle con sus insidias, no sean insidiosos, porque si usted no lo sabe, el Señor Presidente sí y nos lo ha dicho y yo repito sus palabras:

“Yo lo apoyo (…) ha tenido una postura de defensa de los intereses del pueblo y de la nación…”

Y aludió, el SP, a la sagacidad de MB quien detectó las leoninas condiciones de los contratos energéticos, y presuroso actuó en consecuencia para evitarle al país una sangría, de 4 mil 500 millones de dólares. 

“…De ahí́ viene que no vean con buenos ojos al licenciado Bartlett, pero yo lo apoyo, porque en este asunto y en otros, ha tenido una postura de defensa de los intereses del pueblo y de la nación…”

Entonces, ustedes cierren sus boquitas. Ya no molesten a Manuel Bartlett quien  se ha ganado a pulso los calificativos de patriota y defensor de los intereses del pueblo.

A ver, échense ese trompo a la uña y vamos a ver quien le mata el gallo…o el ganso.

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Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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