Este es el discurso de toma de posesión de un presidente del PRI. ¿Hace cuántos años, hace cuántos días? No importa. Todo es un ciclo, todo es una rueda, todo tiempo se persigue a si mismo y la serpiente se muerde la cola.
“…La militancia del partido, sus simpatizantes, la sociedad mexicana que se identifica con nuestro proyecto político, nos ha demandado cambios. Estos suponen la definición de nuestra estrategia que nos permite modificar aquello que es obstáculo a nuestro desarrollo y a nuestro propósito de modernización.
“Tenemos en consecuencia, tareas inmediatas.
Primero. Realicemos un recuento de nuestros militantes y hagamos una profunda campaña de afiliación. No incurramos en cifras complacientes y partamos de nuestra militancia real para todas las acciones. Sepamos con certeza quiénes somos, cuántos somos y dónde estamos.
“En seis meses hemos de tener el padrón priísta. Necesitamos actuar cada vez más para que la membresía se vuelva militancia. No queremos priístas en la comodidad de la inercia, sino en el esfuerzo del cambio.
“Segundo. Impulsemos el paso de nuestros militantes más capaces hacia la administración pública…
“Tercero. Reagrupemos nuestras fuerzas: Quienes han dirigido a nuestro partido en los municipios y en los estados; quienes lo han representado en cargos de elección popular, local o federal; quienes han servido en la administración, todos, tienen hoy una tarea concreta de partido que cumplir.
“De manera especial involucremos más a los trabajadores al servicio del Estado, en las tareas, responsabilidades y decisiones del partido.
“Cuarto. Fortalezcamos a los sectores, simultáneamente con la estructura territorial.
“Movilicemos todo el partido, todo el tiempo y en todos lugares. No vamos a enfrentar a seccionales con los sectores, ni mucho menos.
“Vamos a enfrentar a unos y otros, unidos, contra la apatía, la simulación, el inmovilismo, la antidemocracia y la oposición.
“Quinto. Hagamos valer nuestra ideología. Hacerlo es sustituir los adjetivos por los argumentos, es hacerse entender por todos y entender lo que sucede en todas partes.
“Necesitamos que los priístas conozcan mejor nuestros principios y programas; no permitamos que por desinformación, otros nos arrebaten lo que nos pertenece. Avancemos en el fortalecimiento de nuestra teoría y de nuestra práctica. Los nuevos tiempos exigen en el sentido y la concepción revolucionaria.
“Preparémonos así, para el debate en todos los terrenos y circunstancias. Más que exhibir la irracionalidad ajena, requerimos reducir las limitaciones propias. Es urgente renovar el discurso político para llegar a toda la población. Que se diga lo que se piensa pero sobre todo, que se piense lo que se dice.
“Sexto. Mantengamos movilizado al partido, en su estructura territorial, mediante un programa permanente de comunicación política entre dirigentes y militantes; entre los propios militantes y entre estos, y los dirigentes. Que nuestras bases sepan con claridad qué pasa y qué es lo que tenemos que hacer, juntos en todo momento.
“Séptimo. Restablezcamos la disciplina interna del partido. La disciplina es confianza y creencia, es pasión y entrega, es integridad y orgullo de pertenecer a esta organización de hombres y mujeres que actúan de buena fe. Pongamos con la disciplina el dique a la militancia efímera y al chantaje permanente.
“Octavo. Abandonemos de una vez por todas la utilización puramente electoral, de nuestros comités secciónales y municipales. hagamos de ellos centros vivos del quehacer político del municipio.
“Que cada nombre represente hombres. Que los cincuenta mil seccionales en la lista, sean cincuenta mil seccionales en la acción. Que los 2 mil 378 municipales, además de sus tareas electorales, se conviertan en espacios políticos de nuestro quehacer partidario.
“Noveno. Respetemos y revaloremos los años y la carrera de partido de nuestros militantes.
“Valoremos las experiencias y las posibilidades de renovación. Militancia, arraigo, capacidad y lealtad, serán los principios para alcanzar una candidatura en el partido.
“Décimo. En esta hora, la unidad activa es la consigna. Con la fortaleza de sus comités estatales y la de sus sectores, con su proyecto político, apresta a avanzar hacia la modernización y transformación. El partido se movilizará en cada ejido, cada taller, cada barrio, cada mercado, cada sindicato, en todos los hogares y en la sociedad entera para mantener nuestras libertades, luchar por la justicia y ampliar nuestra democracia.
“…no voy a desperdiciar esta oportunidad excepcional de servir al partido, al que consciente y voluntariamente decidí afiliarme desde los tiempos de la emoción juvenil…”
¡Ah!, eso lo dijo Luis Donaldo Colosio. Poco después el PRI perdió su primer gobierno estatal, en Baja California.
Y de ahí…