Una de las más bobas definiciones en la crítica literaria iberoamericana es la patraña esa del “realismo fantástico”, como si en el lenguaje de las letras hubiera realidad alguna.

La literatura, de por sí y para sí, inevitablemente, es una fantasía.

Así pues hablar del Patriarca, de García Márquez, con el cadáver de Bendición Alvarado, su madre, en el enorme peregrinar de su momificado cadáver como “realismo fantástico”, es una idiotez.

Realismo si fue, por ejemplo, el paseo mortuorio del cadáver de Eva Perón, de salto en salto por escondites, sepulturas y demás, como nos cuenta Tomás Eloy Martínez, por ejemplo.

Pero lo sucedido hace unos días en Guadalajara sí es un realismo fantástico, porque es cierto, porque nadie lo inventó y se puede escribir, como veremos a continuación, con el preciso rigor de la nota periodística.

El periodismo tiene a veces invenciones verisímiles. La literatura hace posible lo imaginario. O como dijo el tío Oscar, la naturaleza imita al arte.

Leamos esta pieza genial elaborada a partir de la verdad y la certidumbre en la tierra de Pedro Páramo. En la novela los muertos hablan y se aman en rijosas sesiones de carnalidad sin carne. En la realidad los muertos pasean por Guadalajara, cómodamente dormidos en el helado sueño de un camión frigorífico, enlatados como sardinas del más allá.

“(Reuters).- Sobrepasadas en su capacidad para almacenar los cuerpos que dejan los asesinatos de los cárteles de las drogas, autoridades en el occidente de México han recurrido al almacenamiento de docenas de cadáveres en un camión contenedor refrigerado que en los últimos días ha enfurecido a los vecinos en varias ciudades.

“La caja frigorífica del tráiler, con unos 150 cadáveres, que aún permanecen sin identificar, deambuló por varios municipios de la zona metropolitana de Guadalajara —capital del estado de Jalisco— debido a las quejas de los vecinos por el fuerte hedor que despedía el vehículo, antes de ser llevado a una bodega.

“Nos afecta por los niños, huele muy feo, al rato va a oler más”, dijo Patricia Jiménez, una residente del municipio de Tlajomulco, uno de los sitios donde el camión estuvo estacionado.

“Autoridades de Jalisco han dicho que trabajan en la construcción de un nuevo edifico forense que en una primera etapa podrá albergar 700 cadáveres, pero que estaría listo dentro de un mes y medio.

“El secretario General de Gobierno del estado, Roberto López, criticó el incidente en su cuenta de Twitter por demostrar falta de respeto hacia los residentes locales, y prometió iniciar una investigación. El gobierno “no tolerará muestras de indiferencia ni de indolencia”, escribió el funcionario.

“Jalisco es sede de una de las bandas de narcotraficantes más poderosas de México, el Cártel Jalisco Nueva Generación, que desde hace años ha desatado una sangrienta batalla con sus rivales por el control del territorio.

“La identidad de los cadáveres no estaba clara, al igual que la forma en que se produjeron las muertes, aunque medios mexicanos reportaron que López declaró que eran víctimas no identificadas del crimen organizado”.

Y aquí una sola cosa queda clara: la incapacidad de las fuerzas del orden para frenar la violencia homicida en México, ha sobrepoblado de difuntos hasta los salones de depósito de cadáveres y ante la explosión “muertográfica”, no hay remedios ni paliativos, porque los muertos y los arrimados tienen la inexorable costumbre de apestar a los tres días.

Hasta ahora nadie sabe cómo se aplicará el perdón de los pecados anunciado por el futuro gobierno en la disposición final de los cadáveres, o se podría crear una nueva industria turística a partir de los viajes en los “muertobús”.

Ya el gobernador del estado, Aristóteles Sandoval ha cesado al responsable de la actividad de la morgue y si bien todo se ha convertido en un jaloneo feroz entre las burocracias, la realidad supera a la imaginación.

En el sur del país con frecuencia se encuentran camiones con cajas de tráiler repletas de chinos, caribeños, centroamericanos o inmigrantes de cualquier otra nacionalidad, pero nunca habíamos visto este paseo colectivo de personas finadas, las cuales lejos de hallar paz y descanso en los sepulcros, salen a recorrer municipios jaliscienses sin tener ni siquiera reposo para sus despojos.

Los antepasados decoraban su plaza con el sompantle de cráneos perforados como fúnebres marimbas, pero hoy la burocracia, la inseguridad o el afán surrealista de salir del brazo con la muerte, nos pone frente a estos macabros momentos cuya severidad, no obstante, a veces, nos mueve a risa.

O nos pela los dientes.

SISMO

Diecinueve de septiembre. Aniversario sísmico doble. A ver si no, en lugar de certificar con sensatez la calidad de las construcciones, las autoridades siguen con sus inútiles y lamentables simulacros, alertas sísmicas y demás zarandajas.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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