Para cuando usted lea estas líneas, si tiene a bien hacerle un servicio de atención a este redactor, ya habrá comenzado la reunión continental pomposamente llamada Cumbre de las Américas, una cumbre un tanto disminuida pues la potencia imperial, los Estados Unidos, estará apenas representada por su vicepresidente, el inútil señor Pence, tan decorativo como suelen serlo todos los vicepresidentes de ese país.
Obviamente estará presente una treintena de mandatarios, de países tan importantes como Trinidad y Tobago o Barbudas o Ecuador, pero la reunión, vistos los desencuentros recientes, con México y algunos otros, como El Salvador y Honduras, exportadores de migrantes cuya presencia irrita al rubio señor Trump, se ha quedado sin el plato principal: la posibilidad de poner en claro, así sea en las vastas praderas de la oratoria, un nuevo sentimiento latinoamericano en la relación con ese país, al cual los creadores del lugar común bautizaron como “El coloso del norte”.
Pues al Coloso lo tiene sin cuidado la reunión de Lima. Le importa poco la reacción de los salvadoreños, los mexicanos y demás, y sigue por su camino de separar las américas con un muro, como los rusos hicieron con Alemania al fin de la segunda guerra.
Una cumbre sin Estados Unidos es como un helado caliente; una Coca Cola sin gas, un auto sin gasolina o un matrimonio sin hijos. Falta lo esencial.
El diario limeño “El Comercio”, ha publicado estas líneas:
“En opinión del analista de temas internacionales Óscar Vidarte, la cancelación de Donald Trump no es una sorpresa ya que habría tres elementos de peso que daban indicios a que la cumbre no era un tema prioritario para el mandatario estadounidense.
Estos son: la falta de una agenda de mutuo interés entre EU. y Latinoamérica, los riesgos que habría corrido la imagen de Trump en una región con la que ha sido hostil durante todo su mandato y la salida de Rex Tillerson como secretario de Estado. Según Vidarte, este último era uno de los principales promotores de que el presidente Trump participara en la Cumbre de las Américas.
«No me sorprende mucho porque, en verdad, el Gobierno de EE.UU. no tenía una agenda clara con la región. Durante el mandato de Trump, el tema que ha dominado su relación con América Latina ha sido una búsqueda de medidas que favorezcan más a su país. No hay una búsqueda de intereses comunes», señaló Vidarte.
“El internacionalista Ernesto Velit –por su parte–, consideró que la ausencia de Trump es importante ante la gran expectativa que se habría generado, no solo por la primera visita del mandatario a Latinoamérica, sino por la posibilidad de que se cruce con algún representante del gobierno de Nicolás Maduro de Venezuela o de Raúl Castro de Cuba”. Y obviamente, Peña Nieto, de México.
En el programa oficial, escrito en el tono neutro de las reuniones multilaterales, se asegura lo siguiente:
“La VIII Cumbre de las Américas, que se realizará el 13 y 14 de abril de 2018, en Lima, reunirá a los Jefes de Estado y de Gobierno del continente para tomar acciones concretas en torno al tema: “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”.
“El Perú considera que las consecuencias de la corrupción en la gobernabilidad y el desarrollo sostenible, están en la raíz de los problemas que afectan de manera directa a las poblaciones del hemisferio. La corrupción es una amenaza transnacional que agudiza las profundas inequidades sociales.
“En los meses previos a la Cumbre, nuestro país viene liderando un amplio proceso de consultas con los Estados de la región, sociedad civil, sector privado, jóvenes y otros actores sociales, con la finalidad de identificar las reformas necesarias para fortalecer la lucha contra la corrupción en las Américas. La metodología propuesta por el Perú centra el diálogo en tres ejes temáticos:
“1) “Gobernabilidad Democrática y Corrupción”;
“2) “Corrupción y Desarrollo Sostenible”; y
“3) “Aspectos de Cooperación, Institucionalidad Internacional y Alianzas Público Privadas”.
“El Perú espera que la Cumbre adopte recomendaciones o cursos de acción concretos que apoyen los esfuerzos nacionales en esta materia, además de brindar resultados con alto impacto en el desarrollo de los ciudadanos de las Américas”.
Como se ve el asunto no puede ser más guango: habar de corrupción como quien habla del cambio climático es un tanto superficial. Y el Perú puede presumir de cómo en su país quienes la han hecho la han pagado, pues tienen bajo arresto a Toledo a Ollanta y han hecho dejar el cargo a Kuscinsky. Y si Fujimori ha corrido la suerte ya sabida después de tantos años de cárcel, es debido a sus condiciones de salud, o mejor dicho a la falta de ellas.
Pero en cuanto a los platos fuertes con los cuales se anunciaba esta triste fiesta, pues ya han desaparecido.
Trump no se presenta y Nicolás Maduro, quien le habría dado un poco de sazón al ceviche, pues tampoco. Después de tanta bravata, decidió quedarse en Miraflores (Caracas) y no ir a Miraflores (Lima).
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