Pues sí, los arúspices del “destape” acertaron, pero se equivocaron porque la nueva ortodoxia, el ajuste de las tradiciones a los tiempos corrientes, los nuevos modos, las formas de cuya cuidadosa observancia dependen tantas cosas, como por ejemplo transmutar un acto administrativo de renuncia al cargo en un acto, político de proyección transexenal, nos dijeron sobre el neo tapadismo ya la nueva metodología de las ambiciones.
Por ahora José Antonio Meade Kuribreña, cuya sonrisa la mañana de ayer era tan grande como el Salón López Meteos de Los Pinos donde Enrique Peña Nieto, su ex jefe, ex patrón y amigo, le toma la renuncia entre abrazos y sonrisas, para convertirlo en el desempleado más efímero e importante de la República Mexicana.
Y no, Peña no destapó al secretario de Hacienda y ex secretario de Relaciones Exteriores como en un lapsus retrospectivo lo alabó al aceptar la dimisión al cargo actual uno de los muchos en su currículo, casi tantos como —la asociación es de Videgaray –, Plutarco Elías Calles cuyo partido lo cobijará ahora con indeclinable solidaridad, pues así es el gen de los tricolores; estructura invariable a la cual algunos llamarán “cargada”, “bufalada” u oportunismo, sin más.
La mañana; fresca, pero de un día “hermoso”, dijo Peña Nieto, (hermoso para algunos; hermosísimo para otros), se da en la residencia de Los Pinos. Los buscadores de frases ocultas encuentran una cuyo peso vale tanto como el oro puro, a pesar de no decir realmente nada y por eso decirlo todo, como el acto mismo de la renuncia. El tapado es visibles, pero sigue “tapado”, si por este adjetivo entendemos elegido, ungido, candidato único, formal y vencedor, al menos en la contienda interna.
Le dice el Presidente quien no oculta su satisfacción de saberse diestro manipulador de los hilos de todo este tinglado de títeres con cabeza: LE DESEO EL MAYOR DE LOS ÉXITOS EN EL PROYECTO QUE HA DECIDIDO EMPRENDER.
“EL proyecto que ha decidido emprender”. ÉL solo, solito, como no volverá a estar al menos en los días por venir cuando todo se coinvierta, como la mañana de ayer en el tumulto de los brazos sin fatiga y la espalda dolorida de palmadas y las sienes fatigadas de laureles anticipados.
–Hermano, yo lo sabía, siempre estuve contigo…
La noticia les causó cansancio a las redes y solo fue opacada por la otra; la del Partido Revolucionario Institucional de la cual se comentarán después las cosas. Las centrales, la CTM; el campesinado sin campesinos las organizaciones populares, los analistas de la Fundación Colosio.
La máquina de herrumbradas bielas y chimeneas taponadas, crujió como en los mejores tiempos y con su estrépito de historia y sus rieles al futuro, comenzó a caminar, lentamente, lentamente…
“El secretario de Hacienda de México, José Antonio Meade, presentó su renuncia al gabinete, informó este lunes el presidente Enrique Peña Nieto en un mensaje a medios, aunque el mandatario no ofreció detalles sobre los nuevos proyectos que perseguirá el hasta ahora encargado de las finanzas públicas.
«Le deseo el mayor de los éxitos en el proyecto que ha decidido emprender», dijo Peña Nieto en un acto celebrado en Los Pinos, en medio de fuertes especulaciones en la prensa mexicana acerca de las intenciones de Meade por convertirse en el candidato del PRI a las elecciones presidenciales del 2018”.
Ahora viene el tiempo de las precampañas, de la distribución de los anuncios de medios electrónicos, la batalla por la pantalla, las limaduras en el interior del partido en el cual se espera de todos la misma reacción de Miguel {Ángel Osorio Chong; disciplina, unidad y (en algunos casos); resignación y vista al frente.
El gran espectáculo de la política nos captura a todos. Hoy ya aparece en el horizonte un nuevo sol sobre cuyas virtudes nos enteraremos con exceso en los días por venir.
Y alá, en una esquina, sonriente y melancólico, Luis Videgaray revisa su colección de periódicos… y lee la noticia dedicada a los despistados, bien despistados…