Rinde protesta Josefina Vásquez Mota, candidata al fin para el gobierno del Estado de México,  rejega y todo, exonerada por la Auditoría Superior de la Federación por los donativos del gobierno federal a su muy millonario empeño de poder juntos en  favor de los migrantes y ahora limpia como una patena, promete echar del Edomex al gobierno del octogenario Revolucionario Institucional a  quien Ricardo Anaya le canta “Las Golondrinas” y le sopla las velas de su último pastel, con la anticipación del optimismo natural de todo líder político, cuya carrera a la candidatura “grande”, en buena parte, depende del resultado de esta elección.

Hoy todo es Josefina y hasta el ex presidente Felipe Calderón interrumpe su campaña conyugal y le dice a su mujer, “ándale Márgara, no se nos haga tarde”, y si bien no amanece más temprano sólo por madrugar, sí se levanta de mañanita y se va a darle el apoyo a esta candidata, en franco olvido o cínico disimulo, de cómo se lo negó cuando en juego estaba la pactada transición de la presidencia.

Pero eso fue ayer y el agua ya corrió bajo el puente.

Hoy es tiempo de tragar sapos y presentar olvidos, disimulos y perdones,  así sean como todo en la política, de los dientes para afuera, y ahí los tenemos, muy saludadores y Josefina con su aspecto de jamás haber comprado un matamoscas y Felipe con su cargamento de furor político, en favor no de su esposa, como dice, sino de su propia causa, para la cual –como en el caso de Anaya–, es conveniente el triunfo en la tierra de sor Juana, si ya estamos hablando de mexicanas ilustres.

Hoy Josefina repite con voz de fervorín piadoso las recetas de siempre.

Luchar por la alternancia; contra el despilfarro, por la honestidad, adversa al nepotismo de nietos, hijos y sobrinos.

Hoy no dice “Juntos Podemos”, pero a todos los convoca al voto, porque no llegaría al gobierno –dice– a improvisar sino a poner el orden, circunstancia congruente con la idea de su partido cuyo lema es la patria ordenada y generosa, y cómo lograrlo si no se impone la armonía, la ley, la disciplina, el ejemplo, ¿verdad?, así el PAN en sus otras experiencias de gobierno haya sido un fracaso sostenido en los fusiles militares y la generosidad de los servicios forenses, pues nadie olvida la desordenada mortandad recurrente desde aquellas ocurrencias calderonianas de soldados callejeros, cuyas consecuencias ya nadie pudo revertir, pero esos son otros López, como antes se decía.

Sin embargo si Josefina nos dice muy severa en torno del orden al cual habrá de someter al Estado, también  es notable el resto de sus ofertas. Leamos la prensa (El sol de Toluca):

“Arropada por la clase política nacional y estatal, incluidos el líder nacional, Ricardo Anaya, el ex presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, se declaró lista para ganar la entidad, dijo que inicia la cuenta regresiva para el PRI. criticó a la clase política priista, pero también al populismo, aunque advirtió que la tarea no será fácil.

Después de señalar que están a menos de 90 días de terminar con la corrupción y para lograr el cambio que exigen a gritos ocho de cada 10 mexiquenses, advirtió que los panistas no aceptarán que les sigan trayendo como candidatos a sus nietos, a sus hijos y hoy, menos a sus primos.

“No lo aceptamos”, apuntó, en referencia a Alfredo del Mazo, abanderado del PRI.

“Vázquez afirmó que están a menos de 90 días de lograr el primer gobierno de alternancia pacífica y responsable que abrirá las puertas de palacio de gobierno en Toluca.

“Hoy, dijo, comienza la cuenta regresiva PRI: “vengo con una total determinación para rescatar junto con todos ustedes a este querido Estado de México, con el respaldo de liderazgos comprometidos, del mejor partido: Acción Nacional”.

Y pues si, les sobra razón a los panistas en eso de combatir el nepotismo, fea conducta política cuyo nombre proviene como todos sabemos, de la palabra “ nepote” (sobrino en italiano) y se extiende, por tradición, de las conductas papales (dese Avignon en tiempos lejanos) para otorgar capelos cardenalicios a los sobrinos, pues ya se sabe, los laicos tenemos hijos, los ministros del sacerdocio o la iglesia, tienen sobrinitos. Algunos intercambiables.

Así pues es feo e indebido eso de poner a la parentela en los cargos ya sean partidarios o de gobierno, es como si un señor se quisiera prolongar en la presidencia de la República a través de la candidatura de su esposa, por ejemplo.

Eso sería condenable en quienes abominan del nepotismo. En fin, cada quien cuenta la historia como le conviene y calla cuanto le acomoda.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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