Si alguien se tomara la molestia de revisar esta columna en los últimos años advertiría mi condición de crítica permanente a los excesos faraónicos del atildado y narcisista gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. No soy su seguidor, ni su amigo, ni tengo ninguna relación con él.
Tampoco quiero tenerla.
Sin embargo su caso, más allá de la descarada promoción promovida desde la revista «Líderes” y divulgada en anuncios espectaculares en muchas ciudad de la República y en otros medios, , resulta en las limitantes condiciones decretadas por el INE, un verdadero atropello a su libertad y a sus derechos.
Como se sabe el Instituto Nacional Electoral, cuya pésima estructura lo convierte al mismo tiempo en pagaduría, oficina de trámites y logística electoral; ministerio de la Censura; registro, monitoreo de anuncios y propaganda, inquisición y arena política, todo reunido en una mengambrea disfuncional en muchos casos, le ha dicho al gobernador de Puebla cuáles temas puede abordar y cuáles no.
El INE ha dictaminado la ley del silencio para las entrevistas periodísticas en cuya conversación Moreno Valle no puede hablar ni de sus actos, ni de sus obras ni mucho menos sus capacidades. Se equivoque o nao. Es lo de menos. ¿Entonces va a hablar sólo del clima? Veamos:
“(Apro) Por unanimidad, la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) ordenó al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, que se abstenga de destacar en entrevistas sus logros y cualidades personales, en virtud de que eso podría afectar la equidad en la contienda presidencial.
Moreno Valle deberá “abstenerse de realizar, durante las entrevistas que conceda en medios de comunicación, expresiones que destaquen sus cualidades personales y logros de gobierno que pudieran posicionarlo con fines electorales y afectar la equidad en la contienda electoral”, destacó en un comunicado.
“Luego de una entrevista que dio a Joaquín López Dóriga en su programa “Si me dicen no vengo”, de Televisa, donde el poblano reiteró que buscará la candidatura presidencial del PAN rumbo al 2018, la Comisión de Quejas y Denuncias aplicó medidas cautelares a lo que se difunda en internet (?)”.
Las actitudes del INE se basan en supuestos inadmisibles aun cuando estén arropados por una imaginaria ambición de justicia y equidad. Limitar los temas y aun las palabras de alguien en su relación con los medios es un atropello por donde se quiera ver. Una cosa son los actos de campaña, anticipados o no ( y eso está por demostrarse) , y otra el freno a la libre expresión de las ideas. ¿Cuáles ideas sí y cuáles no?
Quizá el instituto respalde sus decisiones en el cumplimiento de la ley, pero eso no les quita lo absurdo de esas disposiciones. En este caso extraña cómo los políticamente correctos, quienes defienden la libertad sólo cuando les conviene, no haya promovido acciones defensivas de aplicación general.
Quizá las comisiones de Derechos Humanos tuvieran un punto de vista en esta limitación. Podrían invocar la anticonstitucionalidad de todo el sistema de restricciones publicitarias y ahora de opinión e información; de acceso a los medios y todo lo demás, con base en un caso vivo y vigente. Esa ley contraviene, de entrada, el primer artículo de la Constitución.
Seguramente no lo harán pues eso se podría interpretar como una adhesión política al personaje, y ya lo sabemos, nos dan miedo las interpretaciones.
Al recibir la notificación del cercenamiento de sus derechos, Moreno Valle hizo declaraciones interesantes. Esto dijo:
“…la autoridad electoral considera tener facultades para ignorar tratados internacionales de la más alta jerarquía que garantizan las libertades políticas y de expresión a todos los mexicanos…
“La declaración sobre mi aspiración presidencial apagada a derecho y respetuosa a mi investidura como gobernador de Puebla fue dada en el marco de la libertad de expresión que tienen los medios de comunicación para entrevistar a cualquier ciudadano en temas de interés nacional… el INE parece haber incrementado sus señalamientos… llegando al extremo de impedir que hable de mi gestión como gobernador de Puebla, violando mis derechos fundamentales, así como la libertad de los periodistas para ejercer su profesión y el derecho de los ciudadanos para la rendición (obtención, mejor) de cuentas”.
Cuando se prohibió la compra de espacios para la propaganda política y se le entregó esa posibilidad sólo a la autoridad electoral, se agravió a todo mundo. A los medios electrónicos por cercenar su libertad comercial; a los partidos por rebajarles la edad a una minoría incomprensible; a los políticos por colocarles una mordaza, ero ahora hasta a quienes no tiene relación directa con la materia; como son los gobernadores. Desde ahí vienen todos estos dislates “legales”.
Pronto el INE prohibirá leer ciertos libros, hablar; caminar por la banqueta, perseguir el futuro, tener ambiciones, hacer política.
Es un atropello injustificable.